Un Amor Hecho Pedazos (Angeles Y Demonios)

38. Escapé

Lilith.

Mi pequeño hijo no para de hablar de esa niña Elea.

-Mami estoy preocupado.

-¿Porqué corazón?.

-Ya van varios días en los que Elea no asiste a clases.

-Puede que este enferma, podemos ir a visitarla a su casa.

-No sé dónde vive mami.

-Le preguntaré a la maestra, ella debería saber.

Yo aún seguía buscando la oportunidad de acercarme a Raziel y aclarar toda nuestra situación pero primero voy a investigar sobre esa niña Elea, algo no está bien en ella.

-Maestra buenos días.

-Buenos días Lilith, llegaron temprano al kinder. Hola Nékir pasa a tu salón de clase.

Mi hijo soltó mi mano y se dirigió a su lugar.

-Maestra quiero hablar con usted.

-¿Ocurre algo malo con Nékir?.

-Para nada Maestra, mi intención es preguntar por la pequeña Elea, me dice mi hijo que ha faltado varios días a clases, esta preocupado por ella.

-Comprendo su preocupación, para ser sincera yo estoy igual de confundida e intranquila, no sé nada de ella, intente investigar su dirección y no logré dar con él lugar.

-¿Y sus padres?.

-Una señora se presentó a inscribir a Elea a la escuela, dijo ser su madre, ella nos proporciono sus datos, lo extraño es que al intentar buscar su casa, llegue a un lugar solitario.

-Osea que la madre de Elea les proporciono información falsa.

-Así es, no sé nada de ella, espero vuelva y esté bien.

-Debería avisar al jefe del pueblo la desaparición de la pequeña Elea.

-Ya lo intente, pero su familia es todo un misterio, no sabemos nada sobre ellos, entonces tenemos poca información para dar con su paradero.

-La situación es complicada, debo irme, le agradezco su atención Maestra.

-De nada Lilith.

No entiendo como una pequeña niña pudo desaparecer de la noche a la mañana, Nékir va estar muy triste. Estaba tan concentrada en mis pensamientos que choque con alguien.

-Lo siento mucho-. Me sorprendió ver a Raziel.

-Lilith ¿Estas bien?.

Permaneci en silencio por unos segundos, la verdad no sabía cómo hablar con él, entonces decidí ser honesta.

-Estoy bien gracias, ¿podemos hablar?.

-¿Segura que todo esta en orden?.

Di unos pasos al frente y me acerque a él, extrañaba tanto tenerlo cerca de mí
-Escuche a Nirmala hablando con Kadek, ya me enteré de toda la verdad.

-Puede que estés molesta conmigo por ocultarte la verdad, pero lo único que podía hacer para conseguir tu libertad.

-No estoy molesta contigo, estoy enojada conmigo misma por confiar en las personas equivocadas.

Él me abrazo, sentir sus brazos rodeado mi cuerpo, era la mejor sensación del mundo.

Lo miré a los ojos -Aun podemos ser felices juntos, podemos huir de Sumatra, empezar una nueva vida.

-Con tal de estar a tu lado soy capaz de cualquier cosa, tienes razón no es tarde para volver a empezar, deseo con todo mi corazón estar a lado tuyo y de mi hijo.

Para evitar sospechas nos fuimos a la zona más alejada del pueblo, debemos planear muy bien nuestra huida de Sumatra. Me duele saber que dejo a grandes amigos pero quiero ser feliz junto a Raziel.

Todo estaba organizando, para no levantar sospechas dejamos pasar un par de días, yo mientras vendí gran parte de mis cosas para obtener dinero, la señora Darah decidió quedarse en el pueblo.

-¿Esta segura que no quiere acompañarnos?.

-No Lilith, yo nací en Sumatra y deseo morir aquí.

-Nékir la quiere mucho, no quiero dejarla sola.

-Lilith yo siempre estaré apoyándote en todas tus decisiones, es tu oportunidad para ser feliz a lado del hombre que amas, pero no quiero dejar mi casa espero me comprendas.

-Lo entiendo.

-Acércate a mi.

Hice lo que la señora Darah me indicó y ella sacó de su bolso un pequeño lleno de monedas.

-Son uno par de ahorros que tengo, te los regalo, puedes llegar a necesitar dinero en tu viaje.

-No puedo aceptar ese dinero.

-Lilith eres como la hija que siempre quise tener, no rechaces mi obsequio.

Tome la bolsa y la guarde entre mis cosas -Muchas gracias.

Las dos nos abrazamos por varios minutos - No tengo palabras para agradecer todo lo que ha hecho por mi.

-Lo hice con todo gusto hija, ahora termina de preparar todas tus cosas, esta noche saldras del pueblo, cuida mucho al pequeño Nékir.

-Le prometo siempre cuidar de él.

Ya estaba todo listo, le puse un suéter a Nékir  -Mami ¿A dónde vamos?.

-Vamos a otro pueblo a vivir, tendremos una nueva casa.

-Me gusta esta casa, no quiero irme de aquí.

-Nékir te prometo que será un bonito lugar, harás nuevos amigos y lo más importante papá estará a nuestro lado.

-¿Mi papá? ¿Acaso voy a conocer a mi papá?.

-Si mi pequeño y estaremos juntos los tres para siempre.

Agarre la maleta que prepararé, un bolso con un poco de comida y provisiones, esta noche viajaremos a Borneo que es el pueblo más cercano, de ahí buscaremos un trasporte rumbo a la Isla de Java, ahí empezaremos una nueva vida.

Llegue al punto de reunión, aun era un poco temprano, Raziel no tardaría en llegar, paso una hora y él jamás apareció.

Eschuche ruidos -Debe ser él.

Giro mi rostro y me encuentro con Nirmala  -En verdad creíste que podías escapar con Raziel.

-¿Dónde está él?.

-Lo acuse de violencia doméstica, ahora mismo está en la cárcel del pueblo.

-El jamás te va amar, déjanos ser felices.

-Si yo no puedo tener a Raziel tu tampoco Lilith.

-Nirmala aún puedes encontrar el amor con alguien más, no puedes condenar tu vida a la infelicidad.

-No lo entiendes Lilith, lo único que me importa es Raziel, no quiero a nadie más.

-Esta obsesión no te dejará nada bueno, ya déjanos ser felices.

En eso Nirmala saco una daga, intento atacarme, solté a Nékir y la bolsa que llevaba conmigo para poder defenderme.

Le grite a Nékir  -Vete a la casa.

-Mami no quiero dejarte sola-. El se aferro a mí.

Yo seguía forcejando con Nirmala -Estas totalmente loca, sueltame.

-No dejaré que te quedes con Raziel.

Caí al suelo y mi pie se lastimo, no lograba levantarme por el dolor, estaba indefensa ante ella, Nirmala tomó su daga y se abalanzó sobre mí, yo solo cerre los ojos, pero un quejido el cuál no salió de mi boca me hizo reaccionar.

Nékir se atravesó entre Nirmala y yo, la daga estaba incrustada en el pequeño cuerpo de mi pequeño.