Capítulo 10

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_ ¿Que es esté lugar? En dónde estoy_ se preguntó Sukuna, mientras observaba a su alrededor, bastante confundido en dónde se encontraba, esté estaba bastante pensativo en el lugar que se encontraba_ Esté lugar... Me parece bastante familiar_ diría en un susurro el rey de las maldiciones.

Sukuna caminaba por un camino, esté se cruzaba con los civiles y por alguna extraña razón estos le saludaban y le hacían referencia con respeto e incluso lo llamaron Sukuna-sama. Esto lo dejo confundido porque no huían porque no podía simplemente arrancarle la garganta a esos asquerosos humanos o simplemente no quería matar a ningún humano?.

Sukuna caminaba por unas calles dónde, alcanzó a ver algo en el espejo y vio su propio reflejo. Eso lo dejo shockeado no era el aspecto de Itadori y tampoco su aspecto original de maldiciones, era él cuándo solía ser un humano. Esté sin comprender nada toco su rostro y examinó detalladamente su cara" Soy... Humano.... Soy un humano... Que demonios es esto?"_ se preguntó Sukuna.

Pero unas palabras le tomó desprevenido, una señora bastante mayor le había hablado al parecer lo conocía_ Sukuna-sama se encuentra bien?_ preguntó la señora y extrañamente tenía una bolsa en su mano al parecer eran mariscos frescos.

_ Ah... Sí me encuentro bien_ diría Sukuna a la señora, quién tenía una sonrisa amable en su rostro.

_ Ten Sukuna-sama _ diría la mujer ofreciendo una bolsa con mariscos al pelirrosa quién estaba muy desconcertado por la acción de la amable señora.

_ ¡Espera!  Porque me da ésto?_ preguntó Sukuna desconcertado mientras la señora sonrió con amabilidad y hablo nuevamente.

_ Ya te olvidaste? Acaso eres senil antes que yo?... Salvaste nuestro pueblo hace tiempo de las maldiciones. Además tienes una hija y esposa que alimentar_ diría la mujer mientras le sonreía al Sukuna.

" Esposa de que demonios está hablando?" Se preguntó Sukuna en su mente, pero un recuerdo borroso llegó a su mente.

Flash back.

_ Sukuna qué está sucediendo quiénes son ellos?_ preguntó una mujer_ Porque nos trajeron aquí?.

_ Papá quiénes son ellos porque preguntaron por tí?_ preguntó una aterrada niña, cuyo rostro se veía borroso

_ ¡Dejenlas ellas no tienen nada que ver en todo ésto!_ Gritaría un Sukuna bastante golpeado e herido, mientras veía cómo estaba el estado de su esposa e hija.

_ Se te acusa de traición Ryomen Sukuna has roto las normas del Jujutsu.... Serás ejecutado juntó con las traidoras.

_ ¡Ellas no tienen que ver en ésto dejenlas!_ Gritaría Sukuna, pero solo recibiría un golpe para después escuchar unos gritos.

Fin del flash back

_ ¿Qué fue eso?_ se preguntó Sukuna tomándose la cabeza con sumo dolor.

_¿ Estás bien?_ preguntaría la señora, recibiendo el asentimiento de Sukuna para proseguir a marcharse.

_ ¿Qué demonios es ésto... No lo comprendo?_ diría Sukuna en un susurro, mientras continuaba en su camino, pero lo curioso era es que no sabía en dónde se iba. Pero sabía que su destino estaba en el camino que estaba siguiendo. Este caminó hasta encontrarse en una casa, era un hogar sencillo desde afuera y era lo suficientemente grande para varias personas, esté se detuvo en frente de la entrada y al querer tocar el picaporte su mano se detuvo y empezó a temblar.

_ Porque... Me aterra la idea de entrar... Mi mano no para de temblar_ diría Sukuna Mirando con detenimiento su mano. Ya que ese hogar esa casa en la que se detuvo se le hacía muy familiar y conocido. No lo pensó dos veces y reunió el valor y abrió la puerta e ingresó en esa casa.

Al ingresar la maldición miro a su alrededor, no parecía que no hubiera nada de malo en su alrededor era un hogar sencillo. Sin muchos lujos sólo parecía un lugar acogedor. Pero una voz atraería la atención de la maldición.

_ ¡Papá llegaste!_ Gritaría una niña, mientras corría y abrazaba la cintura del Rey de las maldiciones y lo miraba con cariño a él. Al sentir ese abrazo Sukuna se quedó paralizado la niña sin duda él la conocía. Era su hija, cuándo él era un simple humano.

_Aiko ?..._ preguntaría un shockeado Sukuna, mientras prestaba atención a la niña, ella tenía el cabello castaño recogido en una cola de caballo, pero lo más destacado era que la niña tenía nomás de cuatro años de edad. El nombre de la niña vino a su mente de golpe cómo un viejo recuerdo o un susurro de un antiguo sueño. La maldición tan sólo movería su brazo y abrazaría lentamente a aquella niña, mientras que sentía que algo se desliza en su mejilla eran lágrimas? Estaba llorando?.

OoOo

Todo ésto ocurría, mientras que afueras de la mente de Sukuna el Demonio enmu sonreía con sorpresa. Ya que pensaba manipular los sueños de Sukuna, pero no se esperó encontrarse con los viejos recuerdos de la maldición. Sin duda ahora podría ser más sencillo destruirlo.

_ Ohhh que sorpresa hay dos almas compartiendo un mismo cuerpo..._ preguntaba el demonio con un falso interés, mientras sus compañeros se preparaban para ingresar en los sueños de Sukuna_ Mukago, Wakurawa prepárense para ingresar_ diría la luna inferior número uno, mientras ambos demonios tenían una cuerda para ingresar en los recuerdos de Sukuna y en los de Yuuji Itadori_ Con que esos eran los recuerdos de ese tal Sukuna.... Que tierno me preguntó qué más habrá!_ diría el demonio inferior número 1, mientras veía cómo las dos lunas menguantes número tres y cuatro ingresaban para destruir a tanto Sukuna cómo Itadori.

OoOo

_¿Papa porque estás llorando?_ preguntó inocentemente la niña, mientras llamada Aiko, mientras veía con cariño a su padre y con algo de preocupación_ ¡Mamá!_ Gritaría la niña llamando la atención de Sukuna cómo la otra persona que estaba en la casa_ ¡Papá está llorando mamá!_ Gritaría la niña a la persona que al parecer se encontraba en la cocina.

Unos pasos se escucharon y una mujer adulta entro en la sala, dónde encontró a su hija abrazando a su padre. Está tenía el cabello castaño al igual que su hija, pero atado en un moño, sus ojos eran de un azul claro y tenía una expresión amable en su rostro. Sukuna al verla la recordó quién era.

_ Dai... Eres tu?_ preguntó un Sukuna realmente quebrado emocionalmente. Acababa de recordar quiénes eran su familia en la época de que era Humano. Esté al verla acercarse no pudo evitar derramar lágrimas, el no lloraba era una maldición sin piedad alguna. Pero por alguna extraña razón se siente humano nuevamente.

_ Querido.. porque estás llorando.... Acaso viniste borracho?_ preguntó la mujer frunciendo un seño, estaba enojada que su esposo hiciera eso. Quizás el era el hechicero más fuerte. Pero ella era la única persona que fue capaz de controlar y tener a Sukuna bajo control. Así es ella en el pasado evitó que Sukuna fuera un hechicero sin piedad. Fue la única persona que llegó alcanzar el corazón de la ahora conocido como la maldición más fuerte.

_ No... Dai solamente... Me encuentro feliz de volver a casa_ diría Sukuna, mientras le miraba a su esposa a los ojos. Haciendo que está sonriera dulcemente. Provocando un rubor en el rostro del pelirrosado. Lo que destacaba en el aspecto de Dai era que ella tenía unos tatuajes en el cuerpo, estos eran la marca que Sukuna tenía en el cuerpo cómo una maldición.

Esté era la vida de Sukuna, antes de convertirse en la maldición de categoría especial más fuerte de todas. Antes el era un hechicero el más fuerte de todos justo cómo Satoru Gojo. Ambos eran iguales los más fuertes de una generación, ahora lo entendía, pero la pregunta era que fue lo que lo llevó a Sukuna a convertirse en aquella maldición.

Fin del capítulo
Esperó que les haya gustado el capítulo. Pongan una estrella y comenten que les pareció el capítulo.

Post data: verán el origen de Ryomen Sukuna. Perdón por la tardanza en actúalizar tenía deberes que hacer, pero volví.





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