Atracción Peligrosa

(38)

Eres tan Hermosa

Balderik

— Reconozco este lugar — Habla Brigid mientras mira a su alrededor. Sonrió divertido porque aquí estuvimos hace poco.

— Estuvimos aquí en la noche que decidiste pecar — Le señaló la iglesia en donde cometimos el mejor de los pecados capitales — Estamos en Palermo.

Había pocos turistas merodeando el lugar, la mayoría prefería estar en casa resguardándose del frío. Yo estaba que quería volver a cometer el pecado de la lujuria, pero no podía mantener a Brigid ocupada todo el rato, solo necesitaba unas horas antes de volver a casa.

— Todo es tan hermoso — Se apega a mi cuerpo en busca de calor — Tuvimos que habernos detenido un momento para apreciar la vista.

— No hubiésemos tenido tiempo para cometer los pecados que queríamos, además ya estamos de regreso, aprecia la vista todo lo que quieras — Continuamos caminando. Brigid atrapa copos de nieve con los guantes de cuero negro que le he dado.

La miro un momento para darme cuenta que su nariz y sus labios estaban bastante rojos por el frío ó probablemente era que su piel estaba bastante pálida en esos momentos, aquello provoco que adorará su piel tan blanca, sus labios tan rojos como el vino y más porque aquello hacía que el color de sus ojos resaltaran de manera impresionante, en ese momento se me vino a la mente los diamantes.

Ella se quita uno de los guantes y sonríe al ver pequeños copos en su mano. Se sacude un poco para luego voltear a verme y tocar mi mano que estaba descubierta. Otra cosa que adoraba era su toque, tan frío como el hielo.

«Que hermosa eres»

— ¿Podemos ir a comer algo? — Pregunta sonriente. Al parecer estaba logrando que se olvidará por completo de lo que había pasado antes, de lo que la tenía afligida — Podemos pedir la comida para llevar y así me puedes llevar a otro lado, ya sabes, un lugar más divertido.

— Mmm tengo una idea — La tomó de la mano y comienzo a caminar con rapidez para poder llegar pronto al local de comida — En Sicilia hay bastante comida típica, mi favorita es la pasta alla norma, es la pasta más famosa de Sicilia.

— A ti te gusta la pasta y a Hela la pizza, interesante — La atraigo hacía mi para que vaya a mi paso — ¿Piensas darme a probar la pasta?

— Quiero — Admito — Pero te daré a probar algo mejor — Me mira con una ceja enarcada — Prometo que te encantará.

— De acuerdo, pídeme eso entonces porque yo aquí soy nueva — Hace una mueca — Solo he probado el menú de tu casa.

— Es más o menos lo mismo que aquí afuera, mi padre creció y fue criado aquí y está completamente enamorado de su nacionalidad, toda mi vida he probado solo esta comida, pocas veces me he dado la oportunidad de comer algo más que sea afuera de Italia.

— ¿En serio? — Asiento — ¿Qué tipo de comida has probado?

— He probado el pelmeni — Digo al recordar mi último viaje a Rusia — Es una especie de dumplins o gyozas típicos de Rusia. Consiste en unos saquitos cocidos rellenos por dentro, normalmente de carne, y van acompañados de diferentes tipos de salsas — Explicó.

— En Rusia — Asiento — ¿Y qué tal es por allá?

— Es hermoso, visite la catedral de San Basilio para conocer las cúpulas en forma de Bulbo. Está compuesta por nueve capillas independientes y su nombre original era Catedral del Manto de la Virgen, dicen que porque fue bendecida un primero de Octubre — Le cuento mi experiencia y lo fascinado que estuve por lo colorido que es el lugar, le conté las aventuras que hice, la gente que conocí en el proceso y lo idiota que me veía hablando ruso ya que tenía el acento italiano — Y en mi ultimo día aproveché para viajar en barco para poder llegar al embarcadero de Peterhof. Quería conocer las veinte fuentes, las dos cascadas, las cuarenta estatuas y más de doscientos bajorrelieves — Me mira atenta sin perderse ningún detalle de lo que le cuento — Hay seis construcciones a modo de palacete, en el interior hay dos parques, uno de ellos es el antiguo coto de caza. Debo decir qué hay muchos lugares en Rusia que son bastante coloridos, es bastante hermoso.