Capítulo 20: De compras.

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-¿Seguro que estás bien?.- Alba llevaba un buen rato mirándola de reojo.- Se te ha hinchado un poco la mejilla.
-No te preocupes de verdad, no ha sido para tanto.- Había recibido golpes mucho peores y este no era nada. Lourdes debía de estar muy enfadada para llegar a hacer una cosa así.
-Se lo tienes que decir a Javier.
-¡No!. No quiero preocuparle, además es una tontería.- Alba la miraba fijamente.- De verdad que no pasa nada.

En el mismo edificio había unas cuantas tiendas pero por lo ocurrido con Lourdes decidieron ir al centro de la ciudad para evitar algún encuentro indeseable.

- Me gusta como se te queda ese vestido.- Alba asomaba la cabeza por la cortina del probador.- Te sienta muy bien y te lo puedes poner para una cena de negocios. Es elegante pero no deja que a la intuición se imagine lo que hay debajo.
-Entonces mejor no.- Era verdad que ese vestido insinuaba demasiado para ponérselo en algo relacionado con el trabajo.- No quiero que piensen que me gané el puesto de otra forma.
-¿Y qué si lo piensan?. Después de que te conozcan verán que no solo eres atractiva si no que eres inteligente. Y es ahí cuando podrás hacer lo que quieras con ellos.
-¡Alba!.- Estaba escandalizada por la forma de pensar de la mujer que acababa de conocer.
-Es broma... La verdad es que no deberías escoger ropa solo por lo que vayan a pensar de ti, sino por como te sientes con ella puesta. Con la ropa adecuada te sentirás imponente y se reflejará por fuera.- Le guiño un ojo.- Y seguro que a Javier le gustará verte  por su despacho vestida así.

-O sin ropa...- Esas palabras surgieron en su mente de repente. Después de todo lo pasado con Javier no se sorprendía que pensara así. Desde luego la relación que mantenían era de todo menos profesional, es cierto que había algo latente entre ellos pero no estaba definida y el no saberlo la estaba matando por dentro.- Tengo que preguntárselo esta noche. Necesito saber qué es lo que somos o si es que somos algo más que dos amigos que se acuestan. Ya no puedo seguir así porque necesito más de él.- Alba volvió a interrumpir en el probador con un vestido negro largo de fiesta.

-Me dijo que necesitabas al menos 3 vestidos de fiesta y he pensado que este estaría bien. No es muy llamativo pero resaltará la figura y el escote en la espalda es pronunciado pero nada escandaloso.- Samanta lo cogió y se lo probó de inmediato, pudo ver que tenía razón. El escote en la parte de atrás llegaba hasta la mitad de la cintura, no tenía nada en especial pero le sentaba muy bien por lo que decidió llevárselo.
-Este es precioso.
-Me gustaría que los otros vestidos fueran al menos de otro color y también hay que buscar los zapatos que les vengan bien a cada uno. ¿Te dijo algo más?.
-Ropa para el trabajo, ropa deportiva y los vestidos de fiesta... Bueno...- No te olvides de mi vestido.......La voz de Javier retumbó en su cabeza.-Necesito un vestido para esta noche, tiene que tener escote en la espalda.
-¿Para esta noche?.
-Si...Tenemos una cena...-Los nervios empezaban a consumirla mientras Alba la miraba de arriba abajo hasta que sin previo aviso se giró.
-Voy a ver si veo algo por aquí que esté a la altura de esta noche.- ¿Tan evidente era?. Alba se había dado cuenta y es que era normal ya que al mirarse al espejo estaba completamente colorada.

Al cabo de dos interminables horas y varias tiendas por fin terminaron de hacer todas las compras.

-Muchas gracias por acompañarme.- Samanta apenas podía caminar con las bolsas de la ropa.
-No hay de qué. La verdad es que me he divertido mucho.- Alba también tenía problemas para caminar.¿Tanto habían comprado?.- No sé si te lo ha dicho Javier pero apenas salgo de casa. Cuando me casé mis amigos y mi familia empezaron a alejarse un poco, seguimos en contacto y todo pero ya no es lo mismo de antes.
-Yo alejé a todo el mundo... No tengo relación con nadie que no sea Javier y eso es desde hace poco, así que te entiendo.- No se acordaba de la última vez que había tenido una tarde así con alguien y mucho menos con una amiga.- Cuando quieras podemos quedar y tomar algo.
-¡Claro!. Cuando quieras, ya tienes mi número así que espero tu llamada.

Enfrentándose al pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora