Quiso llamar a Sasuke por teléfono, pero sabía que estaba ocupado en algo y seguramente acompañado de Sakura y no quería molestarlo. Sai, probablemente estuviera en su cita con Ino esa noche, y tampoco era buena opción.
De modo que solo le quedaba...
—Quisiera saber que es lo que he hecho para que me llames a las doce de la noche —dice Hinata con voz grave y soñolienta. Al fondo parece que alguien está escuchando una canción de Frank Sinatra.
—Hola... esto... perdona. Ya se que es tarde y es viernes, y tal. Seguramente estarás... en fin, con tu familia. Ahora he caído en cuenta. No sé cómo se me ha ocurrido antes. Soy un imbécil perdona, Hinata. Bueno, voy a...
—Naruto, por favor —lo interrumpe Hinata—. No pasa nada. Aquí todavía estamos despiertas, el único que duerme es mi padre. Hanabi, saluda.
—¡Hola, Naruto! —exclama una voz clara y risueña al otro lado de la línea—. Hinata me ha hablado mucho de ti. Ah, y además lleva una pijama con dibujos de panquecitos.
—Ya basta —vuelve a oírse la voz de Hinata, acompañada de un ruido amortiguado que puede ser el de la almohada en dirección a Hanabi—. Bueno, ¿Qué es lo que ocurre?
—Lo siento —dice Naruto impulsivamente—. Ya se que esto resulta extraño, y que estás con tu hermana y eso, y bueno, no sé. Es que no tenia a nadie a quien más llamar que estuviera despierto. Y ya se que tú y yo no... que en realidad no somos los mejores amigos y no hablamos de estas cosas, pero es que he venido hasta la casa en la costa de la familia de Sara y le he dicho que prefería ir solo al cumpleaños de Shikamaru, y se ha puesto como un puto tiburón peleando conmigo como una cría y tuvimos una bronca monumental, y la cosa no debería tener importancia, porque seguramente pensaras que es lo normal ya que es mi novia, y no se porque he perdido los nervios, pero quise por una vez gritarle lo que sentía, ¿sabes?
Sigue una larga pausa y después Hinata responde:
—Espera un momento, Hanabi, ¿me dejas un minuto? Calla. Sí, puedes comerte mis galletas. Vale, Naruto, te escucho.Naruto expulsa aire y se pregunta débilmente que está haciendo pero continúa.
Decide seguir hablando con Hinata sobre Sara y su relación, de aquella época extraña y borrascosa, del día en que decidió salir con ella. De la vez en la que su madre murió y como pasó las noches atiborrándose de helado. Hablarle a Hinata de esas cosas no le resultaba incómodo, como probablemente debería.
Con Hinata nunca se ha tomado la molestia de ponerse filtros; al principio porque sinceramente le importaba un pito lo que ella pensara, y ahora porque esa es ya la relación que tiene con ella.
Tal vez debería ser distinta, y debió llamarla para quejarse de lo mucho que tiene que estudiar en lugar de sacar lo que lleva adentro.
No se percata de que lleva una hora hablando hasta que termina de contarle a Hinata lo que sucedió en la cena.
—Por lo que me cuentas, has hecho lo que has podido.
Naruto se olvida de lo que iba a decir a continuación.
Es que..., bueno, son muchas las veces que le dicen que es un chico estupendo, pero no es tan frecuente que le digan que es lo bastante bueno.Antes de que se le ocurra que responder, alguien da tres golpecitos en la puerta. Es Minato.
—Esto..., vale, Hinata, muchas gracias, tengo que colgar —dicen en voz baja al tiempo que Minato empuja la puerta.
—Naruto...
—En serio, gracias —repite. No tenía ganas de explicar eso a su padre—. Buenas noches.
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|En tus zapatos|
FanfictionDicen que cuando pides un deseo: a veces esta el demonio. Para joderte la vida, solamente. Una historia tan divertida y dramática tiene muchos demonios y hay que estar alerta a no caer en sus garras. Por suerte, no hablamos de uno literalmente; Hi...