-¿Ya has terminado tu maleta?.-Javier estaba de pie frente a los pies de su cama mientras guardaba ropa en una maleta abierta.
-Sí, acabo de terminarla solo me queda meter la bolsa de aseo. También le he hablado con Marisa para recordarle que no venga mañana.- Samanta entraba por la puerta de la habitación.
-Vale, a mí aún me queda un poco aunque no hay mucho que meter, pienso estar todo el día metido en las piscinas.- Se giró hacia Samanta.- ¿Sabes?.- Le dedicó una sonrisilla.- He reservado un masaje "especial" nada más llegar.- Lo miraba sin comprender qué quería decirle con eso, así que Javier siguió hablando.- Hay masajes para parejas... Había con aceites esenciales, de chocolate, relajante y varios más que no me acuerdo.
-¿Y cuál has reservado?.- La curiosidad pudo con ella.
-Pues uno relajante para parejas. ¿Acaso creías que reservaría otra cosa?.- Le guiñó un ojo mientras cerraba la maleta y la ponía junto a la puerta.- La verdad es que estoy deseando pasar este fin de semana en el spa.- Acorraló a Samanta contra la puerta para besarla.- Aunque si es contigo me da igual a dónde vayamos.- Antes de que pudiera contestarle volvió a besarla.-Tú, yo, el spa y el servicio de habitaciones...Lo que me recuerda...¿Has metido en la maleta el conjunto que te traje el otro día?.
-Sí...-Bajó la vista al recordar cuando Javier le trajo aquel conjunto negro de lencería que dejaba muy poco a la imaginación.- Fue lo primero que metí...- No pudo ocultárselo en ese momento y tampoco lo consiguió ahora. Pero evitó mirarle a la cara para que no se diera cuenta de que sus mejillas empezaban a calentarse.
-Te ves realmente preciosa solo con lencería...- Se apartó de ella para ir al baño.- Me estoy planteando seriamente en que sea tu nuevo uniforme...
-Javier...- Por un momento le creyó hasta que vio la expresión que tenía al entrar al baño, viendo que solo le había tomado el pelo.El despertador sonó muy temprano para su gusto ya que Javier la había mantenido despierta hasta bien entrada la noche, con la excusa de que estarían todo el día en el spa con toda esa gente y ella en bikini delante suyo sin poder hacer nada hasta que llegasen a la habitación.
-Podemos parar de camino a tomar algo y descansar ya que son cerca de 5 horas en coche.-Acababa de entrar por la puerta del apartamento con dos cafés y una caja de dulces de la cafetería.- He ido para dar una vuelta a la cafetería y recordarles que no estaremos hasta el lunes, de paso he traído el desayuno para no pararnos mucho.
-No te he visto salir...
-Estabas en el baño arreglándote y no quise molestarte.- Le dio uno de los cafés a Samanta.- Ya están todos avisados y nosotros podremos descansar tranquilos. Menos mal que ayer dejé preparado el coche para no tener que pararnos ahora.El aparcamiento estaba situado en los sótanos del edificio y a esas horas de la mañana había muy poca gente en el, solo los habituales de cada mañana. Aunque al ser fin de semana había aún menos gente y resultaba un poco siniestro. A medida que se acercaban al coche Samanta pudo notar cómo la mano de Javier se tensaba al rededor de la suya.
-¿Qué te pasa?.- La expresión de su cara estaba igualmente tensa y su vista puesta en la dirección en la que se encontraba el coche.-¿Javier?.- Se pararon en seco pero seguía sin contestarle. Por más que miraba en su dirección no conseguía distinguir aquello que le puso en alerta.
-Samanta...Podrías volver al apartamento y mirar si me he dejado las luces del despacho encendidas...Estuve esta mañana antes de ir a por el desayuno y creo que me las he dejado. Podrías ir a comprobarlo, no me quedaría tranquilo si no vas.- Esta vez se giró para mirarla a la cara.- Te esperaré en la puerta del edificio con el coche.- Algo pasaba y lo de que revisase de nuevo las luces era solo una excusa muy poco convincente, más que nada porque había comprobado cada una de las habitaciones por si se había dejado algo.
-Claro, nos vemos en un momento.- A pesar de que sabía que era una excusa hizo lo que le pidió no muy convencida.A una distancia prudente se escondió detrás de una de las columnas del aparcamiento para ver qué le había pasado a Javier y que le hizo que reaccionase de esa manera.-¿Por qué me ha dado esa excusa tan tonta?.-. A lo lejos pudo ver cómo se acercaba al coche y cogía algo que había en el parabrisas pero por la distancia a la que estaba no pudo distinguir qué era. Estaba claro que fuese lo que fuese lo había alterado lo suficiente como para pedirle que se marchase.-¿Pero el qué?.
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Enfrentándose al pasado
RomanceAño tras año Samanta Blanco ha pasado desapercibida viviendo una vida tranquila y sin llamar la atención de nadie. Hoy es el día de su cumpleaños, pero de lo que debería ser una nueva etapa en la vida se convierte en un encuentro con el pasado del q...