Capitulo 23

183 22 9
                                    

—Entonces, me gustas mucho. Y te quiero, Hinata —dice Naruto, y se aterra de la convicción con la que se sincera—. Más que a mi propia vida. 

Hinata siente ganas de gritar.
Sufre un flashback de su primer beso. Los dos afuera del club, con la luz de la luna rebotando en sus cabezas y envolviendo sus cuerpos en oro. El recuerdo es tan fuerte que se agita en mi interior y casi parece que puede tocarlo. Vuelve a sentir la respiración entrecortada y su aliento chocando contra su boca antes de hundir la lengua en ella y hacerla suya.

—Esto es perfecto —interviene Sakura—, Hinata, me encantaría que hubiese un botón mágico para pulsarlo y que no hubieras sentido lo que sentiste, pero no existe y quiero que todo entre ustedes se solucione.

—Está todo bien, Sakura. Yo los disculpo.

Sonríe. Y Sakura le devuelve la sonrisa.
De pronto se lleva una mano al pecho y todo su cuerpo comienza a temblar, como si el frío le mordiese la piel.

—¿Qué te pasa?

—Joder, joder.

—¿Sakura?

—Hinata, perdóname. Me siento fatal por lo que te he hecho.

—Tú no me has hecho nada, ¿vale? Cálmate.

—Me siento fatal por no haberte contado y hacerte creer que me interesaba Naruto —Sakura se vuelve para verlo y este hace un gesto incrédulo.

—No sabías que estaba enojada por eso.

—Aún así...

—Sakura —la interrumpe Naruto—. Tú tenías tus propios motivos. Ya está.

—Sí, usarte como mi psicólogo personal. Pero ahora entiendo que eso solo te acapare y he causado daño a Hinata.

Hinata se revuelve el pelo con una mano y mira al techo. Luego su vista se pasea hacia la ventana y las nubes se aprietan, parece que está a punto de llover.

—Sí lo piensas, es irónico.

—¿Irónico?

—Lo es, porque las dos nos hemos causado daño, aunque de forma distinta.

Sakura también empieza a mirar por la ventana.

—Pensando así, sí. Es irónico. Aunque me gusta más pensar de que el amor puede más que todo.

—Dios, deja de ser tan romántica.

—Y tú deja de alejarte cuando algo te molesta —dice pegándole un puñetazo en el hombro.

—Quiero que sepas que tú no tienes que sentirte culpable. Repito, no sabías nada.

—Y tú no te sientas culpable por no haberme preguntado antes.

—¿Volveremos a ser amigas?

—No lo sé. ¿Encontrarás un botón mágico para que no te enojes mas?

—Lo encontrare.

Su comisura se arruga formando una sonrisa.
—En ese caso, sí. Obviamente seguimos siendo amigas.

—Claro que sí.

—Sí.

***
Hinata buscaba las llaves en su bolso cuando oye una voz que le eriza la piel cada que la escucha.

—Hinata.

Se da la vuelta. Los ojos de Naruto se mueven nerviosos, mirándola de arriba abajo antes de dejarlos quietos sobre los de ella.

|En tus zapatos|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora