Un Amor Hecho Pedazos (Angeles Y Demonios)

36. Nékir

Lilith

Cada día que pasa sueño con conocer a mi hermoso bebé, ya faltan solo un par de días, es una lastima que Raziel se pierda el nacimiento de nuestro hijo.

A lo lejos escucho la presencia de una persona -Lilith ayúdame con estas bolsas.

-Señora Darah con cuidado, recuerde que ya no puede cargar cosas pesadas.

-Tenia que ir al pueblo a comprar comida, es necesario tener reservas, pronto darás a luz y debes estar reposado a lado de tu bebé.

-Gracias por siempre cuidar de mi señora Darah.

Se llegó el tan esperado día, tenía dolores de parto muy fuertes, mi rostro estaba empapado de sudor, Kadek me llevo al hospital y el doctor Nengah me atendió, después de una hora de trabajo de parto porfin el sonido del llanto de mi bebé lleno mi corazón de alegría.

-Felicidades Lilith es un hermoso varón.

-Quiero tenerlo entre mis brazos.

-Sostenlo con cuidado.

-Es perfecto.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, convertirme en mamá era la mejor sensación de mi vida.

-Ya tienes pensado un nombre.

-Se va llamar Nékir.

-Interesante nombre, por el momento me tendré que llevar al pequeño Nékir a una revisión general, no tardare mucho, ahora intenta descansar un poco, fue un parto difícil.

-Gracias doctor.

Al día siguiente ya me encontraba lista para regresar a casa junto con mi bebé, la señora Darah estuvo a mi lado en todo momento.

-Lilith tu bebé es hermoso, es idéntico a ti.

-Es verdad, lo único que deseo es que mi pequeño Nékir sea feliz.

Mi bello hijo creció sano y fuerte, un niño lleno de vida, en ocasiones Raziel lo observaba de lejos, se me hacía un nudo en la garganta cuando mi hijo me preguntaba por su padre, a sus 5 años de edad ya empezó a tener curiosidad por él.

A pesar de que Nékir es idéntico a mi, piel muy blanca y cabello negro sus ojos azul profundo iguales a los de Raziel delataban el parentesco entre ambos por lo tanto los chismes en el pueblo no se hicieron esperar.

A pesar de tener varios años de casado con Nirmala ellos jamás han tenido hijos propios, supongon que los dioses no los han bendecido lo suficiente.

-Mami conocí a una niña nueva.

-Abrace a pequeño hijo -¿Cómo se llama la pequeña?.

-Se llama Elea.

-Tiene un nombre bonito.

-Jugamos por varios horas.

-Tal parece que ya son amigos.

-Si mami, mañana la volveré a ver.

-Por ahora ya basta de tantos juegos es hora de comer y luego a tomar una baño.

La señora Darah me ayudaba a cuidar a Nékir mientras yo me iba al mercado a vender nuestros medicamentos naturistas. Le agradezco a la señora Darah por apoyarme en esta vida.

-Nékir  la comida esta lista, ven a sentarte a la mesa.

-Si mami, todo huele muy rico.

-Recuerda comer todas tus verduras.

Mientras observaba a mi hijo comer me di cuenta que él es un niño muy noble y obediente, además de ser muy inteligente, los vecinos lo quieren mucho.

-¿Quieres acompañarme al pueblo mañana?.

-Por supuesto, ¿Me compras unos chocolates mamá?.

Nékir le fascinan las dulces y pasteles, no cabe duda que su personalidad y gustos son idénticos a su padre.

-Pero debes comerlos poco a poco sino te dolerá el estómago.

-Los comeré con Elea.

-Es verdad ahora tienes una amiga nueva.

Nékir es muy sociable y ahora no para de hablar de esa pequeña niña, me pone feliz que mi hijo disfrute su infancia.

Al día siguiente nos levantamos temprano para ir al pueblo, Nékir brindaba de emoción, la señora Darah nos iba estar esperando en casa.

Llegando al mercado y notó la presencia de Raziel, es incómodo tenerlo tan cerca, fingí no verlo y seguí con mi camino.

-Lilith-. Su voz aún me hace estremecer.

-Mami ese hombre te llamo por tu nombre.

-Lo mejor será irnos de aquí, mañana te comprare tus chocolates.

Agarre la pequeña mano de mi hijo y salí de prisa del mercado  -¡Lilith porfavor espera!.

-¿Qué deseas?.

-Solo quiero asegurarme que ustedes están bien.

-No tienes nada de que preocuparte.

-Lilith entiendo que estés enojada contigo pero...

-Pero nada, ya déjame en paz.

-Si necesitas alguna vez mi ayuda no dudes en contactarme.

Veía a Nékir observando cuidadosamente a Raziel -Mami ¿Quién es él?.

Raziel se arrodillo para quedar frente a él -Mi nombre es Raziel y soy un amigo de tu mamá.

-Me llamó Nékir.

-Nékir escuche que te gustan mucho los chocolates.

-Es verdad.

-Justo yo acabo de comprar una caja de chocolates con relleno de varios sabores. Te los regalo Nékir.

Los ojos de Nékir se iluminaron -Muchas gracias.

Quería impedir que Nékir tuviera cualquier contacto con su padre, pero tarde o temprano mi hijo tiene derecho a convivir con él.

-Nékir debemos irnos.

Tomé a mi hijo entre mis brazos y regresamos a casa, Nékir estaba feliz con sus chocolates.

-Mañana me voy a llevar esta caja de chocolates al kinder para compartirlos con mis amigos.

Acaricie la cabeza de mi hijo -Mi pequeño Nékir es un niño muy bueno. Solo recuerda no comerlos de golpe sino puedes enfermar.

Me acerque a la señora Darah y me percate que estaba algo débil, me preocupaba su salud, a pesar de mis cuidados ella se ha ido deteriorando con los años. Su corazón está débil y necesita medicamentos más específicos para su enfermedad, Kadek se encarga de conseguirlos en otros pueblos cercanos.

-Es hora de sus medicinas.

-Lilith se me acabaron las pastillas que el doctor me receto.

-Iré a conseguir más, por favor espere aquí con Nékir.

Ahora que Kadek se convirtió en médico su consultorio está a pocas casas de la nuestra, agradezco que el me regalé la medicina para la señora Darah.

Justo cuando llegue al consultorio de Kadek escucho a una mujer discutir con él.

-Como es posible que no lograrás casarte con Lilith, mi marido sigue detrás de ella.

-¡Basta Nirmala! Hace años creí que era buena idea apoyarte pero ahora me doy cuenta de mi error.

-Deja de decir tonterías.

-Yo de verdad estoy enamorado de Lilith, pero obligarla a estar a mi lado, simplemente no puedo hacerle eso.

-Es demasiado tarde para arrepentirte, te recuerdo que fuiste tú quién puso la planta de Belladona en su cuarto para que todos pensaran que Lilith mato a Sari.

-No sigas Nirmala, actúe mal y me arrepiento, de todos modos tu jamás lograste que Raziel te amara.