Extra 1: Cuando el pasado te alcanza de nuevo.

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El ajetreo matutino en la cocina inunda toda la casa sacándola del irregular sueño que tenía.- Otro día...- Suspiró pesadamente y se estiró en la cama tanto como pudo. Rápidamente se vistió con lo que había preparado la noche anterior y se arregló lo mejor que pudo, aunque sin mucho éxito ya que las ojeras que tenía por haber dormido mal no se disimulaban fácilmente. Después de mucho rato finalmente, el aspecto que se reflejaba en el espejo era el adecuado para ir al trabajo y que nadie le hiciera alguna pregunta incómoda.

Unos pasos rápidos por el pasillo la devolvieron a la realidad.

-¡Como no te des prisa vas a llegar tarde!.- Raúl siempre se veía bien a cualquier hora del día, incluso con solo el pijama puesto, combinado con el delantal a cuadros amarillos totalmente manchado.- Ya serían 3 veces este mes y tu jefe no es precisamente "Don encantador"...

-Lo sé, lo sé...Pero...Bueno, no es nada...- Sintió como Raúl la miraba de arriba abajo y cambiaba la expresión que tenía.

-Bueno...No tardes...El desayuno está en la mesa y se está enfriando.

A medida que avanzaba por el pasillo el olor a café y a pan tostado le hacía cosquillas en la nariz, abriéndole el apetito. Raúl ya estaba senado y vestido cuando Samanta entraba por la puerta de la cocina.

-El desayuno se ha enfriado...- Se notaba que estaba molesto.

-Lo siento, he tardado más de la cuenta en recoger la habitación.- Tenía la expresión seria pero no levantó la vista de su móvil cuando la vio entrar. Así que intentó suavizar el ambiente.-¿Esa camisa es nueva...?. Te sienta muy bien...

-Samanta...No me hagas la pelota...Sabes que no me gusta que se enfríe la comida, además me he propuesto que ganes un par de kilos, a ver si conseguimos que ese culo esmirriado que tienes crezca un poco para cuando nos vayamos de vacaciones.

-¿Vacaciones?. Yo no...

-Sí, vacaciones...Tu, yo y nuestros tangas a juego en busca de alguien que nos caliente la cama por las noches.... O a cualquier hora...- Sus ojos color caramelo empezaron a echar chispas.

-Pero, ¿Y Lucas?. ¿No ibas a irte con él...?.

-Lucas ya es pasado querida... No me llenaba por completo...Ya ves...- Le guiñó un ojo y bebió un sorbo de su café como si nada.

-Pero...¿Qué pasó...?.

-Lucas...Bueno, íbamos por caminos con un final completamente distinto, por así decirlo.- Siguió bebiendo de su café con una expresión triste pero seria en su cara, lo que hacía que se viese más atractivo si todavía fuera posible, de lo que ya era. No había duda de que fuese a donde fuese, todos los ojos se posaban en él. No solo por ser un guapo de libro con su 1,86 de altura y su piel tostada, sino que derramaba sex-appeal por cada poro de su cuerpo. Nació para ser un rotundo rompecorazones.- Así que necesito que nos vayamos unos días para relajarnos y lucir cuerpazo.

-No puedo, tengo mucho trabajo en este época del año.

-Vamos Samanta...Ambos lo necesitamos...Llevas un tiempo que estás muy apagada y no quiero verte así, porque eres una buena persona y una gran amiga. Además se acerca...

-Gracias.- Le sonrió levemente, cortándole la frase. Y tomó un sorbo del café que tenía delante de ella ya casi frío. Raúl la miró y entendió que no quería seguir mucho más con aquella conversación.

-Es a eso a lo que me refiero...Vives con esa expresión dibujada en tu cara y sé que no eres así...

-Sé a lo que te refieres, pero ya sabes que me pongo así cuando se acerca...-Ambos se miraron.- Mi cumpleaños...- Bebió otro sorbo de su café.

Enfrentándose al pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora