Los Elegidos: Nuevos Enemigos (Libro II)

Capítulo 48: Maniobras evasivas.

Los aliados de nuestros héroes pelean duramente contra los soldados del Supremo, las criaturas que están bajo el mando del alcalde, y el ejército de Aylin.

Ronald congela el suelo haciendo que tengan dificultades para moverse; Paoly, con un hechizo, duerme a los enemigos; Cristhofer crea ondas de sonido que les rompen los órganos; Nahiara usa su brillo para purificar a las banshees; y Noel, crea escudos para evitar los ataques más poderosos. Los padres de Eidan queman a todas las valquirias que pueden; mientras que Ben, Ximena y demás cazadores, intentan hacerle frente a los soldados. En eso, escuchan un estruendo.

Heyden: Lo veo y no lo creo. ¿Cómo consiguieron un dragón? -se pregunta impresionado.

Aylin: Jajajaja, ese era el plan, que los niños fueran mientras ustedes se quedaban acá -les explica con cinismo-. Ahora prepárense, porque en cuanto ese dragón devore a los niños, seguirán todos ustedes.

Aparecen wendigos, troles, demonios, perros infernales, y demás criaturas de la oscuridad. Cinco de los soldados se ponen frente a Noel, Paoly, Ronald, Nahiara y Cris, los otros cuatro soldados se colocan frente al batallón de cazadores, todos se ponen alerta.

Nahiara: Si esto es así, quiere decir que Duncan es el Supremo, y estos son sus guerreros -dice con seguridad.

G. Travis: Sea lo que sea, vinimos a pelear; si nos van a matar que no sea huyendo. Vamos hasta el final -les motiva, y todos van a pelear contra los numerosos enemigos.
En lo que era la torre central de la ciudad, los muchachos están esquivando los ataques del dragón como pueden, pero es muy difícil, ya que su poder no es como el de cualquier otra criatura.

Lance le avienta grandes rocas, y este con sus garras las rompe; Ilan le lanza una flecha, pero el fuego la elimina; Mizu ayuda a combatir el fuego con agua; Nasim le envía corrientes de aire, pero el dragón las aprovecha y las combina para aumentar el fuego; Eidan se mete en medio absorbiendo el fuego, pero es demasiado; Rai también le contraataca a la bestia, le lanza un rayo, pero el poder impacta a un edificio que cae en medio de las llamas junto con Eidan, todos van con él; en eso, el dragón baja y se traga a Mizu. Todos se quedan impresionados y aterrados.

Ilan: Miiizzuuu -dice, ya en medio de lágrimas-. ¡¡Noooo!! -en eso, la boca del dragón empieza a llenarse de algo, este la abre y de ella sale mucha agua, junto con Mizu.

Mizu: Mira, lagarto súper desarrollado, a mí nadie me devora y se sale con la suya -dice, limpiándose la baba; siente que lo abrazan, ve que es Ilan-. Ya, pequeño, estoy bien, no llores.

Rai: Hermano, pensé que no te iba a ver más -también lo abraza, junto con los demás-. ¿Cómo escapaste?

Mizu: El truco de sujetarse de la úvula. Ver dibujos animados sirve mucho para estas cosas -dice de forma muy tranquila y natural-. Ahora tengo un plan, vamos a montanos en ese bugatti-señala el auto deportivo-. Es hora de una persecución policial -pone cara de diversión.

Lance: Ni loco, con esa cara yo no me monto, prefiero que me devore el dragón -dice con miedo, ve que el dragón se recupera y viene hacia ellos-. Cambio de planes, ¡vámonos!

Deciden montarse en el auto. Mizu va al volante, Rai va de copiloto, y los demás van atrás, algo apretados, pero no les importa. Mizu conduce por donde aún hay edificaciones, la bestia los sigue de cerca, y detrás va el alcalde. El dragón les lanza fuego, Mizu le dice a Ilan que haga un hechizo para aumentar la velocidad, el menor lo hace y van más rápido.
Debido a los edificios el dragón no puede ver desde arriba, por lo que baja más; hay tantas construcciones que, por su gran tamaño, no le permiten moverse con mucha libertad, la criatura decide lanzarles fuego. Lance hace que una pared de piedra suba y sea su escudo, y Eidan le contraataca con más fuego, dándole de frente; Mizu le dice a Nasim que eleve el auto con sus poderes, este le hace caso, ahora están por encima de la ciudad, y el dragón detrás de ellos.