Capitulo 20

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Naruto tiro de Hinata hasta que la tuvo de vuelta sobre su pecho. La abrazo y sintió un alivio inmediato. A pesar de todo, ella estaba ahí, con él.

—Pensé que había arruinado el momento —dijo ella con tristeza.

Naruto arqueó su cadera hacia arriba y presionó su miembro contra la entrepierna de Hinata y a esta se le oscureció la mirada. Sus iris fueron desapareciendo a medida que el deseo aceleraba su respiración.

—No pienses —sugirió él de repente—. Olvídate del pasado.

—¿Cómo es eso posible?

—Bésame y lo olvidaremos juntos.

Ella vaciló un momento antes de agachar la cabeza y posar sus labios sobre los de Naruto. Él se quedó inmovil, atrapado bajo la suave presión de sus curvas, que le abrasaban la piel, y por ese olor a vainilla, que le embriagaba los sentidos. La agarró con fuerza de las caderas para esconder el temblor que se había adueñado de sus manos.

Era incapaz de entender porque esa chica lo afectaba tanto.
Hinata levantó la cabeza y Naruto chilló ante la pérdida.

—Lo siento —murmuró ella, con las mejillas sonrosadas—. No se me da muy bien.

—Lo estabas haciendo perfectamente... —tartamudeó él.

El desliz de su voz la estremeció. ¿Estaba nervioso?
¿Él? ¿Nervioso? ¿Y por ella?

—Bien —se quejó ella—. Pero no te muevas.

Él se rio con nervios.

—Me temo, que me esta costando con mucha intensidad.

—Entonces nos hemos quedado en un punto muerto —y esbozó una dulce sonrisa—. Porque yo no sé qué hacer.

Naruto le cogió la mano y la posó sobre su pecho.

—Tócame.

Ella, con el cabello suelto enmarcando su bello rostro, se acomodo a ahorcajadas sobre sus caderas.

—¿Donde?

Naruto dudaba de si pudiera sobrevivir a la situación, pero al menos, moriria como un hombre feliz.

—Por todas partes —dijo con voz ronca.

Ella sonrió, deslizó un dedo indeciso por su pecho. Hizo girar las yemas de sus dedos alrededor de su abdomen tensó bajo su camisa , con un leve cosquilleo, metió más las manos luego le rozó los pezones. Él se estremeció y cerró los ojos.

Los ojos de Hinata brillaron con victoria.
¿Cómo es que nunca se dio cuenta antes?
¡Sara había sido toda una afortunada por tenerlo de esa forma para si misma! De pronto, se sintió celosa de que Naruto pudiera mostrar esa parte de él tan vulnerable y tan apasionada a otra persona que no fuera ella.

Ese sentimiento de posesión y pertenencia la asustaron.
Eran emociones peligrosas, sin lugar a dudas.

—¿Te gusta?

—Sí —asintió, con la cara roja.

Hinata dejó escapar un siseo mientras posaba las manos sobre su vientre, que reaccionó endureciéndose.

—Es fascinante —murmuró, asombrada, por las reacciones de su cuerpo.

Naruto se rio bajito.
—Espero que no tengas dicho interés en mi cuerpo, solamente.

Ella dejó escapar una risa un tanto achispada.
—Eres el hombre más atractivo que he visto en mi vida.

Estiró los brazos y le acarició los hombros para luego dejar resbalar las manos por sus brazos y entrelazar los dedos con los suyos. El momento era sencillo y, sin embargo, complejo.

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