6. Investigación

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-Necesito tomar un descanso Beth, el Cielo es enorme, me impresiono la biblioteca parecía no tener fin.

-Lo mismo me paso cuando recién llegue, el Reino Mortal es tan pequeño.

-Por cierto Beth tengo una pequeña duda, aquí en el Cielo ¿Dónde guardan los objetos mágicos o celestiales?.

-¿Objetos mágicos? ¿A qué te refieres?.

-Supongo que los Reyes o el Príncipe deben de tener algún objetivo mágico, por ejemplo un escudo para protegerse o algo similar.

Escucho una pequeña risa por parte de Beth -Lía creo que debiste ver muchas películas de ciencia ficción cuando eras humana, nada de eso existe aquí, los ángeles reales son muy poderosos, no necesitan nada de eso.

Ahora la que se reía de los nervios era yo -Tienes razón Beth me encantaba ver todas las películas de fantasía, por un momento pensé que había esos artefactos aquí en el Cielo.

-Nunca he escuchado de ellos, yo supongo que no hay, bueno Lía tengo cosas que hacer, te dejo.

No puede ser, acaso solo me expuse a lo tonto, será que el Cetro de Abalám solo es un mito, lo mejor será que regrese al Inframundo, espero nadie haya notado mi ausencia sino estaré metida en grandes problemas.

Seguia vagando por todo el palacio -¿Dónde estará la salida? Maldita sea ¿porqué este lugar es tan confuso?.

-Nunca había escuchado a un ángel decir malas palabras.

Giro y me topo con él Príncipe Raziel -Su majestad, una disculpa, es una mala costumbre que tome en el Reino Mortal, porfavor no me castigue.

Él me devuelve una sonrisa -Tranquila Lía, no te haré nada malo, si ya leíste el reglamento del Cielo se prohíbe decir malas palabras, aun eres nueva así que por esta ocasión lo dejare pasar.

-Muchas gracias Príncipe, me retiro a mi habitación.

-Lía espera, podemos platicar un poco.

-Lo escucho ¿Qué desea saber?.

-¿Cómo era tu vida en la Tierra?.

Necesitaba pensar rápido mis respuestas, sino iba a sospechar que no soy un ángel.

-Mis padres murieron cuando era niña, así que siempre estuve sola, fui muy independiente.

-¿Cómo fue tu muerte? Cálculo por tu apariencia que viviste poco tiempo.

Ahora que recuerdo los humanos viven pocos años, dependiendo la edad en la que mueren conservan su aspecto al llegar al cielo o al infierno.

-Es correcto Alteza, tenía 19 años al momento de morir, simplemente enferme de leucemia, tuve más complicaciones con mi corazón y morí.

-Vaya que interesante, al parecer sufriste en la Tierra, tranquila ahora tendrás una mejor vida.

-Gracias su Alteza, lo mejor será retirarme, por cierto ¿Dónde se encuentra la salida del Cielo?.

-Eres graciosa Lía, al entrar al Reino Celestial esta prohibido que un ángel salga de aquí, los únicos que pueden salir somos los ángeles de mayor rango o un ángel guardian.

-Lo sé su alteza, era una simple curiosidad.

Regresé a la habitación que me designó Rose, debí escuchar a Alyssa, necesito investigar la forma de salir de aquí, si alguien me descubre nuestro Reino estará en graves problemas.

Reino de las Tinieblas.

-Ya deja de dar vueltas por toda la habitación, me estas mareando Alyssa.

-No puedo evitarlo Uzza, ahora Lilith está en el Cielo, si alguien llega a descubrirla, seremos condenados a una vida miserable, es un delito celestial que una demonio cruce al Cielo sin ser invitado.

-Cómo amigos de Lilith deberíamos tener un poco de fe en ella, por lo general es una demonio con mucha suerte.

-Pero ahora estamos hablando de un problema mayor, aquí en el Reino de las Tinieblas ella es nuestra Princesa, nadie le puede hacer nada, pero los Ángeles si pueden castigarla.

-¿Qué deberíamos hacer entonces?.

-Pues no lo sé ¿Qué opinas tú?.

-Alyssa tu eres la inteligente del grupo, piensa en algo.

-La única solución es contarle todo a nuestro Rey Zagan.

-¡Qué! No podemos delatar a Lilith con su hermano.

-Uzza no hay otra forma, ¿Cómo se supone que tu y yo entremos al Cielo? Solo nuestro Rey puede ir por ella.

-Tenemos que actuar rápido.

Lilith.

Al parecer llego el momento de ir a hacer mis actividades celestiales, no entiendo porque debo servirle a la Princesa Elea, no se suponen que ellos tienen magia, seria más fácil para ella hacer uso de sus poderes. Beth me dijo que hoy tenía que arreglar a la Princesa.

-Buenos día su Alteza, estoy aquí para ayudarle a vestirse.

-Adelante ¿Cómo te llamas?.

-Me llamo Lía su alteza.

Mientras ayudaba a la Princesa Elea a cambiarse de ropa, pensaba que tal vez ella tiene conocimiento si realmente existe algún tipo de artefacto mágico.

Comencé a conversar con ella -En el Reino Humano me encantaba ver series y películas de ciencia ficción, la realidad es que el Cielo es mucho más increíble de lo que imagine.

-Cuando un alma humana entra al Cielo, siempre reaccionan como tú, los humanos tiene una imaginación muy grande, por lo general todo es falso.

-Qué triste, ¿Entonces también es falso que aquí en Reino Celestial no hay artefactos mágicos?.

La Princesa me mira confundida -¿Artefactos mágicos?.

-Me refiero algún tipo de objeto que aumente el poder de los ángeles.

-Ahora comprendo, te refieres a las armas celestiales, en un pasado los Reyes de este Reino estaban en una constante guerra con el Infierno, por ende necesitaba de ellas, pero al lograr dominar a los demonios dichas armas fueron destruidas con la finalidad de mantener la paz en los tres Reinos.

-Vaya que historia tan interesante Princesa, entonces ¿usted nunca vio ninguna de esas armas?.

Me miró pensativa, enseguida comencé a peinar su cabello, tal vez así pueda confiar más en mi.

Un Amor Hecho Pedazos (Angeles Y Demonios)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora