Bien.
El problema del beso es que Hinata se ve absolutamente incapaz de dejar de pensar en él.Lo ha intentando. Naruto, Shino y Sasuke ya hacía tiempo que se habían largado del club cuando ella volvió a entrar al edificio.
Ni siquiera la resaca del día siguiente han logrado borrar esa imagen de su cerebro.
En las clases intentaba prestar atención, pero no consigue mantenerla ni un minuto centrada, y cuando más necesitaba cambiar de cuerpo con Naruto no ocurría.
Porqué no le había estado respondiendo los mensajes durante toda la mañana y la única forma de obligarlo a aparecer frente a ella era de esa manera.¿Donde estaba el puto hechizo cuando lo necesitaba? Estudia todo los temas que va dictando el profesor Kakashi, y va borrando el pizarron y contempla la posibilidad de hacer rondas para convencerle de que se quede un poco más.
Porqué honestamente; no estaba lista para ver a Naruto ni a sus amigos. No después de anoche.
Y así pasó la semana... Naruto no le respondía los mensajes. Ella quería hablar con él y que le diera una explicación a lo que había ocurrido. Iniciaban las pruebas del semestre, acude a clase, se rodea de apuntes, se llena de tareas.
Pero por debajo de todo eso no puede dejar de pensar en Naruto besándola debajo de un tilo de jardín, con los ojos azules iluminados por la luna, y ella siente que se derrite por dentro, y le entran ganas de arrojarse por las escaleras del instituto.
No se lo había contado a nadie, ni siquiera a Sakura ni a Ino. No tiene ni idea de cómo decirles siquiera, si decidiera contárselo, ¿estaba obligada a contárselo a sus amigas solo por el hecho de ser sus amigas? ¿Acaso Naruto se lo habrá contado a sus amigos? ¿Por qué la beso?
¿Ella le gustaba? ¿Significaba que Naruto siente algo por ella? ¿Por qué iba Naruto a comportarse durante tanto tiempo como un cabrón si ella le gustaba?
Y Naruto gracias a que no le responde ningún mensaje ni ninguna llamada no estaba aportándole ninguna otra idea.
—Vale, ya está —dice Hanabi un miércoles a la tarde, tras salir indignada de su habitación y entra en la sala. Lleva puesta ropa de gimnasia y se ha recogido el pelo en una coleta. Hinata se apresura a guardar el móvil en el bolsillo—. No se cual es tu problema, pero llevo horas intentando estudiar y me resulta difícil si te estoy oyendo pasear arriba abajo —le arroja una gorra—. Voy a salir a correr, y tú te vienes conmigo.
Hanabi le propina una patadita a su hermana en el hueco de la rodilla para azuzarla un poco, y ella, tras un gruñido y una palabrita, aprieta el peso.
Se siente igual que un perro al qué hay que pasear para que queme energía.
—A veces te odio —le contesta Hinata, y a continuación se ajusta los auriculares y pone una canción.
Mientras corre, va pensando que lo más estúpido de todo es que Naruto tiene novia.
Aunque estaba segura de que no la quería.
Pero Sara era una chica muy guapa. Demasiado perfecta. ¿Cómo podría fijarse en alguien más?Cuando llevan dando cinco vueltas, Hinata rememora aquel verano en la que conoció a Naruto por primera vez. En las que mandaban las hormonas y se acuerda de haber entrado por equivocación al baño de los chicos, pero también recuerda haber fantaseado con las caricias de un chico, de labios provocativos y de hombros anchos.
Pero, ¿esa época en la que las hormonas estaban alborotadas duraba tanto tiempo? ¿O significaba que las hormonas se alborotaban cuando algo tuviera significado para ti siquiera?
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|En tus zapatos|
FanficDicen que cuando pides un deseo: a veces esta el demonio. Para joderte la vida, solamente. Una historia tan divertida y dramática tiene muchos demonios y hay que estar alerta a no caer en sus garras. Por suerte, no hablamos de uno literalmente; Hi...