Capítulo 40: Kanima.

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Los elegidos ya han actuado encaminados en su estrategia por detener el secuestro y tráfico de seres inocentes a ser explotados en Oban. Pero esto es solo el comienzo de su plan, ahora están frente a frente con este ejército de criaturas.

Lance: No todo iba a ser fácil —ve que están rodeados—, pero no nos rendiremos —ve que la piel de Romeo se pone verde y escamosa—. ¡Qué demonios! ¿Es un hombre lagarto?

Ilan: Es un kanima. Son criaturas con una súper velocidad, fuerza, agilidad, curación acelerada; no hay que dejar que se acerque demasiado —les advierte, los demás asienten.

 Son criaturas con una súper velocidad, fuerza, agilidad, curación acelerada; no hay que dejar que se acerque demasiado —les advierte, los demás asienten

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Romeo: Qué observador —sonríe—. Escuchen todos, quiero al niño de ojos verdes ileso para llevarlo a la ciudad, ¿entendido? Hagan con los demás lo que quieran —le ordena a sus hombres.

Mizu: Sobre mi cadáver vas a tocarle un cabello a Ilan, maldito cerdo —cubre a su hermano con su cuerpo.

Las criaturas van hacia los chicos, Nasim crea un tornado que les bloquea el paso. Romeo se transforma en un hombre mitad lagarto, corre a gran velocidad hacia ellos, Rai usa su garra de trueno para doblegar su ataque, pero el kanima es tan rápido que lo derriba. Lance usa su rugido terra para separar a Romeo de Rai, mientras que Eidan lanza su ataque colmillo de fuego, quemando a los vampiros que atacan, pero estos son muchos. Ilan utiliza sus hojas mágicas impactando a las arpías, luego ve que una va hacia él y empiezan a pelear. Mizu, con su espejismo de cristal, hiere a muchas brujas y hadas que también los atacan.

Romeo: Me encanta verlos desesperados —su voz suena como un siseo—. Tengan —agita su cola con una gran fuerza mandando a volar a Rai y Lance, luego corre hacia Ilan, lo atrapa con su cola y lo aprieta, el chico se queja de dolor—. Qué rico te escuchas, cómo serás en la cama —dice apretándolo aún más—. Vendrás conmigo.

Nasim: 'Polilla' —corre hacia Romeo, impactándole varios golpes a una velocidad increíble, el hombre sale volando y suelta a Ilan, Nasim lo atrapa—. Pequeño, resiste —el menor se recupera de a poco. Eidan lanza fuego a donde cayó Romeo, incendiándolo —. Lo lograste.

Eidan: Espero que estés calentito, bestia de sangre fría —Romeo salta y sale de las llamas, apareciendo velozmente frente a ellos—. Este tipo no se muere con nada.

Mizu: ¿Alguien me ayuda? —ven que se le hace difícil mantener alejados a los cambiaformas glotones—. Esto no se ve bueno —Rai y Lance llegan con él—. Nosotros nos encargamos acá —avisa.

Romeo: Eres veloz —habla viendo a Nasim—. Será divertido —en eso, ve que una energía pura sale desde el avión—. Maldita sea, caí en su trampa. ¡Melancor! —ven que un tipo de ojos negros, cabello oscuro, piel blanca, de 1,77 metros, aparece ante él—. Voy a evitar que se lleven la mercancía. Tú traime a ese niño, lo quiero para ayer —le ordena a Melancor y se va, el hombre sonríe.

Los Elegidos: Nuevos Enemigos (Libro II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora