Clausurado

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Mariano tomó a Camilo llevándolo al baño de la estación, un cartel enorme que decía "Clausurado" le hacía el trabajo más fácil, nadie entraría ahí.

Tenía tiempo de sobra para estar con el chiquillo.

Lo dejó en el suelo con la espalda pegada al muro, estaba inconciente, Mariano con una atrevida sonrisa levantó la playera del joven para así acariciar sus pezones con los pulgares, redondeando suavemente, el rostro de Camilo hacía mueca de incomodidad, entre sus sueños podía sentir los toqueteos de ese hombre.

El mayor se acercó más a él, acarició su mejilla, tomando sus rizos para levantar su rostro y mirarlo con detenimiento, el varón se relamió los labios para acercarse más y besar al joven. Camilo con distintas voces en su cabeza lo obligaban a despertarse rápido para salir corriendo de esa situación, lo intentaba.

Mariano lo estaba devorando entero, bajó a su cuello intentando dejar algunas marcas que poco se notaban, al sentir el roce de su gran mano en la entrepierna del joven, ahí fue cuando Camilo despertó agobiado por la situación. Al divisar el rostro ajeno sorprendido de que haya despertado se asustó tanto que quiso gritar por ayuda;

-Ah.. TÍO BRU-

Su boca fue tapada, Mariano estampó su cabeza contra la pared haciendo que el niño se queje del dolor, Camilo le golpeó mil veces con sus manitas pero no lograba hacer que Mariano lo soltara.

-Quédate quieto, nene.-

Susurró en el oído del joven, se estremeció del miedo, de la impotencia. Jamás pensó llegar a este problema si se le enfrentaba, pero algo en él le decía que intentara luchar más, por su tío.

-S-SUÉLTAME!- Mordió su mano provocando que Mariano la aparte y con una patada bien dada en el pecho, Camilo logró derribarlo, eso le dió tiempo para levantarse e ir a la salida pero el mayor tomó su pie haciendo que caiga al suelo nuevamente, siendo arrastrado.

-AH! DÉJAME, ANIMAL!-

-Tú quién te crees, mocoso? Acaso piensas que esos golpecitos me hacen daño?-

La voz de Mariano era aterradora, de un fuerte tirón golpeó contra el muro al muchacho, su nariz comenzó a sangrar, el mayor para dejarlo quieto le golpeó el rostro y estómago.

Camilo quedó inmóvil en el suelo con ganas de vomitar por el fuerte golpe, en su vida había recibido un puñetazo tan fuerte en el rostro, cerró sus párpados pensando qué más podía intentar, quería moverse y atacar como antes pero el dolor se lo impedía, tosió escupiendo sangre y saliva  manchando el suelo, Mariano se le quedó viendo sonriente, triunfante, se levantó para quedarse en frente del joven, Camilo lo miró preocupado.

-Qué pasa? Ya no vas a pelear? Quieres llorar, pequeño? Veo que no muchos son resistentes. Tú tranquilo, mis amigos sabrán como educarte para que te vuelvas más fuerte, solo debes.. venir conmigo.-

Mariano quiso tomar el brazo del muchacho pero no se dejó, recibiendo un bofetón en su lugar, Camilo estaba con la respiración agitada, asustado pero no se dejaría manosear otra vez por ese loco.

-No iré a ningún lado contigo.. Viejo asqueroso.-

Mariano sonrió sobando su mejilla golpeada, se arrodilló para así tomar el cuello de la playera ajena y acercarlo más a él, Camilo tragó saliva;

-Ya veo.. Bueno, si no quieres venir conmigo.. Entonces, dormirás bajo las vías del tren.-

-N-NO! DÉJAME IR! POR FAVOR!-

Se retorció intentando zafar del agarre, Mariano lo vio indiferente, cansándose de la actitud del mocoso, con su mano libre le dió el mismo bofetón que le daba Pepa pero con la diferencia de que este tenía un inmensa fuerza que podría dejarte noqueado en unos segundos, Camilo se quedó quieto con los ojos llorosos.

"Dulce Brunito"/Encanto Au/ MpregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora