En camino

479 42 1
                                    


Julieta tenía los días contados, faltaban dos semanas más para ir al ginecólogo otra vez con Bruno.
Y ahora que Agustín lo sabía ya no tenía que ocultarle nada, de hecho le pudo explicar todo con mucho detalle, al más alto le pareció tanto extraño como interesante el tema y al final de todo no podía ver mal a nadie.

-Tú crees que se moleste por comprar tanto?-

Se preguntó el varón estando sentado en su escritorio mientras veía a su esposa aspirar la alfombra que decoraba el lugar.

-No lo creo, pero seguro se sentirá culpable por recibir tantos regalos para el bebé.-

Agustín había llamado a sus contactos privados para así pedir mil cosas de bebés, carrito, corral, cuna, biberones, ropita, juguetes, etc.
Claramente todo era a su gasto, por supuesto que Bruno iba a estar apenado de recibir tanto sin saber dónde poner las cosas luego o cómo pagarlo.

El más alto rió para así ir con su mujer y abrazarla tiernamente mientras ella apagaba la aspiradora para aceptar la muestra de afecto.

-Cancela algunas cosas, sabes que tenemos cuna.-

-Pero carrito no. Cancelaré algunas cosas pero lo platicaré con Bruno luego. Por cierto, cómo está?-

-Él está bien, más tranquilo.-

-Vaya.. menos mal.- Dijo en susurros pero su esposa lo miró extrañada.

-Qué?-

-Ah nada! Me alegra que esté mejor, pero veo que Pepa no le habla mucho.-

-Tranquilo, ellos están bien. Es solo que sigue algo preocupada, intenta decirle algo pero Bruno la ignora, verás que luego del chequeo con la doctora volverán a hablarse.-

-Me alegro de escucharlo.- Abrazó a su mujer nuevamente; -Pero.. no te dijo nada raro, cierto? Su comportamiento no te parece extraño, verdad?-

-Agustín, de qué rayos hablas? Bruno te dijo algo malo?-

-No! No, amor. Solo me preocupa a mi también, es todo.-

Su esposo actuaba raro, ahora él era el que no le decía nada a su mujer, ocultando el hecho de que Bruno le pidió el número de una clínica abortera, pero que con sus palabras pudo hacer que se olvidara de esas malas ideas.

La mujer siguió aspirando apartando a su esposo del camino, sospecharía de él hasta que se olvide.

.
.

Pasaron algunos días y tocó uno perfecto para acabar con todo.

Bruno despertó temprano, de hecho no durmió mucho, tan solo tres horas sabiendo que hoy era su turno para ir a la clínica, lo malo es que le habían dado un horario a la tarde así que terminaría todo al final del día.
Se levantó de la cama sin ganas de nada, sintiendo un horrible dolor de cabeza, se puso de pie con dificultad para así ir al baño e higuienisarse.

Del otro lado de casita estaba Dolores apagando la alarma que debía despertarla. Se sentó en el colchón estirando sus brazos al techo para así dar un largo bostezo, sabía que hoy debía hacer algo importante. Se levantó con muchos ánimos para así despertar a su prima que tenía un antifaz puesto.

-Qué pasa, Dolores?-

-Arriba! Me tienes que ayudar en algo.-

-Ya sé que iba a ayudarte pero..- Bostezó para acomodarse entre las suaves sábanas; -No tengo muchas ganas.-

-Qué? Entonces estoy sola?-

-Seh..- Y con eso Isabela volvió a dormir, suspiró indignada por la mala onda que tenía su prima al no querer ayudarla. Salió de la habitación enojada para bajar las escaleras e ir al comedor para comer algo.

"Dulce Brunito"/Encanto Au/ MpregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora