La entrada de los juzgados seguía siendo un hervidero de personas que iban y venían ajenos a lo que sucedía a su alrededor.
-Se acabó...- Javier murmuraba para sí mismo pero fue escuchado por Samanta que lo miró durante unos minutos sin decir nada.
-Javier...Gracias...Por todo...- Alzó la mano que seguía entrelazada con la suya y besó sus nudillos, bajo la antena mirada de Javier.
-¿Gracias...?. ¿Estás segura de que esa es la palabra adecuada...?. Si no llega a ser por mí, nada de esto te hubiera pasado...- Se apartó de ella, deshaciendo el agarre que tenían desde el principio.- Soy yo quién tiene que dártelas. ¿Aún no lo entiendes?. Yo he sido peor que cualquiera de los que estaban ahí dentro. Fue mi mano la que marcó su número y contactó con él, cuando saliste del almacén aquel día...Yo lo inicié...
-¿A caso importa eso ya...?.- Acortó la distancia que los separaba.- No te quedes solo con eso...Y quédate con que tú me has salvado...
-Samanta....
-¿Aún estáis aquí?.- La dueña de aquella voz los sacó de la burbuja en la que se habían metido, trayéndolos de nuevo a la realidad.
La madre de Javier se acercaba a paso ligero seguida por el abogado de la familia.
-¿Qué haces aquí?.- Estaba extrañado de ver a su madre parados frente a ellos con una expresión indescifrable en su rostro.
-No he venido aquí por ti, si no por ella.- Se acercó a Samanta pero Javier se interpuso entre ellas.- Tenemos un trato, así que se viene conmigo.
-¡Ella no va a ninguna parte!.- Samanta estaba sorprendida pero su madre seguía con esa expresión imperturbable.
-Un trato es un trato, no estoy haciendo nada de lo que no tenga derecho.- Estiró el brazo para alcanzarla, pero fue interceptada por Javier.
-He dicho que...No.- Se interpuso entre ellas desafiando a su madre con la mirada.
-Javier...Ella tiene razón. Firmé el contrato...- Estaba agazapada detrás de Javier y las piernas empezaban a fallarle, el día había estado cargado de emociones y ninguna de ellas buena.- Acepté todas las condiciones...- Se había parado muy poco a pensar en que este momento llegaría.
-Solo he venido para garantizar que se cumpla.- La tensión entre ellos aumentaba a cada segundo que pasaba.- Haz las cosas bien por una vez en tu vida y deshazte de ella.
Javier estaba paralizado y con la mirada perdida tras oír esas palabras. Solo reaccionó cuando Samanta deslizó la mano por su brazo hasta volver a entrelazarlas.
-Javier...No pasa nada. Tu madre tiene razón, aunque quisiéramos...Han pasado muchas cosas...Sabes tan bien como yo que llevamos vidas muy distintas, tarde o temprano acabaríamos enfrentados y sin nada bueno que pudiéramos recordar el uno del otro...- Tenía que admitir que a cada palabra que salía por su boca solo hacía que se hundiera más en un pozo en el que se había metido ella sola.
-Escúchala...-La miró fríamente de arriba abajo.- Al final siempre escogen el dinero.- Lo dijo con un tono muy bajo pero lo suficientemente alto para ser escuchado por los presentes.
Aquella frase que soltó por su boca junto con aquella expresión, removieron todos los sentimientos encontrados que se agitaban en el interior de Samanta. No podía permitir que aquella mujer insinuase una cosa tan vil como esa. Era verdad que al final había escogido el dinero, pero tampoco era como si le hubieran dado más opción que esa. De repente toda la presión que había estado soportando desde que supo que volvería a ver la asquerosa cara de Jorge, estalló. Dándole el coraje necesario para hacerle frente.
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Enfrentándose al pasado
RomanceAño tras año Samanta Blanco ha pasado desapercibida viviendo una vida tranquila y sin llamar la atención de nadie. Hoy es el día de su cumpleaños, pero de lo que debería ser una nueva etapa en la vida se convierte en un encuentro con el pasado del q...