capítulo treinta y cuatro.

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Sabaku no Gaara estaba en la tarima frente a la casa de Ikki, Kakashi estaba a su lado y el anuncio acaba de ser dado, por lo que ambos Kages eran espectadores de la reacción del clan Inuzuka. Kakashi buscó a Kaede entre la multitud, sabía que estaba ahí porque era obligatorio, pero Gaara no había dicho nada que no supiera ya, sólo estaba ahí para firmar el tratado de alianza entre ambas aldeas a través del servicio del clan, quien, aunque pasaba a vivir oficialmente en la Aldea de la Arena, seguirían leales a la Hoja y cualquier acto de traición o revelación de información confidencial sería castigada sin consideraciones. Reglas fáciles de seguir.

Cuando Kakashi pudo distinguir a su novia, notó que había retocado el color oscuro de su cabello, no lo traía igual que el día anterior. Sonrió debajo de su máscara.


—Todos parecen emocionados, ¿no lo creé? —irrumpió Garra con la mirada al frente. Kakashi se asomó un poco por un lado de la tela que colgaba de su sombrero.

—Sí, eso parece —respondió él sin muchos ánimos.

—Me alegra que pudimos resolver esto sin tanto lío, Sexto —continuó.

—Sigue sorprendiéndome lo fácil y rápido que resultó todo. En menos de seis meses llevamos acabo un suceso histórico, es increíble.

—El mundo ninja no es lo que era antes.

—Agradezco que seas tú quien lidere la Arena, espero que nuestros acuerdos sean respetados.

—Lo mismo digo, Sexto —Gaara se dio la vuelta para quedar frente a Kakashi.

—Sobre lo que hablamos...

—Descuide, estoy trabajando en eso.

—Gracias.

—Si me permite —Gaara aclaró su garganta y se encargó de observar a Ikki a lo lejos, por si llegaba a acercarse—. Yo le sugeriría el matrimonio, no tiene que hacer una boda despampanante sino quiere, pero un par de firmas en esos documentos es todo lo que necesita para avalar la estadía de la señorita...

—Kaede —completó Kakashi.

—De la señorita Kaede.

—Es muy pronto para hablarle de matrimonio, debe haber otra manera.

—Quisiera hacer una excepción con ella, ya sabe, por mi amistad con Naruto y el respeto que le guardo, maestro Kakashi —Gaara dejó de observar a Ikki y miró a los ojos al sexto Hokage—, pero usted comprende que sería un acto deshonesto de mi parte, provocaría conflictos entre nosotros como nación y dentro del clan Inuzuka, por supuesto.

—Si Kaede se convierte en mi esposa no lo haría menos nepotista, ¿no crees?

—Pero sería menos raro —sonrió—. Estoy seguro de que nadie lo cuestionaría y mucho menos se opondría.

Pero Kakashi no podía estar de acuerdo con eso, Kiseki no aprobaría su matrimonio, sin duda. ¿Qué nadie lo cuestionaría? Estaba seguro de que todos en la aldea lo harían, era parte de ser el Hokage, atraer la atención.

O tal vez era consecuencia de su ansiedad imaginarse cosas.

—Sai me dijo lo mismo —retomó—. Temari reside aquí porque es esposa de Shikamaru.

—Y gracias a eso, tenemos un pacto seguro con la aldea de la Hoja y el clan Nara —interrumpió Gaara—. Mire, maestro Kakashi, véalo así, si usted se casa con la señorita Kaede, quien es oficialmente una ciudadana de Sunagakure, será el comienzo de una nueva alianza, su novia podrá seguir viviendo en Konoha, con usted y absolutamente todos ganamos con eso.

golden | Kakashi HatakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora