Capitulo 41

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_ Y... ¿Como te enamoraste de mi hijo?_ la miré, sorprendida por su pregunta. El hecho de que conociera mi relación con Rick no me sorprendía, pero, no estábamos en la condición mas adecuada para hablar del tema._ Me gustaría saber que te gusta de él, puesto que lo conozco y se perfectamente lo idiota que suele ser, mas con las mujeres.

Ella me miró con los ojos brillosos, esperando una respuesta de mi parte. Aparté mis mirada de ella y miré de nuevo hacia el edificio que llevábamos media hora vigilando. Un olor a cigarros inundo mis fosas nasales y miré de nuevo a la mujer que estaba a mi lado. Adelayda estaba fumando, dentro del auto, lo cual era peor.

_ No debería de hacer eso._ le espete tapando mi nariz, no quería aspirar tal aroma.

_ Tampoco debería acosar a mi marido, pero lo estoy haciendo igual._ le dio una calada al cigarrillo y luego exhaló el humo. Me sonrió, como si lo que me ha dicho debería de alegrarme.

Baje la ventanilla del auto que estaba a mi lado y inhale el aire puro de la noche. Continué mirando el edifico. Lo conocía perfectamente, había ido allí para el día de "lleva a tu hijo a tu trabajo" varios años, también había ido cuando mi padre me pasaba a recoger de la escuela y terminábamos aquí porque tenia asuntos que resolver antes de llegar a casa. Uno de los guardias me había dado un tour para que conociese el lugar e incluso había corrido por los pasillos del edificio mientras me escapaba de papá para no volver  a casa.

Sin embargo, mirarlo ahora me daba escalofríos y el curioso plan de Adelayda no ayudaba en nada.

Las luces del edificio, de repente, se apagaron por completo. Justo en ese instante un Mercedes Benz negro se estacionó  frente a él, unos hombres altos y voluminosos salieron del auto, no los pude distinguir bien por la oscuridad. Se quedaron de pie junto al Mercedes y luego un hombre mas bajo que ellos salió del coche, sus ojos brillaban en la oscuridad y supe exactamente quien era.

Robert Brower entró en el edificio acompañado de sus gorilas, cuando la puerta se cerró tras ellos, Adelayda y yo salimos del auto y emprendimos camino hacia el lugar. Vi como ella tiraba el cigarrillo la calle para luego apagarlo con la suela de sus zapatos beige y continuar su camino hacia el edificio.

_ ¿Como sabes que están aquí?_ pregunté antes de entrar en el estacionamiento donde se suponía que estaba la entrada para el personal de mantenimiento.

Nos detuvimos frente a una reja de metal, que dividía el estacionamiento de las puertas traseras del edificio. Le primera idea que tuve fue la de saltar la reja, puesto que no era muy alta, pero Adelayda saco de su bolso de MK una lima y un sujetador de pelo, abriendo con ellos la cerradura. Me sonrió, y pude ver en su sonrisa a Rick, cuando me presumía que era mas bueno en la matemáticas que yo. 

_ No estaba segura, por eso estábamos esperando a que Robert llegara. El no suele ir a los laboratorios a hacer visitas nocturnas._ dijo, respondiendo mi pregunta, volviendo hacer el mismo movimiento que hizo para abrir la reja con la puerta de los empleados de mantenimiento.

Asentí. Tenia sentido lo que decía, tal vez por eso nunca había visto a Robert Brower y el hecho de que mi madre y mis hermanos hayan sido secuestrados hoy, significa que el estaba planeando verlos esta noche.

Adelayda abrió la puerta, y entramos al edificio. Un corredor oscuro estaba frente a nosotras, al final del pasillo, una tuene luz azul se podía ver. Caminamos en silencio, increíblemente, Adelayda no hacia ningún ruido a pesar de llevar esos enormes tacones puesto, le había insistido que se los quitara, que si teníamos que correr ella se quedara atrás. Ella solo me sonrió divertida ignorándome por completo.

Llegamos al final del pasillo, a la izquierda,las escaleras que iban a las oficinas estaban igual de oscuras que el corredor. En la otra dirección solo había otro corredor, que seguía iluminado por la luz azuleja.

Un amor... que cayó del cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora