CAPÍTULO 44

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– ¿Tan mal está? – me pregunta Nessy desde el otro lado de la línea telefónica.

– No se ha movido desde hace un rato – le confieso observando a Nick sentado en el suelo con la mirada perdida. – Sinceramente, no sé qué hacer.

Suspiro derrotada, no le he contado a Nessy la razón del comportamiento del chico, pero he tenido que llamarla. Hoy se supone que vendría a casa para experimentar con unas cremas y mascarillas nuevas.

– Voy para allá – me dice. Abro los ojos sorprendida. – Tengo todo preparado, aunque voy a coger más mascarillas. Aviso a todos y llegamos en unos minutos. – No deja que diga nada solamente cuelga. Fiel a su palabra Nessy llamar a puerta veinte minutos después. Se cuela en casa para llegar rápido a mi habitación, ella sabe de sobra dónde está. Antes de cerrar la puerta veo a Rodrigo llegar por la calle. Corre con prisa y con ganas, mira para atrás esperando a que alguien le persiga, es Leo quien aparece segundos después tras él. Ambos vienen riendo y Leo alcanza a unos metros de la puerta.

– ¡Llegué! – dicen al mismo tiempo justo delante de mí. Claramente el empate provoca una discusión sobre el ganador.

– Los dos sois ganadores – dice Darío en tono conciliador llegando a nosotros. Lleva consigo un transportín, frunzo el ceño.

– ¿Dónde está? – pregunta Rodrigo ya con la respiración regulada y más calmado, haciendo que olvide al pequeño animal que los acompaña.

– En mi habitación – les invito a pasar y les guío hasta mi habitación. Cuando entra Leo rápidamente revisa las ventanas y nos hace pasar a todos para cerrar la puerta a mis espaldas. Abre el transportín y con cuidado saca a su famosa mascota. Manchita. Se acerca con ella en brazos y se la deja en el regazo a un Nick muy sorprendido.

– Es un gato de ayuda – le explica mientras acaricia la cabeza de su mascota. – No hace mucho, solo duerme. A mí me ayuda.

Nick mira atentamente a Leo esperando algo más pero el escuchar el silencio del otro chico baja la mirada del gato quien ahora busca caricias de Nessy, alguien al que está acostumbrado. Nick acaricia con cuidado manchita. El animal deja de prestar atención a la chica y se remueve ve en el regazo de Nick. Una sonrisilla tonta aparece en él, pero lentamente se va cuando se da cuenta quién sigue a mi lado. Rodrigo lo tiene claro, camina hacia el chico triste y se sienta a su lado con la espalda pegada en la pared.

– ¿Qué haces aquí? – le pregunta Nick bruscamente. Rodrigo alarga su mano hasta su mejilla y deja caricias. El inglés, lo único que puede hacer para evitar mirarlo es desviar sus ojos a otro sitio. Esa acción hace que no vea como los labios de Rodrigo se posan en su frente en un beso protector. El estático de Nick no contesta, no sé si por la sorpresa o porque abren la puerta de mi habitación.

– ¡Traigo alcohol! – es el saludo de Gabriel levantando unas botellas. Érick aparece tras él con más bolsas, imagino que más bebida. Se acerca a mí y deja un casto beso en mis labios antes de acercarse al círculo improvisado sobre la alfombra dejando las bolsas en el centro. Nessy abre la mochila nada más me siento al lado de Nick, de ella se haga mascarillas, cremas y esmaltes de uñas para utilizarlo con todos nosotros.

Veo cómo con el paso del tiempo la cara de Nick, llena de crema verde, sonríe, está más relajada y contenta. Puede que el alcohol que nos hemos metido en el cuerpo afecte en ello. El gato de Leo ya se aburrió de nosotros y está tumbado en mi cama deshaciéndola cada vez que se mueve. Nessy intenta colocar una mascarilla su novio, pero se mueve para molestarla. Unos golpes en la puerta llaman mi atención, al levantarme para abrir me mareo un poco, pero consigo llegar a la puerta sin problema. Mi madre se extraña con mi tambaleo.

MI PRINCESA PERFECTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora