Un Amor Hecho Pedazos (Angeles Y Demonios)

24. Mundo Mortal

Lilith.

Después de la repentina huida del Príncipe ahora resulta que desea verme, ¿Qué interesante? ¿Será que me trae el Cetro de Abalám?. No creo, Raziel no están tonto.

Le indique a mi sirviente que lo dejara pasar, después de todo lo necesito cerca de mí.

-Príncipe no esperaba su visita.

-Necesito discutir un tema con usted.

-Puede hablar Príncipe.

-Reina usted me indico que la única forma de romper este lazo entre nosotros es con el Cetro de Abalám.

-Es verdad, nunca le mentí.

-Tengo información en donde encontrarlo pero necesito una garantía de que solo se va utilizar en romper el hechizo.

-Príncipe le doy mi palabra de que así será. Le reitero no quiero comenzar una guerra, no vale la pena perder a mis súbditos. Quiero gobernar con justicia, diagame ahora ¿Dónde está el Cetro?.

-En el Reino Mortal.

-¿Cómo?-. Es una mala noticia, nosotros los demonios no podemos permanecer mucho tiempo en el Reino Humano.

El Príncipe se acerco aún más -Tengo el mapa donde muestra la ubicación del Cetro de Abalám, aunque necesito de sus ayuda para encontrarlo.

El Príncipe puso en mis manos el mapa, al sostenerlo un camino dorado se iluminó en el papel, pero una voz en mi cabeza apareció. -Reina Lilith heredera al Cetro de Abalám, debes vengar la muerte de cada demonio que perdió la vida en manos de esos asquerosos ángeles, te brindaré mi poder para que logres conquistar el Universo-.

-¿Qué fue esa voz?.

El Príncipe me mira confundido -¿Cuál voz?.

-Nada importante. Aunque no entiendo ¿Porqué necesita mi ayuda? Aquí claramente se muestra el camino hacia el Cetro.

-No hay nada en ese mapa.

-Claro que lo hay Príncipe, él camino dorado es muy evidente.

-Por eso necesito su ayuda, al parecer usted logra ver algo que yo no. Para mis ojos es un simple pedazo de papel.

Me quedé asombrada con las palabras del Príncipe, él mapa está dibujado perfectamente, es hermoso. Por lo visto solo los demonios podemos ver el camino.

Mande llamar a la profesora Baalit para si punto de vista, pero para sorpresa ella tampoco lograba ver lo que mis ojos captaban. Entonces la voz no fue una alucinación, en verdad soy la única heredera al Cetro.

No hay tiempo que perder, el Cetro será mio. -Príncipe voy acompañarlo al Mundo Humano.

-Perfecto pero solo hay una pequeña condición.

-¿Cuál?.

-Solo iremos usted y yo.

Era gracioso que el Príncipe quiera estar a solas conmigo, incluso diría que es ingenuo de su parte, tal vez planea algo más, pero con mis poderes no tengo nada que perder.

-Muy solo iremos nosotros dos.

Nos preparamos para viajar al Mundo Mortal, le dije indicaciones a mi hermano Zagan, si no llego en 2 días mortales deber ir a buscarme. Con el mapa en nuestras manos y magia, deberíamos en 1 día localizar el Cetro. Además es peligroso para mi permanecer mucho tiempo en aquel lugar, aunque soy un demonio Supremo y tengo buena resistencia no puedo confiarme.

El Príncipe abrió el portal directo a al Mundo Humano, lo cruzamos, llegamos directo a la selva de Harapan, hay mucha vegetación en este lugar, con un poco de magia iba eliminado plantas y árboles para poder caminar en el lugar.

Tome el mapa, las indicaciones eran claras, nos dirigimos hacia el norte de la selva, debemos llegar a una montaña según el mapa, en el interior de dicha montaña se encontra el Cetro.

Me detuve, volví a escuchar voces en mi cabeza - Debes matarlo, hazlo o sino será tu fin-.

-¿Pasa algo?. El Príncipe parecía intrigado por mi actitud.

-Nada continuemos.

Después de varias horas caminando logré visualizar la montaña que indica el camino. Abrí mis grandes alas y rodea la montaña para buscar la entrada, pero no había rastro de nada.

-¿Estas segura que aquí es?.

-Muy segura, aunque no veo por ningún lado la entrada.

-Debe estar escondida entre tantas ramas. Elimina la flora de su alrededor.

-¿Porqué un simple ángel me da ordenes?.

-En tu Mundo eres una Reina, pero aquí no, olvidemos la formalidades Lilith, además nosotros los ángeles tenemos prohibido usar magia en la Tierra, por ello tienes que hacerlo tú.

Me burle de su actitud -Esta bien usare mi magia, pero solo porque yo quiero, no sigo ordenes de nadie.

Invoque una ráfaga de viendo para quitar todo lo que estorbara a nuestro paso.

-Aun no logro ver una entrada.

-No tengo tiempo de andar buscando entradas Raziel, voy a explotar una parte de la montaña.

-No lo hagas, recuerda que tanto ángeles como demonios debemos ser prudentes con los humanos.

-Raziel aquí no hay nadie, solo nosotros.

-Déjame analizar la situación, sino funciona te dejare explotar la montaña.

-Acepto.

Cuando Raziel empezó a buscar la entrada se percato que había una pequeña cerradura, necesitábamos una llave para abrila. Mire la forma de la cerradura y me percate que yo llevaba siempre conmigo un pequeño collar que mi madre me regalo cuando era pequeña. Dicho collar tiene dos dijes, uno es un corazón y el otro una llave.

Fue extraño pero tuve la sensación de que esa llave es la clave para entrar a la montaña, así que solo saque el collar, tomé aquella pequeña llave e intente abrí la puerta.

Raziel me miraba extrañado pero me dejó hacer mi trabajo, efectivamente cuando introduje la llave a la cerradura está entró perfectamente, gire la llave y se escucho que cada engrane se movia en automático.

Un par de piedras se movieron a los lados dejado el camino libre por en medio de ellas.

Al entrar a la montaña un olor a rosas predominaba, quería vomitar. -¡Que olor tan horrible!.

-¿De que hablas?, huele muy rico.

-Raziel los demonios no toleramos mucho el aroma a rosas.

-Que raros son.

-No somos raros, ustedes los ángeles son los que tienen malos gustos para todo.

Dejamos de hablar entre nosotros cuando nos percatamos que alguien nos observaba.

Raziel grito fuerte -¡Sal de tu escondite!.

Un pequeño duende salió de entre unas piedras. Se dice que los duendes son criaturas misteriosas del Mundo Mortal, son personajes muy peculiares los cuales poseen un poco de magia y disfrutan hacerle bromas a los humanos.

El avanza hacia nosotros y hace una pequeña reverencia.

-Reina Lilith es gusto conocerla en persona, permitame presentarme mi nombre es Stagoros, son el protector de esta montaña.