13. La verdad

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Simplemente no me escucha, intento safarme de su agarre pero me es imposible, él tiene mucha más fuerza que yo.

Le grito para que reaccione. ‐¡Príncipe por favor deténgase!.

Se detiene al ver mi reacción, con firmesa me ordena ‐No tienes permitido dejar este palacio, me entendiste. Hablaré con Elea, ella no tiene ningún derecho a cambiarte de área.

Enseguida me doy cuenta que fui una tonta, no debí comentarle nada al Príncipe, ahora como voy abandonar este lugar, lo veo alejarse de mi, no puedo permitir que se vaya, corro hacia él con todas mis fuerzas y le tomo la mano.

-La Princesa esta preocupada por mi, yo estoy conforme con su decisión. Por favor deje que me vaya.

Me ignora totalmente, extiende sus hermosas alas blancas y se va volando de mi lado. Obviamente era imposible para mí seguirlo. Solo observe detenidamente como se alejaba cada vez más.

Empezaba a dolerme la cabeza, yo sola me metí en este problema, ahora ¿Cómo voy a salir de este lugar?, estaba tan sumergida en mis pensamientos que no me percate que alguien estaba a mi lado, -Uzza que alegría verte los estaba buscando, ya no pude encontrar su habitación.

-Al parecer el edificio esta bajo un conjuro que hace que nuestra habitación se mueva de lugar a otro, yo también me confundí mucho. Lilith no pude evitar observarte mientras discutias con el Príncipe Raziel, me parece muy extraño que él esté tan apegado a ti, eso me preocupa.

Me mordí los labios, mis manos empezaron a sudar, creo saber la razón del porqué el Príncipe no puede separarse de mi. Fui una ingenua al salvar su vida con mi sangre, por desgracia nunca le pregunté a la profesora Baalit los efectos secundarios de ingerir sangre Real.

Uzza me miró molesto -Te llevaré con tu hermano, tal vez él tenga una respuesta.

-Muy bien.

Uzza miró en varias direcciones y al percatarse que no había más ángeles a nuestro alrededor, me tomó de la cintura y me cargo en sus brazos, extendió sus alas negras y nos dirigimos al segundo piso del palacio.

Uzza me bajo cuidadosamente, cuando mis pies tocaron el suelo él me soltó y camino adelante de mi para guiarme al dormitorio.

Ya enfrente de mi hermano, decidí contarle toda la verdad sobre cómo salve la vida del Príncipe Raziel en el Mundo Humano.

Ellos escucharon en silencio cada detalle de lo sucedido ese día con Dumah y sus subordinados.

Uzza me miraba con el entrecejo fruncido -¡Maldito Dumah! Como se atrevió a ponerte una mano encima, sino lo hubiera matado el Príncipe yo mismo me encargaría de acabar con su vida.

Por último les conté que utilice mi sangre para salvar al Príncipe de la muerte.

Mi hermano Zagan caminaba de un lugar a otro por la habitación tratando de encontrar una respuesta. Pasaba su manos por su hermosa cabellera plateada.

Mi hermano parece que va explotar de ira, Uzza se pone frente a mí para protegerme.

-Lilith somos demonios, nosotros no tenemos compasión por nadie y mucho menos por un ángel, debiste dejarlo morir, sin la presencia del Príncipe el Cielo se debilitaba. ¿Cómo pudiste ser tan tonta?.

-Hermano ya te lo explique, él salvo mi vida.

-Eres la futura Reyna del Inframundo, no puedes compadecerte por nadie, ¿Sabes la consecuencia de tus actos? Él demonio que beba de nuestra sangre quedará unida a nosotros de por vida. Ahora bien, jamás un Demonio Supremo le había dado a beber su sangre a un ángel, pero supongo que los efectos secundarios son los mismo.

-Se más especifico hermano.

-Ahora la vida del Príncipe depende de ti Lilith, él alma de Raziel te pertenece, por ello tiene la necesidad de estar a tu lado todo el tiempo.

Agache la cabeza -No pensé en las consecuencias. ¿Qué podemos hacer?.

-Necesitamos la ayuda de la profesora Baalit, me parece que hay un hechizo para romper el vínculo.

Miró a Uzza el cuál está muy pensativo, se acerca a mi hermano -Rey Zagan y si aprovechamos esta oportunidad para convertir al Príncipe en un demonio.

-¿De qué hablas Uzza? Ya no podemos meternos en más problemas.

-Rey piense la situación, si Lilith logra dominar el corazón del Príncipe, él hará todo lo que ella le ordene.

-Uzza para que un ángel se convierta en demonio, debe matar a otro ángel. Además los Reyes Celestiales condenan a muerte a los ángeles convertidos.

-No creo que él Rey Adriel condene a muerte a su propio hijo. Cuando el Príncipe Raziel sea todo un demonio podemos abrir un portal y llevarlo a nuestro Reino, él seguirá fielmente a Lilith.

-No es mala idea Uzza, pero si sale mal el plan será el fin de nuestro Mundo, por conspiración hacia el Cielo.

Me quedé en silencio escuchando la idea de Uzza, el Príncipe es muy fuerte sin duda tenerlo como parte de nuestro ejército nos daría una gran ventaja.

Rompí el silencio -Yo apoyo a Uzza, puedo ganarme la confianza del Príncipe, además aún me falta investigar sobre las armas celestiales.

Mi hermano me mira confundido -Creí que no existía tales armas.

-Yo también pensé lo mismo, pero el día que el Príncipe Raziel mató a Dumah fue con una espada dorada.

Mi hermano me miro con malicia -Eso significa que el Cetro de Abalám pudiera estar escondido en Cielo.

-Efectivamente hermano, llevemos acabo el plan de Uzza, voy a enamorar al Príncipe, al tenerlo bajo mi control, él me informara donde tienen protegido el Cetro.

-No quiero fallas Lilith, prométeme que si algo sale mal, matarás al Príncipe y escaparemos de aquí.

-Tranquilo estoy decida a cumplir con mi misión, por ahora debo irme, en estos días no vendré a visitarlos, no quiero que nos descubran.

-Por nuestra parte Uzza y yo trataremos de permanecer más días aquí en el Cielo.

Me despedí de Uzza con un apasionado beso, ambos sabíamos que era nuestra oportunidad para debilitar al Cielo, sin perder más tiempo salí de la habitación y me dirigí a buscar al Príncipe. Ahora mis planes cambiaron, necesito permanecer en el Palacio.

Un Amor Hecho Pedazos (Angeles Y Demonios)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora