golden | Kakashi Hatake

capítulo treinta.

Al final ¿cómo iba a saber que un día me despertaría sintiendo más cosas por ti?

*

—Oye, Sasuke, ¿no crees que debí enseñarle a bailar al maestro Kakashi? No duraron ni un minuto en la pista —comentó Sakura a su esposo, luego de ver el fracaso de Kaede y Kakashi a la hora de bailar.

—Tsk, ese no es tu problema Sakura.

—Pero velo, parece un adolescente sin idea de qué hacer.

—Esa mujer lo quiere así, eso debería ser suficiente.

Sakura se sorprendió por las palabras de Sasuke, pero no dijo nada más. La chica observó la manera tan abrupta en que Kaede se separó de Kakashi y pensó que algo había salido mal, algo incluso peor que no saber bailar.

—Definitivamente debí enseñarle.

—Sakura... —aseveró Sasuke.

—¿Qué te pasa? Casi podría jurar que estás celoso.

Sasuke no dijo nada más, sólo porque no admitiría tal hecho. Sakura solo sonrió con truinfo y continuó viendo a su maestro por un rato, hasta que, de nueva cuenta, Kaede se acercó a él.

Kakashi se levantó de su asiento y se alejó de la mesa con Kaede. Sus amigos estaban detrás de ellos, cuchicheando sobre la pareja.

—¿Qué sucede, Kaede?

—No, aquí no puedo decírtelo —titubeó.

—¿Por qué?

—Todos nos están mirando.

—Siempre nos están mirando, Kaede.

—Sí, pero...

—¡Maestro Kakashi! —Ino Yamanaka apareció apurada junto a ellos. Ambos la miraron con preocupación, ya que ella lucía algo afectada.

—Ino, ¿está todo bien? —preguntó Kakashi. Kaede frunció el ceño.

—Maestro, lo siento tanto, es que ha ocurrido algo con el fotógrafo. Dice que sólo le pagaron para hacer la sesión de fotos previa a la ceremonia y para asisitir a la iglesia.

—Imposible, nos encargamos de que cubriera todo el evento.

—Eso no es lo que él dice.

—Bien, vamos con él. No podemos quedarnos sin fotógrafo.

—Kakashi —lo llamó Kaede, en un segundo se sintió como que la estaba ignorando.

—Dame un minuto, Kaede. Ahora vuelvo.

Kakashi desapareció con Ino y se fueron al otro lado del salón. Kaede permaneció de pie, estaba indignada, pero tenía que comprender que al final Kakashi era parte de la organización de aquella fiesta y cosas así resultaban ser más prioritarias.

La mujer se aproximó a la mesa con los demás Hokages e intentó integrarse con ellos en la conersación. Por dentro estaba desesperada y ansiosa, deseaba hablar con Kakashi de una vez por todas, sólo tenía que esperar.

El Hokage intentó hablar con el fotógrafo por las buenas, él le demostró que, efectivamente, sólo se le había hecho un pago y no era suficiente dinero para prestar sus servicios todo el evento. Kakashi le ofreció más a cambio de que se quedara, pero el hombre se negó. Debido a que había dado por hecho que no se quedaría, había hecho otro compromiso con otro cliente esa misma tarde.