—De acuerdo —dice Naruto.
La novia de su padre estaba sentada al otro lado de la mesa, con los brazos cruzados, mirándolo con gesto expectante.
La estancia es enorme, se encuentran en una de las salas de reuniones menores qué hay en el Ala Oeste.Minato los acompañaba, y en su rostro se dibujaba una expresión de confusión y pánico.
—De un tiempo a esta parte estoy... —empieza— reflexionando acerca de mi mismo. Y... he querido contártelo porque eres mi padre y quiero que formes parte de mi vida, sin ocultarte nada más. Además, esto... viene porque tu querida novia me ha obligado a hacerlo, sin ningún motivo en especial.
—Es importante —dice Emi en tono desafiante.
—Muy bien —contesta Minato, neutral.
—Muy bien... —repite Naruto—. Vale. Hace par de semanas que Sara y yo no estamos juntos. Hemos roto nuestra relación por compromiso. De hecho, quería hacerlo hace mucho tiempo —clava su mirada altanera en Emi, que lo recibe frunciendo los labios—. Y estoy en una nueva relación con una chica que me gusta mucho.
A su padre se le relaja la expresión de la cara, rompe a reír y abre las manos.
—Oh, ¿Es eso, hijo? ¡Dios, estaba preocupado de que fuera algo peor! —extiende un brazo sobre la mesa y toma entre sus manos la muñeca de Naruto—. Es estupendo. No te sientas culpable por no contármelo.
Naruto sonríe a su vez y mira a Emi como saliéndose con la suya, sintiendo que la angustia que sentía en su pecho se aflojaba, pero aún sentía que había una bomba que estaba a punto de explotar.
—¿Cómo puedes ser tan permisivo, Minato? —le recrimina Emi—. Hay algo más que no te ha dicho...
—¿Y que es eso? —alza las cejas.
Naruto frunce el entrecejo.
Emi, eleva el mentón con gesto altivo.—Es que le he conseguido en su habitación con una chica.
Minato ladea la cabeza.
—No me digas... —murmura, pensativo—. Bueno, me alegro por ti, espero que esa persona te haga feliz y...—Se trata de una compañera de su instituto —interrumpe Emi—. Y por lo que investigue es la hija del director. Se trata de una tal, Hinata Hyuga.
Naruto le da una patada por debajo de la mesa, cosa que le saca un gruñido de dolor a la descarada mujer.
—¡Ah, insolente! —le suelta, colérica.
—¿Qué? —pregunta Naruto, inocentemente.
—¡Me has pateado! —le acusa.
—¿Yo? —se señala, fingiendo sorpresa.
—Eres un... —Comienza Emi, pero Minato se adelanta.
—¡Paren ya! —Les dice—. No son críos de cinco años.
Transcurren unos instantes. Emi mantenía una batalla de miradas con Naruto, hasta que Minato frunce el ceño y junta las cejas.
—¿Hinata...?
—Sí, Hinata.
—¿Hinata... la chica de la otra vez?
—Sí.
—¿La chica guapa que has traído a casa?
—Sí.
—¿No es otra Hinata?
—No, papá. Es Hinata. La chica que has conocido.
—Pero yo creía que no se llevaban tan bien —replica su padre—. ¿Y ahora eres su novio?
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|En tus zapatos|
FanfictionDicen que cuando pides un deseo: a veces esta el demonio. Para joderte la vida, solamente. Una historia tan divertida y dramática tiene muchos demonios y hay que estar alerta a no caer en sus garras. Por suerte, no hablamos de uno literalmente; Hi...