Prólogo

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"No estoy dispuesta ha soportarlo, no mas, no más". Gritaba mi mente una y otra y otra vez, mientras camina en círculos de lado a otro. No era posible callarla, por más que quisiera no podía dejar de escuchar estas palabras. Estaba cansada de estar en la sala de espera angustiada sin saber que está pasando, odio esperar, odio la duda y odio las horribles imágenes que pasan por mi cabeza sobre lo que está pasando. A mi lado estaba mi madre estaba sentada en un gran sillón que había en la sala de espera, al verla, siento que debería de calmarla, pero no puedo, estoy más nerviosa y preocupada que ella. Discutí con ella porque no me quería dejar venir al hospital, me quería dejar encerrada en casa y me negué rotundamente.

Recibimos la llamada del oficial de policía en medio de la madrugada, diciendo que hubo un accidente y que mi padre estaba muy mal herido en la cabeza, no dejamos a que nos explicara ni cómo ni cuándo solo salimos de la casa lo más rápido que pudimos -después de minutos de pelea con mi madre- para llegar al hospital. Ahora estamos aquí, muertas del miedo y de la angustia, y lo peor de todo es que nadie se nos acerca para decirnos que está pasando.

_Hija. Cálmate. Me tienes más nerviosa caminado de ese modo._ me dijo parándose del gran sillón que hay en la sala de espera.

_No puedo, siento que voy a explotar de la angustia._ dije mientras me sentaba en el sillón junto a ella._ ¿por qué demonios no vienen a decirnos algo?

De repente entro un hombre delgado y apuesto, de más o menos 40 años de edad, que a pesar de la edad seguía en forma y lo hacía parecer más joven, con una bata blanca y un porta récord en las manos.

_Familiares de Richard Jones._ dijo mientras se acercaba. Mi madre y yo no lo pensamos dos veces para ir a su lado.

_Somos nosotras._ me oí decir, sonando casi desesperada.

El doctor me miro y de mi, paso la mirada a mi madre, me dio la impresión de que traía una mala noticia porque nos miro de la forma en la que nos miran todos cuando estamos en una situación desesperada, "pena".

_Soy el Dr. Wilkes, lamento informales... que el señor Jones ha entrado en un estado de coma._ dijo lo suficientemente nervioso para darse cuenta de ello.

_ ¡¿Qué?!_ fue lo único que se me ocurrió decir, no porque no entendiera, sino por la impresión, el dolor.

_ Si... eso quiere decir que está dormido, ósea, que su cerebro no está funcionando de manera adecuada._ respondió él.

_ ¡Ya sé lo que es estado de coma! Pero...

_ ¿Cuándo va a despertar?_ me interrumpió mi madre, robando las palabras de mi boca. En esto voltee a verla, ella tenía lagrimas en el rostro y estaba más roja que yo por la impresión._ Quiero decir, ¿Cuánto durara?

_Eso, todavía no lo sabemos. Lo siento mucho._ dijo ya casi marchándose. Dejándonos de nuevo con la duda, y lo que es peor aún con el dolor.

Después de eso, vi como mi madre se desplomaba en el sillón de la sala de espera del hospital y la frustración se volvía en su contra.


Un amor... que cayó del cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora