Capítulo 8: "Las verdaderas heridas"

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Las heridas físicas sanan y a veces dejas cicatrices visibles, las heridas emocionales también sanan pero dejan cicatrices que desgarran el alma


Habíamos estado marchando durante tres días y medio sin incidentes pero habíamos recorrido menos distancia que la que había planificado originalmente, la tensión había disminuido entre nosotros pero seguía siendo algo incómodo el cruzar palabras con Ariadna, además la continua marcha había comenzado a afectarla físicamente.


La resistencia física a la fatiga no era un problema para personas fuertes y con abundante poder mágico, sin embargo el desgaste físico del cuerpo no podía evitarse y Ariadna había comenzado a tener problemas en las plantas de sus pies debido a la combinación de la humedad y la continua marcha, estaba casi seguro que había comenzado a desarrollar el "pie de atleta", era notoria la incomodidad sentía en los pies, por lo que decidí tratar de convencerla de parar momentáneamente la marcha.


Afortunadamente había encontrado un lugar protegido del viento para poder hacer un campamento.

-"Creo que es buen momento para descansar, aquel parece un buen lugar"-, dije y luego realice una seña con el brazo.

-"Aun puedo continuar novato, sigamos adelante un poco más!"-, contesto Ariadna.

-"Creo que debemos detenernos, me he dado cuenta que te molestan los pies, los revisas cada vez que descansamos, debes tener cuidado con eso o se volverá peor, podemos descansar el resto del día!"-, dije mientras señala a sus pies.

Inmediatamente la cara de Ariadna se sonrojo intensamente.


-"Donde has estado mirando pervertido! No me digas que eres de esos que tienen fetiches raros!"-, contesto Ariadna muy exaltada.

Quede paralizado con la boca abierta, sentía como me hervía la sangre por su respuesta! Como era posible que se hiciera una imagen tan negativa con solo escuchar unas pocas palabras!

-"No soy ningún pervertido! Solo me preocupo por tu salud! Y no tengo ningún fetiche raro!"-, conteste muy molesto.

Habíamos comenzado nuevamente a discutir y esta vez era por algo totalmente trivial, pero de igual forma me sentía profundamente ofendido por ello!


La discusión estaba empezando a subir de tono cuando súbitamente aparecieron varias bolas de luz de diferentes colores flotando entre nosotros, ambos volteamos a ver para atrás, la joven Angele se levantó el trineo y levanto ambas manos al aire.

-"Ambos guarden silencio por favor!"-, dijo la joven Angele con autoridad.

-"Señorita Ariadna! El Señor Leif puede ser muy malo y brusco con sus palabras pero entiendo que solo intenta ayudarla!"-, dijo con serenidad la joven Angele.

Ariadna comenzó a tranquilizarse poco a poco, la señorita Angele había podido terminar con la discusión sin esfuerzo, solo nos sonrió alegremente cuando ambos bajamos la cabeza en resignación, sin duda era una persona carismática cuando se lo proponía.


Rápidamente montamos un campamento, a diferencia de las anteriores veces la señorita Angele insistió en que Ariadna permaneciera sentada y se ofreció a ayudar en su lugar junto con su sirvienta Eli.

Busque entre mis pertenencias un pequeño tarro que tenía ungüento a base de hierbas y estire e brazo para pasárselo a Ariadna.

-"Toma! Esto ayudara a tus pies... y siento lo de hace un rato"-, dije haciendo una pequeña pausa.

Mi segunda vida en un mundo de fantasíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora