LOLITA

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Mire y la mire a ella, y supe tan claramente que era la correcta, que la forma de su cara, el color peculiar de su mirada, la inocencia con la que me atrapaba, la sonrisa con la que siempre estaba, la calma que me daba, el brillo que emanaba. Me mataría si me faltaba.

Supe que la amaba, de la forma jamás imaginada. Supe que la deseaba, de una forma que no controlaba, supe que su triste fantasma, de una forma o otra en mi vida se encontraba, supe que mi obsesión no era sana. Que la destrui de una forna que no se repara, que su belleza la razón me calla, que su voz mis sentidos desarma, que en mi su huella se resguarda.

Sólo era la hoja muerta, el eco de la chica buena, que conocí en una de mis peores facetas, no hay un día en el que no la quiera, no hay un día en el que no la vea, como la hermosa flor que alguna vez en mis brazos se refugio, aunque ahora sea como la montaña que se desplomó, como el hermoso paisaje que la tormente daño, como la luna que su luz perdio, como el arcoíris que a colores pálidos se reducio, como el espíritu que se desvaneció, como lo rosa que se marchito, eso a mi ser no le importo. Aunque su cuerpo se contamino, con el hijo de alguien que no soy yo, siempre tendrá mi amor, siempre me provocara la misma reacción, siempre vivira en mi corazón.

Si me fuera de este mundo la recordaría como un ser inmortal, el cual desde la tierra veia volar, como esa joven que con solo su presencia me daba felicidad, en la cual nunca e dejado de pensar, ella ocupaba mi prioridad, ella me hacia perder mi dignidad, por muchos años manche su humanidad, por eso se fue sin mirar a atrás, ese error lo pague con una dolorosa soledad, ese error en las noches me hacia llorar, era algo tan grande que no podía soportar. Hoy que puedo verla de verdad, y que mis malas acciones a podido perdonar, se que con sus hermosas palabras moriré en paz.

Siempre estaremos en el bucle de ese verano, cuando el momento perfecto se estaba creando, cuando yo iba manejando, mientras ella iba cantando, el viento en nuestro alrededor soplando, el carro se sentia como un coete en el que ibamos despegando, la felicidad en mi alma estaba descansando, la adrenalina en ella se estaba ocultando, la diversión en su risa explotando, sus manos mis mejillas acariciando, para que luego nuestros labios se estuvieran encontrando, esa es la manera en la que quiero recordarnos.

Escrita por:iconica
Imagen de su autor.

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