Capítulo 12: Organizando una fiesta.

87 14 1
                                    

La mañana pasó como siempre en la cafetería, que por lo que se podía ver estaba teniendo muy buena acogida y eso le alegró bastante. Sabía que este negocio significaba mucho para Javier y por su parte iba a hacer todo lo posible para ayudarle. Pero la tranquilidad no duró mucho, se sentía observaba y eso la puso en alerta. Era de pensar que al estar en un lugar público y trabajar en el era algo normal pero sabía en el fondo que no era así. Durante todos los años que estuvo con Jorge desarrolló ese instinto de supervivencia, había aprendido como actuar, hablar, andar y hasta comer de varias maneras según el estado en el que se encontraba para evitar una discusión con consecuencias. Incluso su manera de vestir y peinarse estaban bajo el control de Jorge, no dejaba que llevase el pelo suelto o que se lo dejase más largo de la cintura y siempre debía de llevar colores oscuros. Tenía que llevar siempre chaqueta aunque fuese en verano pero eso era más bien por ocultar algunas marcas en los brazos o por la espalda y mucho menos podía ir a la playa con bikini, eso estaba totalmente prohibido.

Ahora las cosas eran muy distintas, pero no podía deshacerse de todo lo aprendido. Por más que miraba a su alrededor no encontraba a nadie que levantase sospecha alguna, por lo que siguió con su trabajo.

La tarde si fue ajetreada en el hotel, se empezaron con los primeros preparativos en los jardines. Había que limpiar y redistribuir todo para la fiesta dejando una amplia zona con asientos esparcidos por el césped junto a la piscina, la pista de baile justo frente a las grandes puertas que daban al salón. Los bocetos que previamente había realizado fueron de gran ayuda para los decoradores. Todo el espacio exterior se dividiría en tres zonas, la primera era la pista de baile que estaba delimitada por el suelo de mármol quedando cerrada por el césped, la segunda zona era el escenario que terminarían de montar en unos días junto a un pequeño bar para servir cócteles y la tercer en la que se situaban asientos y tumbonas por todo el césped hasta llegar a la piscina. Una vez todo ese trabajo estuviera concluido el salón sería mucho más fácil de organizar. En el sólo iban a ir mesas y un atril para dar un pequeño discurso por parte de los dueños del hotel. Una vez organizado todo el plan de distribución lo siguiente sería el catering y las invitaciones para los invitados. Por suerte la lista de invitados corría a cargo de Carlos cosa que agradeció enormemente Samanta.

Los días pasaron muy rápido y todos fueron distintos pero muy ajetreados. Lo único constante eran todas las llamadas que Javier le hacía a Samanta, siempre eran por la noche cuando ambos estaban ya en la cama así que sus voces eran las últimas que escuchaban antes de dormir. Para Samanta era una constante con fecha de caducidad porque en el fondo sabía que cuando volviese esas llamadas nocturnas para contarse el día que había tenido se acabarían. El solo hecho de pensarlo hacía que la tristeza la embargase pero por otra parte él estaría de vuelta, más cerca de ella.

-¿Cómo te ha ido el día?.- La respiración de Javier se podía oír al otra lado del teléfono.
-Bien, hoy se han quedado todas las luces del jardín puestas y las mesas montadas a la espera de colocar la vajilla. Solo faltan que confirme algunos de los invitados por lo demás está todo listo.
-Conociéndote habrá quedado precioso.-Samanta dejó salir una risilla.
-¿Cómo te ha ido el día a ti?.
-Pues bastante estresante, no han cumplido con algunos de los requisitos para empezar las obras porque ha dimitido el jefe de obra. Me retrasaré todavía un poco aquí.
-Entonces. ¿No vas a poder venir a la fiesta?.-¡No puede ser!. La decepción era más que evidente.
-Me temo que no, todavía tengo para unos cuantos días más. Lo siento mucho, sé que te lo prometí.
-No te preocupes el trabajo es lo primero.-No sabes la falta que me haces Javier...-¿Me lo vas a compensar?.- La risa cálida de Javier la inundó por completo.
-Pídeme lo que quieras.
-Umm...Me conformo con una cena por incumplimiento de promesa.
-Eso está hecho. Por cierto, ya sabes lo qué te vas a poner.
-Pues aún no, no he tenido mucho tiempo para buscar nada apropiado.
-Bueno aún tienes un día para encontrar algo.
-He pensado en ir mañana de que salga del trabajo. Llamaré a Carlos para avisarle, solo espero que no ocurra nada a última hora y no estar por allí para supervisarlo todo.
-No te preocupes, no creo que pase nada. Te tengo que dejar ya Sam.
-Buenas noches Javier.

Enfrentándose al pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora