Un gran viaje empieza con un pequeño primer paso
-"Fue un largo invierno"-, pensé mientras me formaba en una larga fila en el viejo edificio del Gremio de Mercenarios para registrarme oficialmente como uno.
El inicio de la primavera traía consigo un aumento frenético de la actividad en la ciudad Ciliana, gran cantidad de personas venían a probar suerte como aventureros y mercenarios, si bien el paso montañoso que conectaba a Ciliana con Dumai permanecía abierto todo el año, como la mayoría de los animales y bestias mágicas invernaban, además debido al clima extremo se volvía demasiado peligrosa la exploración de cuevas, ruinas y laberintos.
La ciudad prácticamente se paralizaba en invierno, con la llegada de la primavera los nuevos candidatos aventureros y mercenarios llenaban la ciudad, todos pensando en hacer dinero rápidamente, la competencia era feroz y todos buscaban intimidar a los demás para asegurarse las mejores misiones.
Mientras estaba en la fila varios sujetos de desalineado aspecto me lanzaban miradas intimidantes, me había vuelto el centro de atención porque mi apariencia destacaba, no solo por mi pelo blanco, mi equipo era de gran calidad lo que despertaba envidia de los demás candidatos, cuando pensaba que no había forma que destacara más una persona me llamó por mi nombre.
-"Maestre Leif"-, grito una persona e inmediatamente se volvió en centro de las miradas.
Cuando me voltee para ver quién era, divise a un empleado del Gremio de Comerciantes saludándome con la mano, era una cara familiar, la persona que siempre recibía las mercancías enviadas por los lobos grises.
-"Maestre Leif, usted no tiene por qué pasar por ese engorroso trámite"-, grito el empleado del Gremio de Comerciantes.
Al escuchar esas palabras las miradas de desprecio dirigidas hacia mí se volvieron aún más intensas, luego la persona se acercó acompañado de una empleada del Gremio de Mercenarios.
-"Por favor maestre Leif, ella lo acompañara a una sala privada, usted es un contribuyente muy reconocido en el Gremio de Comerciantes, como uno de nuestros guías estrella nosotros garantizamos su capacidad ante el Gremio de Mercenarios así que no necesita hacer el trámite inicial"-, dijo el empleado mientras me sacaba de la fila.
-"A veces es muy conveniente tener influencias"-, susurre mientras me alejaba de la fila.
Acompañado por una empleada del gremio, podía sentir las miradas de absoluto desprecio clavándose en mi espalda.
Tras finalizar los trámites y retirar mi placa de identificación que me certificaba como un mercenario volví a encontrar al empleado del Gremio de Comerciantes.
-"Su padre nos envió una carta explicando todos los detalles, ciertamente nos pone tristes el no contar más con usted aquí, pero como una muestra de nuestro sincero agradecimiento por los años de servicio le apoyaremos en todo lo que podamos, incluso puede enviar cartas a su familia utilizando el servicio del gremio de comerciantes"-, dijo el empleado del gremio de comerciantes.
ESTÁS LEYENDO
Mi segunda vida en un mundo de fantasía
FantasíaDespués de vivir una larga vida en la tierra finalmente llego el momento de partir, postrado en la cama de un hospital, rodeado de una numerosa familia, entre sollozos y miradas tristes de despedida, llevando numerosos recuerdos, unos buenos, otros...