7. Emboscada

1.4K 109 0
                                    

-Mi padre me llego a contar de las armas celestiales, pero jamás he visto una, pareces estar muy interesada en ellas.

-Simple curiosidad Princesa, por cierto ya terminé con su peinado.

-¡Vaya! no podría definir que tipo de peinado es este, tal parece que no eres muy hábil con las manos, con un poco de más de práctica lo harás mejor, me retiro, tengo asuntos importantes que atender.

-Adelante Princesa, suerte con sus actividades de hoy.

Cuando la Princesa salio de su habitación pude dejar de fingir, ahora estaba muy molesta - Soy una tonta, es una misión imposible, no hay Cetro de Abalám, al parecer los Dioses Celestiales lo eliminaron.

Necesitaba abandonar este lugar, empecé a correr por el palacio totalmente distraída, cuando sentí como choque con una persona.

-¡Auch! ¡deberías fijarte por donde caminas!.

-Disculpa.

Que mala suerte la mía. -Su alteza, una disculpa, soy muy distraída.

Al príncipe le pareció graciosa mi actitud y solo se detuvo a observarme y reír frente a mí.

Los guardas celestiales se acercan a nosotros -Príncipe tenemos una emergencia, algunos demonios se revelaron y ahora se encuentran en el Reino Humano.

El Príncipe se dirigió a ellos en tono firme -¿A qué te refieres? Se más claro.

-Los demonios están reclutando muchas almas humanas para el Infierno, influyen en ellos para hacer el mal y luego los matan.

-Imposible es una delito muy grave, tenemos que ir al Mundo Mortal de inmediato.

Al escuhar la información de los guardias sabía quién estaba de tras de todo esto, Dumah es un demonio nivel 2, en muchas ocasiones a intentado revelarse en contra de mi hermano, es un demonio ambicioso y muy estúpido. Lo único que va lograr es que los Reyes Celestiales lo encarcelen de por vida. Sin la ayuda de mi hermano es imposible que logre salir victorioso.

-Lía tengo que irme.

Veo correr al príncipe, estoy segura que va hacia la salida del Cielo, es mi oportunidad para escapar de aquí, tome la decisión de seguirlo, no podía perderlo de vista.

Enseguida vi como un portal se abrió y lo atravesé, sentí un poco de mareo, por lo tanto cerre los ojos, no creí que atravesar la salida causará algún malestar en mí.

-Porfin soy libre.

Abro los ojos y me percato que estoy en un bosque. -¡Qué pasó! ¿Dónde estoy?.

El príncipe me mira confundido -¿Lía? ¿Cómo te atreviste a seguirnos? Corres un gran peligro en el Reino Humano.

¡Me transporte al Mundo Mortal!, ahora mi vida corre aun más peligro, -Príncipe, no era mi intención viajar aquí con ustedes.

-Voy abrir de nuevo el portal y regresaras al Cielo.

-Si su alteza.

Justo cuando el príncipe se preparaba para enviarme de regreso al Cielo, una emboscada por parte de Dumah nos atrapó.

Los guardias enseguida se colocan alrededor del Príncipe para protegerlo, uno de los seguidores de Dumah me observa detenidamente, si ellos me logran reconocer estaré en grave peligro, tome la decisión de abrazar al Príncipe y esconder mi rostro es su pecho, fingí estar muy asustada.

-Lía tranquila, nada malo va a pasarte, yo te cuido.

Dumah se acerca a nosotros de forma victoriosa. -Creí que el gran Príncipe Raziel era más inteligente, pero cayó fácilmente en mi trampa.

-Dumah será mejor que te entregues por las buenas, sino tendrás que enfrentar la muerte.

-Estoy temblando de míendo. Risa burlona.

-Entonces de una vez déjame terminar con tu vida, recuerda que hay reglas que el Infierno tiene que respetar, sino las acatas atente a las consecuencias.

-No me había fijado que un bello ángel lo acompaña su Alteza, no me diga que es la Princesa Elea, se dice que es muy hermosa. Déjeme apreciar su rostro.

Me aferre al príncipe, si Dumah me descubre jamás llegaré a ser Reina.

-Ni se te ocurra acercarte a ella Dumah.

-Ahora me causa más intriga, Príncipe déjeme jugar con ella un poco. Sea generoso con nosotros su Alteza.

-Se me agotó la paciencia contigo.

Enseguida alce mi rostro y la expresión de amabilidad del príncipe había desaparecido por completo, ahora tenía una expresión más ruda, reconozco que se veía muy guapo.

¡Maldición! ¿En qué estoy pensando?, Lilith concéntrate tienes que resguardar tu identidad.

El príncipe aparecio de la nada una espada dorada, con gemas de esmeralda incrustadas en ella en la parte inferior, de un solo movimiento logra derriba a todos súbditos de Dumah, se aleja de mi, bajo mi rostro para seguir escondiéndome, enseguida Dumah lanza un hechizo de humo tóxico que deja ciegos a los guardias del Príncipe, reconocí el ataque ya que es un hechizo básico, solo cerre ojos y tape mi nariz y boca para no respirar el humo.

El príncipe me susurra al oido-Lía lo mejor será que te ocultes en un lugar seguro, corre por el bosque y busca refugio, cuando acabe con Dumah iré a buscarte, lo prometo.

No tenia opción, soy un demonio sin magia, tenía que proteger mi vida, corrí hacia el bosque, soy muy ágil de un momento a otro ya me encontraba en las profundidades del él. Muchas dudas me envolvían, la Princesa Elea dijo que no había armas celestiales. ¿Y entonces esa espada? Cuando regrese al Cielo investigaré un poco.

Cuando al fin me encontraba sola, me senté en el suelo a esperar que alguien venga por mí -Todo me sale mal, Dumah no tiene ninguna oportunidad contra el Príncipe, es un ingenuo. Aparte de tierra mojada me llega un aroma muy familiar. ¡Imposible!.

Me percate que estaba rodeada de un plantío de Belladona. Acaso Dumah sabía que por aquí se encontraba esta planta. Lo subistime ahora tengo mis dudas, ¿será que planea utilizar este veneno?.

En seguida siento la presencia de Dumah, escucho sus pasos por el bosque.

-Princesa Lilith, fue toda una sorpresa para mí verla junto al Príncipe, espero no sea una alta traición a nuestro Reino.

Un Amor Hecho Pedazos (Angeles Y Demonios)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora