Capítulo 34

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Rick's Pov

Es vienes por la noche, estoy en mi departamento con mi querido y adorado amigo -conste que hay sarcasmo presente-. Aunque quisiera estar con otras personas, no puedo, porque la próxima semana son los exámenes y mi único compañero de estudio es Edward Gallaguer.

_ Sabes que, de ahora en adelante voy hacer apuestas cada vez que tú y Zack se peleen. Ganaré un buen dinero._ soltó Ed de repente.

_ Tú vienes de otra ciudad y  tienes un departamento pagado por tus padres y un Ferrari. ¿Para que quieres más dinero?_ dije irónico.

_ El dinero lo mueve todo, tú_  me señaló poniéndose de pie._ deberías de saber eso.

Fue a la cocina y me dejo sólo revisando el puto libro de Historia. Escuché que tocaban la puerta y fui a ver de quién se trataba, solo conocía cuatro personas que vendrían pero no eran ninguna de ellas.

_ ¿Por qué pones esa cara?_ los ojos azules de mi padre me miraban con diversión.

Reaccioné e intente cerrar la puerta pero él lo impidió.

_ ¿Qué quieres? _ le grité.

_ Qué me presentes a tu novia, es lo que los padres deben de pedirle a sus hijos.

Entró y se sentó en uno de los sillones, tras de él entraron dos tipos enormes, eran tan grandes que tuvieron que agacharse para pasar por la puerta.

_ Ya te dije que no lo haré. Además, ¿desde cuándo eres padre?

_ Enrique, se perfectamente dónde vive y creo que la conozco mejor que tú. Puedo ir yo sólo a visitarla pero prefiero que me acompañes. _ se cruzó de hombros.

_ Oye Rick, ya no hay más... _ Ed dejo de hablar cuando se dio cuenta de que habían más personas en la casa.

_ Hola Edward, cuanto sin verte._ le saludó mi padre.

_ Hola señor Brower.

_ Por lo visto has perseguido a mi hijo hasta ésta mugre ciudad._ dijo el castaño con una sonrisa burlona.

_ Lo mismo digo de usted señor._ Ed se sentó donde había estado hace un momento viendo cada movimiento de mi padre.

_ Bien, ya que estamos todos aquí, ¿por qué no vamos todos?

_ Ya te dije que no te llevaré con ella._ dije decidido.

_ Entonces hijo, lo haremos a mi modo._ mi padre chasqueó los dedos y de inmediato los dos gorilas que venían con él se movieron. Uno fue directo hacia donde Ed y lo cargó como costal de papas, me ubiese reído ante la situación pero esto era algo serio. El otro hizo lo mismo conmigo.

Bajamos por el ascensor y salimos fuera del edifico. Ed y yo, obligados por el señor Brower, entramos a una limusina lujosa camino a casa de Madeleine Jones.

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Maddy' s Pov

_ ¿Y cinco más cinco?_ le volví a preguntar a Mike quien estaba desesperado por terminar la sección de estudio.

_ Diez. _ dijo borde.

_ Oh vamos Michael, ¡alégrate! _ le animé.

_ No puedo Maddy, ésto es muy aburrido.

_ Pero mira a Mel, ella se esta divirtiendo. _ ambos dirigimos nuestras miradas a mi hermana pequeña que alborotaba su cabello y parecía frustada.

_ Yo no veo que se divierta.

Me puse de pié y caminé hasta el otro lado de la mesa del comedor donde estaba Melody.

_ ¿Quieres que te ayude?_ le pregunté.

_ Por favor._ dijo ella, como si le estuviera preguntando algo que estaba loca porque sucediera.

Justo cuando iba a ver cuál era el problema, el timbre sonó.

_ Voy a ver quien es. _ anuncié, alejándome de los pequeños.

Llegué a la sala y abrí la puerta.

_ Hola Rick. _ pensé que él me respondería de la misma manera o se me lanzaría encima diciendo algo sarcástico y lleno de ego, pero lo único que hizo fue quedarse ahí parado con una mirada suplicante.

_ Cierra la puerta._ dijo después de un rato.

_ Pues entonces entra._ le pedí.

_ No puedo, cierra la puerta y luego yo...

_ Hola, Madeleine._ un hombre como de unos cuarenta años, de pelo castaño y unos ojos azules que no eran hermosos,  eran más bien hipnotizantes. Se puso al lado de Rick y me sonrió espeluznantemente._ ¿podemos pasar?_ raramente, el hombre me parecía conocido.

_ ¿Quién es usted?

_ Me duele saber que no soy recordado pero... mi nombre es Robert Brower. _ dijo extendiendo su mano para que la estrechara.

Un momento fugaz pasó por mi memoria, el momento en el que conocí al padre de Rick. Ahora me causaba escalofríos, porque conozco la verdadero historia. Conozco la razón por la que los ojos azules del señor Brower son tan penetrantes y hipnotizantes.

Rick me miró nervioso, tal vez estaba esperando que no lo dejase pasar, pero ¿qué haría? Él esta ahí en mi puerta con su mano extendida elegantemente esperando una respuesta.

_ ¡Ah! Señor Brower, es un gustó volver a verle._ estreché su mano. _ ¿Qué lo trae por aquí?

_ De hecho es una larga historia._ un par de hombres aparecieron tras ellos, prácticamente parecían gorilas y en medio de ellos dos estaba Edward que se veía muy nervioso ante la situación. _ ¿Nos invitas a pasar?

_ La verdad..._ miré a Rick, él se veía más nervioso que Ed._ es que mi madre no se encuentra en casa y no lo veo muy apropiado.

_ Oh, vamos Madeleine. Dejanos pasar._ él señor Brower chasqueo los dedos. Uno de los gorilas avanzó hacia mi y me empujó dentro de la casa permitiéndole el paso a todos los demás.

_ Se perfectamente que tu madre ni está. _ continuó hablando el señor Brower. _ Por eso he elegido este momento para venir, para que ella no se entere de nada.

Caminó hasta la sala, como si conociera perfectamente la casa. Todos los demás lo siguieron en silencio, ambos gorilas sujetando a Rick y a Ed. Brower, tomó asiento cruzando las piernas y los dos gorilas sentaron a la fuerza a mi novio y a mi amigo.

_ Siempre he dicho que tu madre tiene buen gusto para decorar_ volvió a decir el señor Brower mirando toda la sala.

No puedo negar que me extrañó su comentario, pero no podía enfrentarme a aquel hombre. No por el momento.

Me quedé de pié, mirando cada movimiento que hacía.

_ ¡Por Dios!_ gritó Rick._ Di lo que veniste a decir para que te vayas de aquí de una vez por todas.

_ ¿Acaso no te enseñé lo que es la paciencia? _ su padre lo fulmino con la mirada.

_ No me enseñaste muchos valores que digamos._ resopló él de nuevo.

_ ¡Maddy! ¡Ya pude entender el problema! _ Mel entró corriendo a la sala con su cuaderno en su regado y con una enorme sonrisa. No se fijó en las demás personas que habían en la habitación, solo corrió directo hacía mí._ Descubrí que no es tan difícil como parece. Además es como contar...

_ Vaya, vaya. Pero si eres idéntica a tu padre. _ el señor Brower interrumpió a Mel. Se puso de pie y llegó hasta ella para mirarla más de cerca. _ Si, te pareces mucho a él. _ dijo mientras le sujetaba la barbilla. Yo estaba en shock.

_ ¿Qué es lo que acaba de decir?_ dije, pero no miraba al hombre de mirada fría, sino al vacío.

_ Ah, Madeleine. ¿No lo sabías? _ se irguió frente a mi con una sonrisa de lado._ Tú padre era uno de mis mejores admistradores.

*****
Hasta aquí el nuevo capítulo.

Conste que casi tenemos un final.

En multimedia el famoso Robert Brower

Un amor... que cayó del cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora