Detrás de la puerta

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Pasaron algunos días y las cosas estaban.. raras, según los más jóvenes del hogar.

Pongamos contexto; después de la visita al ginecólogo, los trillizos ya estaban conscientes de que habría un nuevo miembro en la familia Madrigal pero nadie más que ellos lo sabían, los hermanos estaban con actitudes para nada habituales.
Julieta cocinaba mil exquisiteces dulces todos los días pero nadie más que Bruno las comía; eso fastidiaba a Camilo ya que  él era amante de los postres de su tía pero ninguno le dejaba tocar o comer.

Pepa cantaba feliz y alegre todo el tiempo, no mostraba molestia o rencor por las peleas de Camilo con Mirabel o Isabela. De hecho había dejado de darle correctivos en la cabeza como castigo, hasta cuando ponía la mesa bailaba y cantaba como cuando era joven sin preocupaciones, a Félix le daba gusto verla feliz pero al mismo tiempo sentía miedo de que fuera por otra cosa.

Y Bruno, él estaba regular. Una montaña rusa de emociones, se sentía feliz de estar acompañado por los niños, pero si le contradecían en algo se ponía de dos maneras, triste hasta llorar o berrinchudo como para hacer un escándalo; y solo quería cosas dulces o fritas, era difícil para él dejar de consumir ese tipo de cosas que nunca se atrevió a comer antes.

En fin, los maridos y los hijos se dieron cuenta de que los trillizos estaban raros.

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-Pepi, amorcito. Podemos hablar?-
Preguntó Félix sentando en la misma cama junto a su señora, ella leía el libro de siempre pero con una sonrisa dibujada en el rostro. 

-Claro, querido.-
Respondió, el hombre se notaba preocupado.

-Amor, tú.. eres honesta conmigo en todo, cierto?-

-Sí.-

-Entonces.. me vas a contar esto... Por qué-

Fue interrumpido por su hija que no podía mantenerse más tiempo escondida detrás de la puerta del cuarto, asustando a su padre.

-Por qué estás tan feliz?- Preguntó Dolores llamando la atención de su madre quien arqueó una ceja; -Eh... Digo, no es que no puedas ser feliz, mamá.. Es que Camilo y las demás estamos viendo como se comportan ustedes.. Vamos mamá, dime por qué tanta felicidad de la nada. Hay algo nuevo que no sabemos?-

Se sentó la joven al lado del padre para así mirarla triste pero con una sonrisa, Pepa cerró el libro mirándolos con una expresión cambiante, su sonrisa se fue borrando hasta mostrar un ceño fruncido  recordando que no podía decir nada del bebé.

-A mi? No me pasa nada.- Se creó una mentira rápida; -Tuvimos muchos días complicados, ahora que todo está bien uno no puede sonreír?-

-Mami, cantas canciones de cuna, das vueltas en todo el lugar y.. hace rato que no le llamas la atención a Camilo o a Antonio.-

-ES VERDAD, NECESITO DE TU ATENCIÓN, MAMITA! sino.. seré un pobre niño desamparado buscando a alguien que sea mi guía en la vida.- Habló Camilo entrando al cuarto recostándose en la cama de sus padres llevando una mano a su frente actuando como la reina del drama.

Pepa se levantó del colchón llevando sus manos a la cintura mostrando una cara molesta como siempre fue.

-Qué no podemos tener privacidad en esta casa?-

-No.-
-No.-
-No.-

Respondieron sin querer molestarla, pero dentro de todo era cierto. Pepa ocultó su rostro enojado.

-Dolores, Camilo; se van de acá. Fuera!-

Los jóvenes hicieron caso a regañadientes, más el adolescente. Dolores cerró la puerta del cuarto dejando solos a los mayores, la mujer le dió la espalda a su esposo.

"Dulce Brunito"/Encanto Au/ MpregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora