_ Maddy, ya levántate de esa cama._ la voz de mi madre tras la puerta de mi habitación me despertó de mi ensueño.
Me sentía aturdida y vacía. No podía creer el hecho de que hubieran pasado tres días encerrada en mi habitación, no era la primera vez que las palabras de mi madre tras la puerta me sacaran de mis pensamientos.
No le respondí, no tenia ganas, así como tampoco le respondí a Wendy y Ed que habían venido el día anterior.
_ ¡Ya me estoy cansando de esto! ¡Madeleine Judith Jones, sino sales de esa habitación para almorzar tiraré todos tus libros a la chimenea y los usaré como madera para calentarme con este frió!_ escuché gritar a mamá otra vez.
Otra vez la ignoré, se que no estaba siendo justa con ella. Nada de lo que me había pasado había sido su culpa y se que encerrarme en mi habitación igual que el día del accidente le estaba trayendo malos recuerdos, pero no podía evitarlo. Estar encerrada en mis cuatro paredes era mi manera de buscar una solución a mis problemas, a veces tomaba un libro mientras lo hacia, pero ahora estaba tan deprimida que no podía concentrarme en lo que leía.
Volví a cerrar los ojos intentando envolverme en la oscuridad. No se cuanto tiempo paso hasta que los volví a abrir y vi el reloj de mi mesa de noche, 4:38 PM, ya estoy comenzando a pensar que el tiempo pasa muy lento cuando uno esta solo.
Escuche un gruñido, llegue a pensar que había alguien conmigo en la habitación, que había entrado mientras dormía pero luego me di cuenta que era mi estomago pidiéndome algo de comer.
Muy a mi pesar me puse de pie, saque de mi armario un suéter y baje a la cocina en busca de comida. Abrí el refrigerador y encontre zumo de naranja y los ingredientes para prepararme un sandwish. Saque todo del refrigerador y lo puse en la meseta, al darme la vuelta me encontré con el rostro enfadado y a la vez preocupado de mi madre.
_ Eres la ultima persona a la que espere ver deprimida por un chico._ dijo mientras se sentaba en una de las altas sillas frente al desayunador.
Sus palabras retumbaron en mi cabeza, no pude entender inmediatamente a que se refería, pero luego recordé que ella pensaba que todo mi actitud infantil era porque Rick había terminado conmigo.
La verdad no era del todo falso, si estaba triste porque Rick ya no estaba conmigo, pero el no había roto la relación, se había marchado para que nada malo le pasara a mi familia, desde hace ya mas de una semana. También buscaba una forma de que eso cambiara, de que el regresara sin que nada malo sucediese, pero termine encerrada en mi habitación por tres días seguidos.
No era capaz de contar a la policía todo lo que pasaba en mi familia, se perfectamente que Rick no querría eso, porque a pesar de que su padre sea un asesino y bastardo hijo de su madre, sigue siendo su padre y no quería que el perdiera lo que yo también perdí. Además, no tenia ni idea de donde estaba, no responde mis mensajes y tampoco mis llamas, eso solo me dice que ha decidido cortar conmigo en todos los medios.
_ No estoy deprimida, madre._ respondo con una falsa sonrisa.
_ Madeleine, hablas con tu madre, me doy cuenta hasta cuando te deprimes._ rodeo la encimera hasta llegar a mi lado._ No es por hacerte sentir mal, pero creo que el no hubiese sido bueno para ti, digo, era muy alegre y parecía que te quería en serio, pero de seguro hay algo mucho mejor._ se acerco a mi dándome un abrazo.
Mi madre es fatal consolando a las personas. Se perfectamente que me dice todo eso porque sospecha que Rick es hijo del señor Brower, y esta en todo a su razón. En todo caso, sus palabras me hacían un daño terrible.
_Pero por favor, hija..._ me tomo de los hombros he hizo que la mirara._ no te encierres en tu cuarto, hoy es día de gracias y no permito tal cosa._ dijo seria.
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Un amor... que cayó del cielo
Teen FictionMaddy Jones es una chica aficionada a la lectura, sarcastica, orgullosa y prejuiciosa. A ella le a tocado vivir una vida limitada y madurar antes de lo debido. Conoce a Rick un chico engreído, orgulloso y que ademas de todo esconde secretos. Rick a...