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Hela Ricci

Suelto un quejido cuando ella hace presión con la venda, fue mala idea el golpear la pared sin pensar en las consecuencias, tuve que soportar el dolor toda la noche hasta que llegará Julieta con el desayuno. Ella enseguida volvió con gasas, alcohol y vendas, con ella venía Hela Ricci y ella es quien me esta vendando los nudillos, no era para nada cuidadosa.

Suelto una maldición entre dientes cerrando los ojos con fuerza mientras todo mi cuerpo se tensaba. Me ardía mucho, incluso pienso que me quebré un hueso o algo, dolía mucho.

— Deja de lloriquear — Dice Hela con seriedad — Esto no es nada, solo unos raspones.

— No estoy segura de eso — Suspire aliviada cuando terminó de vendarme la mano — Me duele mucho y eso no es normal, deberíamos ir a que me saquen radiografías.

— Ah cierto — Me toma la mano con ambas manos y hace un movimiento rápido que me duele hasta el alma — No diste un golpe firme, tampoco pusiste el puño como debe de ser, tu hueso se desalineo y bueno, ya está mejor — Palmea mi mano, ya no sentí el dolor de antes, al menos ya no era tan intenso — ¿Por qué golpeaste la pared? ¿Viste o recordaste algo que te enfureció como para ser así de impulsiva?

— No me dijeron que mi hermana estaba desaparecida también — Digo sin rodeos — ¿También la secuestraron? — Suspira bajando la mirada — ¿La tiene Desmond?

— Desmond ofreció a su hermano a cambio de que te dejemos ir — Me mira — De tener a tu hermana ya habría enviado una advertencia o amenaza, incluso un intercambio con tu hermana en vez de su hermano bastardo.

— ¿A ustedes?

— A ti. Mi hermano le dijo lo que le contaste y sabiendo cómo son los Jäger, tu hermana ahorita estaría pagando por todo.

— Entonces... — Frunzo el ceño confundida, si Desmond no la tenía ¿entonces quién?

— Nosotros no la tenemos, tu familia no nos sirve de nada en este asunto — Se cruza de brazos mientras me analiza — Al parecer tienes más enemigos que ni tú sabías.

— No sé quién más podría atacarme — Digo mientras obligó a mi cerebro hacer memoria.

Roger. Imposible, es su padre.

Desmond y su padre. Aunque ya he confirmado que no está con ellos.

Los Ricci. De ellos ya había obtenido un no como respuesta, pero no estaba de más dudar un poco de ellos, al fin y al cabo tampoco eran buenas personas, me habían traído sin mi consentimiento.

No había nadie más que quisiera hacerme daño o utilizar a mi familia para su beneficio. ¿Quién más quería joderme? Ya hasta el sicario no era un problema, estaba muerto.

— Pues trata de recordar — Se endereza — Esta noche mi hermano se verá con Desmond — La miro — Solo te aviso para recordarte lo que hablamos la última vez, no te preocupes ¿de acuerdo? — Asiento — Bien, desayuna. Vendré en dos horas para que salgas a estirar las piernas.

Balderik

— Julieta me hablo de todo lo que ella le contó — Dice mi hermana al otro lado de la línea. Llevo la copa de vino a mis labios mientras admiro el paisaje de la ciudad — Desmond es un monstruo.

— No tanto como nosotros.

— Peor, evitó el crecimiento de su propio hijo — Enarcó una ceja. ¿Desmond iba a ser padre? — La chica dijo que él la llevó inconsciente para sacarle al feto. Ella fue obligada a un aborto — Tenso la mandíbula para evitar romper la copa que está en mi manos — Ella vivió lo mismo que mamá, me sorprende que no terminara siendo el conejillo de Indias del señor Jäger.

Atracción PeligrosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora