Capítulo 39: Aterrizaje forzoso.

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Ya es de día. Lance y Ximena se levantaron temprano, hablan sobre ellos conociéndose más a fondo, se besan para luego separarse e irse a sus cuartos. Lance camina poco a poco hasta que llega a la casa, entra, ve que ya hay gente despierta, saluda y va a su cuarto, pero en la puerta se encuentra a Mizu y Rai.

Mizu: ¡Negrito, de mi coraaa! ¿Dónde coño estabas? Nos preocupaste -le dice con gran drama.

Lance: Decidí dormir afuera, es todo. Ser uno con mi elemento -habla tranquilamente-. ¿Me dejan pasar?

Rai: Claro que vas a pasar, vamos a hablar. ¿Qué diablos es esto? -le pregunta viendo en sus brazos leves marcas de garras-. Hermano, ¿en qué andas metido? -dice preocupado.

Nasim: Vaya, ya está acá, menos mal. Pensé que te habías ido o algo así -llega con Eidan y Ilan, todos abrazan a Lance-. Hermano, te brillan los ojos, ¿qué pasó? -le pregunta sonriendo.

Eidan: Hueles aa- empieza a olfatear a su hermano por su cabeza, cuello y brazos-. No puede ser, hueles a feromonas felinas. Lance, ¿tuviste sexo anoche? Vaya, te descargaste -lo molesta.

Lance: ¿Qué? ¿Ahora eres perro sabueso? -lo insulta, pero Eidan ni se inmuta-. Sé lo que hago. Sí tuve, y ya se los contaré, pero antes -ve a Ilan-. ¿Qué te he dicho de usar shorts así, enano? -trata de cambiar el tema, Ilan lleva un short que le cubre de la mitad del muslo-. Cámbiate.

Rai: ¿Qué mierda te pasa? Estábamos preocupados por ti y tú llegas y nos dices las cosas a las patadas, no le hables así porque nos iremos a los golpes así seamos hermanos -le da un empujón, hay tensión en el ambiente.

Ilan: Oye, no me ragañes, soy el único que no te molesto -se cruza de brazos haciendo un puchero-. Salimos preocupados y no nos dió tiempo de cambiarnos. Nasim y Eidan estaban conmigo, nadie se me acercó -le responde alzando la voz-. Perdón, Lance, no quise gritarte.

Lance: Yo me pasé un poco -lo abraza-. Pero sabes que aquí hay criaturas morbosas. Y no me vuelvas a alzar la voz, ¿entendido? -le advierte, el menor asiente abrazando al moreno.

Todos pasan a la habitación. Lance se ducha y sale con una bata de baño, procede a contarles todo lo que pasó anoche con Ximena, sobre que son destinados y que están dispuestos a esperar que pase esta marea para poder ser felices. Todos felicitan a su hermano, dándole un abrazo y deseándole lo mejor para su relación. Ilan les cuenta lo de Cris y Ben, todos se alegran.

Mizu: Negris, me saliste pícaro, domando a la gatita salvaje. ¿Cuándo me das sobrinos? No vas a hacer esperar a un tío lleno de amor, ¿verdad? -se recuesta de Lance y empieza a frotar su pecho, este lo aparta y le dice que deje las payasadas-. Qué seco eres, te apuesto que si fuera Ximena no lo piensas -lo molesta y el moreno le saca el dedo del medio-. Tú sabes qué hacer con eso.

Nasim: Jajajaja, qué loco eres, Mizu -se ríe fuerte-. Bueno, pongámonos al día, tenemos algo qué hacer hoy en la noche -asienten-. Muy bien, hay que ponernos a repasar el plan.

Eidan: Ya Mizu empezó a nublar el cielo para que todo parezca natural y no haya sospechas; Rai usó su poder para crear tormentas eléctricas, y yo aumenté un poco la temperatura el día de ayer para que las nubes condensen más agua. Manos a la obra -asienten alistando todo.

Mientras tanto, Ximena y Ben hablan de lo que ambos vivieron anoche. Se contaron todo a detalle, ambos no pueden creer que hayan pasado tiempo de calidad con una pareja.

Ximena: Vez, no se pierde la esperanza. Vamos a ser felices -se abrazan-. ¿Y con Cris nada de nada? -pregunta pícara y Ben se pone rojo-. Jajaja, deberías verte -se burla de su amigo.

Los Elegidos: Nuevos Enemigos (Libro II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora