Naruto Uzumaki, un bello y rubio alfa huérfano que le cuesta trabajo lidiar con su animal interior, siendo la burla de sus compañeros y del pueblo quienes lo tacharan como un alfa defectuoso, tendrá que lidiar con la actitud negativa de la gente hac...
El tiempo pasó en la aldea de la hoja, ahora rebosaba de vida, las casas fueren reconstruidas, muchos linajes redujeron sus terrenos como los Uchihas, los Nara, los Abúrame y los Inozuka, solo los Sarutobi y los Hyuga habían logrado mantener sus riquezas, pero cuando se llamaba a reuniones, todos los linajes tenían voto.
Los cachorros contaban con cinco años, crecieron juntos debido a los trabajos de los alfas, la mayor parte eran fuera de la aldea y tuvieron que ser cuidados por Iruka, el Omega logro pasar los exámenes y era uno de los mejores maestros de la aldea.
Ahora mismo se encontraba un omega castaño lavando unos platos usados en el almuerzo, cuando el ruido en la sala llamo su atención.
Iruka: ¿Qué estás haciendo Naruto?
Pero no hubo respuesta ... El Omega seco sus manos y se dirigió a la sala, al no encontrar al cachorro busco con su mirada y se percató que la puerta del patio estaba abierta, se adentro a ese lugar y pudo ver al pequeño jugando con un animalito.
Iruka: que haces pequeño
Naruto: regreso perrito
Iruka: Naruto, te dije que no es un perrito, es un zorro salvaje, ten cuidado no te vaya a morder ó contagiar alguna enfermedad, debe tener parásitos, pulgas, ....
El Omega seguía dando su discurso desaprobatorio para el animal
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De pronto la dulce voz de otro infante captó su atención
Sasuke: Iduka chan, tengo sed
Iruka: ahora te doy un vaso de agua pequeño y Naruto, (viendo al pequeño rubio), no quiero ver a ese zorro cuando regrese
Diciendo lo último, el Omega se retiró
Sasuke: bobo, esa cosa es fea, (mostrándole la lengua).
Naruto: ¡¡Es bonito!!, Más bonito que. Sasu.
Sasuke: ¡¡No es cieto!!
Naruto: ¡¡Si es cieto, Sasu feo!!!
De pronto los pequeños ojitos onix comenzaron a derramar pequeñas lágrimas.
Sasuke: ¡¡edes malo!!!, (Soltó en llanto).
El pequeño rubio soltó al animalito de sus brazos y se acercó hacia el pequeño azabache, a él nunca le gustó ver llorar a las personas.
