capítulo veintiséis.

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El golpe otorgado por el perro de Kaede dejó a Kakashi con una nariz amoratada, claro que el Hokage no acudió al médico y su máscara era suficiente para cubrir gran parte de su nariz. Sin embargo, Sakura fue capaz de percibir la tonalidad púrpura sobresaliente y en cuanto ingresó al despacho de Kakashi, corrió hacia él y le hizo demasiadas preguntas e insistencias para curarlo. Sasuke observó la escena desde atrás y chasqueó la lengua al ser rotundamente ignorado. Kakashi se negó a todo lo ofrecido por Sakura, aunque eso no ayudó a que Sasuke se sintiera más tranquilo.


—Maestro Kakashi, ¿por qué permitió que algo así pasara?

—Digamos que me lo merecía, no puse resistencia.

—Te gusta meterte en problemas, ¿no, Kakashi?

Sasuke tomó asiento frente a Kakashi y de un lado de su futura esposa. Sakura seguía afligida, ni siquiera quería hablar del motivo por el que los dos estaban ahí. Kakashi sonrió nervioso.

—Tranquilos, no es nada grave. Estaré bien. Mejor terminemos con los últimos detalles de su situación.

—Maestro, no puedo creer que usted haya permitido tal acto, ¿cómo es que no se defendió? —insistió Sakura.

—Estaba encubierto, no podía dejar que supieran que era un ninja —explicó.

—Pero...

—Sakura, ya deja de preocuparte por este viejo, ¿podemos concentrarnos en nosotros? —intervino Sasuke.

Kakashi abrió los ojos con sorpresa.

—Oigan lo que menos quiero es causarles problemas maritales antes de que siquiera se casen —rio—, vamos, comencemos con la lista oficial de invitados que les han confirmado.


Quedaban dos semanas para la boda. Sakura y Sasuke solo tenían que ajustar los últimos detalles de la ceremonia y la fiesta, para que todo ese día fuera perfecto.

El Uchiha extendió una lista sobre el escritorio y Kakashi la tomó para leer en silencio. Para su sorpresa, los invitados estaban dispuestos a asistir, si acaso un par faltaban por confirmar pero todo parecía indicar que estarían completos en el salón.

En automático buscó el nombre de Kaede, el cuál, estaba antes que el suyo. Kakashi estaba marcado como confirmado, pero ella no.

El Hokage sintió una punzada en su pecho y su preocupación se vio reflejada en la parte descubierta de su rostro.


—¿Ocurre algo, maestro? —preguntó Sakura tras notar su cambio de ánimo.

—Kaede no ha confirmado —se sinceró. Sakura miró a Sasuke quien se encogió de hombros, restándole importancia al asunto.

Una persona menos en su boda, era más que beneficiario para él.

—Creí que usted sabría algo al respecto. Si le soy sincera, maestro, no la he visto en algunos días. La última vez que visitó la clínica con su alumna y fue hace un mes, desde entonces ella y su abuela asisten a terapia semanal por su cuenta.

Kakashi asintió sin mirarla a los ojos.

—Me la encontré en la Academia de casualidad, estaba en la oficina de Iruka y solo mantuvimos una conversación de trabajo. No pude preguntarle por la boda, pero precisamente por eso es que quería preguntarle a usted si le ha dicho algo en referencia. Debo confirmar el número de platillos con el cocinero.


Kakashi miró rápidamente a Sasuke, el Uchiha, con su único ojo visible, le señaló hacia la izquierda, para que se dirigiera a Sakura y no a él. Lanzó un suspiro exagerado y soltó la hoja que sostenía entre sus manos sudorosas.

golden | Kakashi HatakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora