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Confluir

Desmond

Me quedo parado delante del cristal polarizado, observando el cuerpo del niño que ha dejado de tener espasmos hace más de una hora y eso estaba comenzando a poner nervioso al tío que lo condenó a esto.

— Le dije que la dosis era fuerte, un niño no... — Me interrumpo cuando escuchó un grito desgarrador, me giro con rapidez para ver al niño levantarse zafándose de los grilletes con brusquedad.

Alzó ambas cejas bastante impresionado cuando veo al niño mirar a todos lados con demasiado miedo. Oprimo el botón para hablar con él.

— Bienvenido de regreso — El pequeño se encoge al escuchar mi voz, hasta que detiene su mirada en el cristal polarizado, es imposible que logre vernos — Debo admitir que no creí que sobrevivirías, seguramente no recuerdas nada.

— Te recuerdo, eres el que se parece a los hombres de negro — Me quedó quieto en mi lugar cuando noto que el niño me mira fijamente — ¿Ya estoy sano? — Frunzo el ceño. Esto prácticamente es imposible, ninguno de mis experimentos recordaba nada, ni siquiera su propia identidad ¿Cómo es que este niño se acordaba de todo?

— ¿Es esto posible? — Me pregunta el señor Dubois, quien se para junto a mi para observar a su sobrino que ahora miraba a su tío, aunque hay algo en su mirada que ha cambiado, una mirada sombría, llena de resentimiento.

Detalló al niño, ya no había marcas en su cuerpo cuando la dosis comenzó a hacer efecto en su sistema. Las venas ya no se le notaban como antes y su piel ahora estaba un poco pálida.

— Quiero irme a mi habitación, por favor.

— Él no se comporta como los demás — Me mira el señor Dubois a la espera de alguna explicación, pero ni yo mismo sé que es lo que sucede. Este niño recordaba todo y actuaba como una persona normal, no se le veía la ansiedad que tenían mis otros experimentos, tampoco gruñía o rugía exigiendo por matar a alguien.

— Ponte en la luz — Ordeno con seriedad y el niño camina lentamente hasta la luz. Quizás el niño recuerde y piense como si no le hubiese inyectado la dosis, pero su físico sí que cambió. Su cabello antes oscuro ahora era completamente blanco, uno de sus ojos cambió, el iris derecho ahora era completamente rojo.

— Por Dios... ahora es un monstruo — Murmura el señor Dubois con completo horror. En cambio yo, estaba completamente fascinado por la transformación del niño.

El niño frunce el ceño mirando a su tío, se acerca al cristal provocando que ambos retrocedamos. El niño coloca sus manos sobre el cristal, mira cada esquina de este para luego ver cómo aleja su mano derecha, lo vuelve puño y comienza a golpear el cristal una y otra vez.

El señor Dubois corre hacía la puerta, pero esta no cede por la brusquedad con la que lo empuja.

— ¡Sácanos de aquí! — Me grita. Me mantengo quieto en mi lugar al ver que el objetivo del niño era su tío. No sé qué cosas tuvo que soportar de su tío, pero todo eso ha provocado que le tenga demasiado rencor como para que se enfade de esa manera y ahora no pueda ser capaz de controlarlo — ¡Desmond! — El cristal se rompe provocando que el señor Dubois pegue demasiado su cuerpo a la puerta aún tratando de poder abrirla.

El niño me mira y yo solo asiento estando de acuerdo con lo que estaba a punto de hacer. El iris derecho comenzaba a tornarse negro una vez volvía a clavar su mirada en su tío.

Sonrío fascinado cuando el niño se acerca a su tío para asesinarlo. Este pequeño era parte de los experimentos especiales que tengo apartados de los demás, quizás este experimento era superior a todos.

Atracción PeligrosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora