"Dulce Brunito"/Encanto Au/ Mpreg

Test

Narra Bruno.

Pasaron tres días, tres malditos días en los que tuve que quedarme en casa encerrado en mi cuarto por las malditas nauseas, estoy enojado.
No podía creer que mis hermanas tengan más control en mi para obligarme a quedarme en casa, prácticamente esta es la última semana de trabajo que tengo, me sentía mejor si no tenía comida cerca, con solo sentir su aroma me mareaba fácil.

-Me encantaría que fueras al hospital.-

Dijo Pepa cortante al verme sentado en mi silla de madera en frente de mi mesita.
Recosté mi cabeza igual de enfadado.

-No necesito ir al médico, estoy mejor ahora. Debo ir al trabajo y hacer todo lo posible para que no me echen.-

-Qué increible! Si no vas por tres días te pueden rajar? Deja que te despidan, esa fábrica es horrible. Te apartaste mucho de nosotros por eso.-

Se cruzó de brazo frunciendo el ceño;

-Pepa, necesito dinero, acaso crees que no tengo una vida?-

-Nunca la tuviste!- Se arrodilló para dejar sus manos sobre mis piernas, la miré sin cambiar mi expresión de cansancio. -Bruno, esto es por tu bien, te quiero cuidar y no me dejas.-

-No hace falta, iré a la farmacia para comprar algún remedio y veré que hacer, pero no te quiero cerca ahora.. podrías contagiarte de algún virus o algo..-

Escondí mi rostro intentando ignorarla, se levantó silenciosa y se dirigió a la puerta.

-Haz lo que quieras.-

Cerró la puerta, se notaba enojada, suspiré agotado de tanto estar encerrado en esas cuatro paredes. Ya era casi la hora para irme, quería trabajar y tomar aire fresco a pesar de que en poco tiempo iba a nevar. Me vestí con el uniforme de siempre, me puse el sobretodo y bajé las escaleras rápido.

-Hey, tío Bruno!-

Escuché a Camilo pero no le contesté salí rápido de casa, seguro se quedó pensando pero no tenía tiempo, de hecho no tenía ganas de hablar con nadie.
Pepa estará enojadisima conmigo por esto.

Caminé tranquilamente por las veredas sin mirar a mi alrededor. Respiré hondo y por suerte no hubo mareo alguno, tal vez fue manía mía de querer descansar un poco, faltaban dos días más para dejar el trabajo, todo iba a estar bien.
Hice mi recorrido de siempre y me encontré con mis compañeros.

-Brunono, cómo le va? Hace rato que no lo veo.-

Me saludó Raúl de buena gana golpeando fuerte mi espalda. Sonreí un poco temeroso;

-Yo.. bien, solo estuve algo enfermo, es todo.-

-Enfermo?-

-Vomitos, es todo. Nada nuevo.-

-Pobre hombre, ya fue al hospital para que le de algo?-

Se notaba preocupado, cómo no estarlo? Me conoce desde que tengo 17 años, suspiré ya cansado de la propuesta del maldito hospital, mi humor estaba cambiante, quería estar tranquilo y terminaba enojado y fatigado.

-Para qué ir? Solo me dirán que haga reposo y tome tal cosa para los mareos, nada de otro mundo. Estoy bien.-

-Siempre cuando dice eso algo malo pasa, Bruno.-

Esta vez habló Marcos mirando decaído, no sabía que decir, era cierto después de todo. Apreté mi puño, quería estamparlo contra el muro.

-Mire Bruno, si quiere puede ir hoy, yo le puedo cubrir.-

-No!- Tuve que interrumpir a Marcos; -No deseo ir a un maldito hospital, estoy jodidamente bien y si ninguno de ustedes lo logra entender entonces apártense de mi camino, déjenme hacer mi trabajo tranquilo!-