"Dulce Brunito"/Encanto Au/ Mpreg

¡Confirmo!

Semana de clases, los jóvenes se levantaron para ingresar nuevamente a la escuela, Mirabel corría de acá para allá buscando la aguja de tejer que le faltaba, hoy debía devolverlas.

Vio a Camilo tomando café para mantenerse despierto toda la mañana, desde que se despertó en medio de la noche, que resultó ser las cuatro de la mañana, al final no pudo volver a su horario normal de sueño, se desequilibró de inmediato.

-Cami! Viste mi aguja de tejer? Debo entregarlas hoy y si no la tengo me van a matar!-

-Ah, esta cosa? Perdón, la usé para sacar algo de la chimenea y pues... se le derritió la punta.-

Respondió Camilo estando en trance mientras le daba el objeto a su prima, ella se le quedó viendo, examinando que literal la punta de la aguja ahora estaba plana y quemada.

-Tú... estás haciendo que llegue a mi limite.-

Dijo con ganas de levantar la voz para así revolear esa taza llena de café en su cabeza, pero a Camilo no parecía importarle.

-Lo hubieran hecho con un material más resistente.-

-Camilo te voy a matar!- Gritó para comenzar a ahorcarlo, haciendo que despierte del sueño y entrara en pánico por la falta de aire.

-Mirabel! Mirabel, suelta a tu primo!-

Intervino Bruno separando a la chica, el mayor quedó en medio de los dos siendo abrazado por el adolescente que respiraba agitado.

-Me las vas a pagar, estúpido.- Mostró su puño en señal de amenaza para ir a su cuarto a buscar sus cosas para irse a la escuela de una buena vez.

-Estás bien?-
Preguntó el adulto acariciando los rizos del joven, éste se levantó de su asiento para prepararse.

-Claro.. solo estaba dormido, ni sé que le hice.- Respondió para mirar de pies a cabeza al mayor, tuvo dudas; -Vas a salir? Qué yo sepa comienzas a trabajar en unos días más, cierto?-

-Pues sí, debo ir.. al hospital otra vez.-

Se puso el sobretodo para esperar a sus hermanas.
Camilo se puso los zapatos;
-Otra vez? Qué tienes?-

Bruno iba a responderle pero fue interrumpido por Julieta maquillándose;

-Nada, no tiene nada, mi niño. Sólo debe hacerse unos chequeos más, pero no es la gran cosa.-

Se puso en frente del espejo redondo que estaba cerca de la entrada principal, Camilo se le quedó viendo, pensando.

-Eh.. Tío.. puedo preguntar algo? Sobre las compras que hicieron con las chicas-

-Querido, antes de que venga tu madre.. Quieres que te ponga sombra de ojos?-

Interrumpió Julieta sonriente a su sobrino para dejar de lado la duda, debían pensar en una excusa rápida para esas preguntas.
Por suerte para ellos el muchacho fue criado por la mano maquilladora de Dolores.

-Sí, qué sea un buen sombreado. Quiero destacar hoy.. Y me puedes desvanecer las ojeras?-

-Claro, ven.- Lo tomó del brazo para llevar a su sobrino a la cocina.
Bruno se quedó en la entrada suspirando del alivio.

Camilo sabía que estaban intentando desviarlo del tema, pero él se acordaba perfectamente que había ropita de bebé en el cuarto de su tío, eso lo mantuvo pensativo por varios días.

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Era difícil entrar en ese auto tan pequeño, por suerte Agustín llevaba a las mayores en el otro carro.
Los últimos en bajar fueron los adolescentes malhumorados, dejando a Félix con los trillizos para llevarlos al hospital, tenían bastante tiempo.