Capítulo 19: Arrepentimiento.

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-Lo siento Sam...

Le temblaban las piernas si no llega a ser porque Javier la estaba agarrando ya se habría caído al suelo.

-Espero que puedas llegar a perdonarme algún día todo esto.- Volvió a besarla pero esta vez el beso era lento y pausado, estrechando más el espacio entre ellos. Por un momento Samanta se dejó llevar pero el recuerdo de ayer le vino a la mente apartando a Javier de ella con brusquedad.
-No puedo dejar las cosas pasar tan fácilmente.- Javier bajó la mirada.- En el pasado permití que pasaran pero ya no soy esa mujer, ni puedo ni quiero serlo. Lo de ayer me afectó mucho, no sabes cuánto. Algo en mí se perdió cuando te vi aparecer y me miraste de esa manera, no creo que llegue a olvidarlo nunca.- Vio como esas palabras afectaban a los dos pero continuó, necesitaba sacar todo lo tenía guardado.- El otro día me hiciste creer que podía volver a sentirme completa estando contigo, me sacaste del pozo donde yo misma me había metido pero te encargaste de volver a meterme en el.
-No sé qué decirte...
-No hace falta qué digas nada... Lo diré yo por ti.- Javier abrió la boca para contestarle pero la volvió a cerrar.- Mañana es mi último día de prácticas cuando termine me iré, no trabajaré más para ti.
-¡NO!...- La cogió de las manos para mirarla a los ojos.- No quiero que te vayas, fue solo un error no debí desconfiar de ti.
-No tuviste más remedio verdad...Tenías pruebas aunque no se veía la cara no dudaste ni por un segundo de que se trataba de mi.- Se soltó del agarre poniendo distancia entre ellos.- Mañana será mi último día, te sugiero que lo aproveches.
-¿Y qué hay de nosotros?.- Intentó acercarse a ella pero retrocedió al ver la expresión que tenía en la cara.- No quiero que se quede aquí.
-Nunca empezamos nada.- A pesar de lo que había pasado entre ellos en el despacho no hablaron mucho del tema.- Ni siquiera hemos hablado tranquilamente de lo que pasó en el despacho antes de irte.
-Lo sé pero quería hablarlo contigo cuando volviese pensé que este tema no debía tratarse a distancia.- Se giró dandole la espalda.-Otra cosa en la que también me he  equivocado.
-Debiste decirme algo...Pensaba que tú ...-¿Y ahora qué?. Estaba segura de que se había precipitado, él se había arrepentido y esas dudas se lo confirmaban. Quizás lo que pasó entre ellos fue solo producto del momento y todas las cosas que le dijo no significaron nada en realidad.-Creí que lo que sentías por mí... Era de verdad...
-¿Qué?.-Esta vez la miró a los ojos de forma penetrante.-¿Dudas de lo qué siento por ti?.
-No sé qué pensar después de esto.
-Es verdad que tuve que decirte lo que estaba haciendo Lourdes y también debí de hablar contigo en el momento que supe el desajuste de las cuentas.-Tomó aire para seguir hablando.- Pero jamás dudé de mis sentimientos hacia ti. Actué mal y sé que estarás enfada conmigo pero haré lo imposible para que me des otra oportunidad.- Samanta guardó silencio.-Por favor Samanta, empecemos de nuevo.

No estaba segura de si fueron aquellos ojos marrones, el recuerdo de todos los buenos momentos que había vivido desde que le volvió a encontrar o la promesa de una conversación pero estaba de nuevo sentada en aquel sillón mientras Javier hacía una lista de todos los sitios donde tendrían que ir esa tarde. Una vez terminada aquella pequeña reunión se dirigieron al contable y al asesor personal de Javier para llevar el tema del despido de Lourdes lo más rápido posible, la siguiente parada era una de las empresas de la familia dedicada a la venta de inmuebles de lujo. Allí fueron recibidos por una asesora muy guapa y de piernas kilométricas pero con una falda muy corta que claramente se insinuaba más de la cuenta a Javier ignorándola a ella completamente.

-¡Javier!.¿Cuánto tiempo?.- Intentaba por todos los medios acercase a él mientras le recorría los brazos con las manos.
-Buenas Amanda. Te presento a Samanta Blanco, ella es mi nueva asistente personal. A partir de ahora tratarás con ella directamente en vez de hablar conmigo.- La cara de la mujer cambió completamente.- Hemos venido a por los contactos de las últimas propiedades adquiridas.
-¿No quiere qué yo me ocupe de eso?.- Miraba a Samanta de reojo.-Estoy más acostumbrada a tratar con esa clase de clientes.
-No.- Cogió a Samanta por el brazo poniéndola entre él y Amanda.- Ahora dispongo de más tiempo para retomar parte del trabajo que delegué. No disponemos de mucho tiempo, por favor haga lo que le he pedido.

Enfrentándose al pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora