Capítulo 25: "Verdaderos Enemigos"

28 7 0
                                    

Nunca cantes victoria antes de tiempo



El paladín Etienne me miro con confusión y luego pregunto el motivo de mi sonrisa de pesar.

Di una breve explicación de los motivos de mi sonrisa, cuando termine pude sentir un poco de simpatía de parte del paladín Etienne.

-"Si le sirve de consuelo señor Leif, tampoco apruebo ese tipo de métodos, sin embargo al igual que usted, solo soy una pieza más en el tablero de juegos"-, dijo con una cara llena de sinceridad el paladín Etienne.

Tenía razón, los simples mortales estábamos muy lejos e ignorantes de las muchas maquinaciones de todo tipo que se realizaban en las sombras.



Aunque a la mayoría de las personas les gusta pensar que el mundo es blanco y negro la realidad es mucho más complicada y aterradora.

Tras una fachada de "bondad" o "maldad" se esconden infinitos matices, que pueden hasta hacer dudar a uno de su cordura o de que tanta "bondad" o "maldad" hay en realidad detrás de esas respectivas fachadas.

Tras unos minutos de recuperar el aliento emprendimos la marcha para abandonar el bosque escoltados por el paladín Etienne y sus hombres.

Después de caminar unos pocos cientos de metros vimos otro grupo de tres personas acercarse caminando, era Ariadna acompañada de un diacono vestido de blanco y una monja de la iglesia.

Ariadna tenía una cara de decepción y enojo, probablemente se sentía abatida por conocer una nueva faceta oscura del mundo.

Poco podía hacer para consolarla, pero al menos todos escapamos ilesos físicamente a la peligrosa situación que vivimos.

Luego de las respectivas presentaciones, tanto la monja Briggite, como el diacono Alphonse y el paladín Etienne nos aseguraron que estaríamos a salvo mientras permaneciéramos en la ciudad, por lo que estuvimos todos de acuerdo en quedarnos unos días en una posada para descansar adecuadamente.



Después de todas las dificultades, privaciones y peligros por los que tuvimos que pasar el poder tomar un baño caliente y descansar en una cama limpia era comparable al paraíso.

Con la ayuda de la monja Brigitte pudimos quedarnos en una lujosa posada ubicada frente a la plaza donde estaba el templo.

Tras descansar durante algunos días y reunir nuevamente provisiones e información, finalmente pudimos partir al puerto de Agres.

El diacono Alphonse nos acompañaría parte del camino, ya que había sido asignado a una misión a un pueblo cercano al puerto a Agres.

El diacono Alphonse era buen conversador, además de ser una persona muy versada en varios campos académicos y sobre todo un poderoso guerrero.

De lo que pude intuir de nuestras conversaciones al parecer se desempeñaba como una especie de investigador/exterminador de bestias mágicas.

Según dijo había ocurrido una situación anormal en un pueblo maderero ubicado en lo profundo del bosque al norte de la región.

Al parecer una bestia desconocida había atacado a varias personas y los guardias del pueblo habían sido incapaces de hacer frente a la situación,

Incluso se había contratado a un grupo de aventureros para cazar a la bestia pero tampoco habían conseguido localizarla ni evitar los ataques.

Mi segunda vida en un mundo de fantasíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora