40. Venganza

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-La única persona que me considero parte de su familia fue Sari, todos en el pueblo siempre me vieron con una extraña, pero ahora yo misma haré justicia.

-No te atreveras-. Una sonrisa se dibujo en su rostro.

-Después de acabar con su vida, me iré directamente a ejecutar a su querida Nirmala, ambas se harán compañía en el mundo de los muertos.

Sostuve con más fuerza la daga y corte el cuello de la señora Darah, ella me vio con miedo, se fue desangrando lentamente, disfrute verla sufrir.

Al confirmar que ella ya no formaba parte de este mundo me fui directamente a la casa de Nirmala. Para mi buena suerte ella se encontraba sola en casa, fui sigilosa al entrar.

-Nirmala.

Me miró con odio -Lilith que sorpresa.

-Tranquila solo viene a decirte unas palabras y me iré de aquí.

-Si vienes a pedirme que libere a Raziel estas muy equivocada, él jamás será libre.

-¿Te arrepientes de haber matado a mi hijo?.

-¡Qué!.

-Te lo volveré a preguntar ¿Te arrepientes de haberle hecho daño a Nékir?.

Una risa burlona salió de su boca, se acercó aun más a mí -No me arrepiento.

Sin darle tiempo para asimilar la situación saque la daga y la incruste en su pecho, justo en su corazón. Ella solo abrió los ojos y sonrió.

-Mi objetivo se cumplió Lilith, tu nunca podrás ser feliz.

Un dolor de cabeza me invadió, unas imágenes se hacían presentes en mi mente. ¿Qué me ocurre?.

Vi pasar toda mi vida en el Mundo Mortal, pero lo más extraño era la sensación de ser alguien diferente, no una simple humana.

Los padres de Nirmala entraron a la habitación, al ver a su hija sin vida su madre grito de dolor, mientras que su padre al verme con el arma en la mano se dio una idea de lo sucedido, automáticamente él me tomó del brazo con fuerza y me sacó de la casa.

Fui llevaba a la cárcel, Kadek intento ayudarme pero yo me declare culpable por el asesinato se Nirmala y Darah.

-Lilith ¿Qué haces aquí?- pregunto Raziel.

Estaba en la cárcel y mi celda se encontraba justo enfrente de él -Hice justicia con mis propias manos, eso es todo.

-¿De qué hablas?.

-¿Acaso no sabes nada?.

-¿Qué ocurrió? Lilith yo pude llegar a nuestro encuentro porque Nirmala me encerró aquí.

-Eso lo sé, pero dime Raziel ¿Estas enterado de la muerte de Nékir?.

Raziel cayó al suelo -¿De qué hablas?.

-Nirmala mató a nuestro hijo.

-Eso es mentira, Nirmala no se atrevería a tanto.

-Lamento ser yo quien te de la mala noticia, pero es verdad.

-Pero Nirmala es la que debería estar aquí.

-Ella logró liberarse de la justicia, pero yo no iba a permitir eso, ella debía pagar.

-Dime porfavor que no hiciste lo que estoy pensando.

-La mate.

Raziel permaneció callado por unos minutos, lo único que salió de su boca fueron las siguientes palabras -Lo siento, no pude protegerte a ti y a mi hijo-. Acto siguiente lloro en silencio.

La noche fue larga, a primera hora tanto Raziel como yo íbamos a ser ejecutados, en nuestro juicio incriminaron a Raziel de ser mi complice, él no se defendió y acepto su castigo.

Cuando caminábamos rumbo a nuestra muerte él tomó mi mano -Siempre serás el gran amor de mi vida, ahora los tres estaremos juntos.

Solo le respondí asintiendo la cabeza, después de todo morir a su lado me daba un poco de tranquilidad, su presencia ayudaba a alejar mis miedos.

Llegamos a la gran plaza donde sería nuestra ejecución, primero Raziel paso al centro, le pusieron una capucha en la cabeza y acabaron con su vida, ahora era mi turno, mire a los presentes con serenidad, me puse de rodillas, respira profundamente y todo se volvió oscuro.

Una sensación de estar callendo a lo más profundo del abismo me invadió completamente, de repente abrí los ojos de golpe al recordar mi verdadera identidad y una vez más el odio se hizo presente.

Raziel últilizo el Escudo Mortalis, por su culpa me toco sufrir tanto en el Mundo Humano. Pero enseguida me percate que no estaba sola.

Grité -Elea es evidete que estas aquí-.

Ella aparece ante mi sus alas son una mezcla entre blanco y negro pero lo que más atrajo mi atención fue el Cetro que sostenía entre sus manos

-Reina Lilith ¿Qué tal su viaje al Mundo Mortal?- Risa sarcástica.

-¿Acaso es el Cetro de Abalám?.

-Eres inteligente Lilith, lamento informarte que el fin de tu Reino está próximo a llegar.

-No puedes matarme, el Cetro solo obedece a un demonio verdadero y tu eres un ángel.

-En verdad crees que aún soy un ángel.

-Todavía logro sentir tú esencia original, aún eres un auténtico ángel, solo fuiste manipulada por el Cetro de Abalám.

-Yo tengo el poder, no intentes engañarme.

Me empecé a reír de la ingenuidad de Elea -El gran demonio Dahaka es quien controla el Cetro de Abalám, tu solo eres un peón en sus planes.

-Cuando sea la dueña de todo el Universo te vas arrepentir.

-Dudo que tengas la fuerza suficiente para manejar la magia oscura.

En eso Elea intento atacarme con el Cetro pero agilmente evite sus golpes.

-Ya te dije, aun no puedes tener el control de tanta magia, no eres un demonio genuino. La única forma de convertirte es matando a otro ángel, dime Elea ¿Serias capaz?.

-Hay un nuevo ángel en el Cielo, él puede ser una buena opción.

Una sonrisa se dibujo en su rostro, acaso esta hablando de Nékir -¿A quién te refieres?.

-Tu pequeño hijo humano, renació en un ángel.

A pesar de ser la Reina del Inframundo no puede evitar que Nékir se conviertera en un ángel, aunque es lógico ya que Nékir nació siendo un siemple mortal. Además lo niños mortales suelen renacer en ángeles ya que su alma es pura.

No quiero seguir discutiendo con Elea, ahora que recupere mis poderes, necesito hablar con Zagan e idear un plan para recuperar a mi hijo.

-Adiós Elea, nos veremos después.

Enseguida abrí un portal al Infierno y llegué a mi castillo.

-Reina Lilith bienvenida.

-Alyssa que gusto volver a verte.

Un Amor Hecho Pedazos (Angeles Y Demonios)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora