Capítulo 6: Le Petit Ciel

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La cafetería estaba completamente terminada, las mesas estaban dispuestas por todo la sala incluso había un segundo nivel del que no se había fijado antes. Era todo sobrio y elegante los pequeños toques de color pastel que estaban dispersos por todo el lugar daban un aire fresco y divertido. En el segundo nivel estaban las cabinas para dar un poco más de privacidad a los clientes que buscaban un entorno más romántico.

-¡Bienvenida a Le Petit Ciel!
-Es precioso, todo ha quedado muy bonito.- Vio como un aire de orgullo se reflejaba en la cara de Javier.
-Este es el primer proyecto que realizo fuera de las empresas de mi familia y estoy muy orgulloso de que haya llegado a término.
-Me alegro de que hayas podido realizarlo.- Dándole una enorme sonrisa.- Además los dulces que he probado son deliciosos.
-Gracias, contraté a los mejores pasteleros para eso.- Ambos se quedaron mirando las vistas de la ciudad.- Mi familia no me lo puso nada fácil, ellos creen que este proyecto es una pérdida de tiempo y dinero pero tenía que hacerlo.
-Seguro que todo saldrá bien ya lo verás.
-Otra cosa que quería decirte es que la inauguración será dentro de unos días.- Sacó de su chaqueta un pequeño sobre rosa pastel.- Ten es la invitación. Serán pocos los invitados nada más que los más allegados a la familia y algunos amigos.
-Pero es la inauguración, necesitas promoción.- Frunció el ceño mientras cogía la invitación que Javier le tendía.- Necesitas que vengan no solo amigos de tu familia si no los socios también y no quedaría mal que invitases también a los residentes del edificio. Imagínate que uno de tus vecinos le apetece tomar café pero nunca recibió invitación a la inauguración de la cafetería que es precisamente de uno de sus vecinos, directamente no vendrá aquí. Se marchará a otra cafetería aunque tenga que salir del edificio.
-Sé lo que me quieres decir pero quería que ese día fuese tranquilo.
-Lo sé a mi tampoco me gustan las fiestas promocionales pero este es tu primer proyecto por separado, te tienes que hacer un nombre.- Rodó los ojos para volver a mirar las vistas.- Piensa que si te va bien de aquí a unos años cuando ya tengas 10 cafeterías te puedas permitir hacer una inauguración más personal.- Soltando una risita.
-Supongo que tienes razón.- Contestó suspirando.- Hablaré con mi familia para que me pasen los contactos de todos sus amigos y de los socios de las empresas.
-Claro que tengo razón.- Volvió a mirar a Javier a la cara.- Además pienso que deberías servir versiones pequeñas de los dulces de la carta y bebidas que sean afines a ellos.- Se giró y contempló la sala por unos segundos antes de hablar de nuevo.- Además creo que deberías hacer espacio para una pista de baile, nada moderno pero algo que invite a bailar. Quedaría muy íntimo y si ya a cada invitado le das un dulce exclusivo de regalo en un empaquetado bonito cuando se marchen quedarán sorprendidos y sin duda volverán.
-Sin duda eras la mejor de la clase.
-Solo creo que has invertido mucho como para que se eche a perder por algunos pequeños fallos.
-¿Pequeños fallos?.-La observaba mientras se tocaba la barbilla.
-Bueno... No es nada. Olvida lo que he dicho.- Le contestó mientras bajaba la cabeza. Pensaba que había metido la pata, solo se había dejado llevar y dejó que sus verdaderos pensamientos salieran por su boca. Ahora Javier parecía ofendido por como la miraba y no sabía arreglarlo así que se limitó a disculparse.- Lo siento mucho Javier.
-¿Por qué?
-Pues porque te he dicho todo eso. No quería molestarte.
-¿Molestarme?.¿Yo?.- La carcajada fue especialmente sonora.-Por qué iba a molestarme que ayudes en algo así y más cuando tienes razón. Es más hablaré con los organizadores y haré todos los cambios.-Javier siguió riendo un poco.- Bueno ahora si que es hora de comer, podemos ir a uno de los restaurantes que hay en el edificio o podemos ir al que te dije ayer que realmente está muy bueno.
-Vamos a ese entonces.
-Es un pequeño restaurante familiar cerca de donde vives, lo descubrí no hace mucho y me encanta.

El restaurante no quedaba muy lejos de su apartamento y como le dijo Javier toda la comida estaba deliciosa. Allí había un trato con el cliente muy familiar y eso le gustó mucho a ella. Así que después de mucho tiempo se permitió disfrutar del momento para guardarlo en lo más profundo de su alma por si el mañana le deparaba otra cosa distinta.

Enfrentándose al pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora