(terminada) Varonil ángel de cabellos dorados se presenta ante ella con sus hipnóticos ojos ámbar, defendiendola de en medio de un bochornoso conflicto.
Algo hace que su mundo caiga de cabeza nuevamente, fortaleciendo su odio a los héroes por una m...
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Hospital Fénix, 4.30pm. Un chico de cabellos color nieve estaciona en un derrape su motocicleta, la apaga y casi se arranca el casco para bajar apresurado y correr hasta recepción de un pequeño hospital de pueblo. -¡señorita por favor, vengo por mi padre!-
-claro, un segundo- tecleo.
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-¿usted es Takami Ryu?- pregunto ella.
-¡si señorita, vengo por Dabi dígame que pasó, se lo ruego ¿esta vivo?!-
-el señor Dabi ha sido atendido de emergencia debido a una crisis respiratoria aguda- dijo ella.
-¡donde esta!- preguntó Ryu
-esta en unidad de cuidados críticos, tercer piso, a la izquierda hasta el fondo- señaló la recepcionista.
-¡por qué le sucedió, se supone que ya no debería de pasarle!- reclamó él.
-se le formaron coágulos de sangre, se está revisando la causa, la doctora le dará más detalles, suba- invito ella.
Ryu fue al elevador con paso apresurado, presionó el botón del tercer piso y ansioso espero que cerrara para subir, la maquina subió lentamente agitando la desesperación de Ryu que salió rápidamente en cuanto abrieron las puertas, al final del pasillo estaba su doctora, que apenas había salido.
-¡doctora, por favor dígame que esta bien, esta vivo!- pidió desesperado.
-¡Ryu!- el grito de su padre lo hizo voltear. -hermano- Sadao lo alcanzó con un fuerte abrazo cubriendolo con sus grandes alas, ocultando sus rostros llorosos.
Sayumi te agitó llorando -¿mami, tío touya eta bien verdad, mami?-
-Doctora- Hawks se acerco a ella.
Ambos hermanos se soltaron y prestaron atención a la doctora que negaba con la cabeza.
-ya veo, no pudo... - Hawks miró a su hijo deshecho, lo atrajo hacia él de la cabeza y dejó que su Ryu, llorara en su pecho desconsoladamente.
Oculto en le pecho de su papá, rodeandolo con sus brazos, aferrado con fuerza soltó el más fuerte llanto ahogado, doloroso, Sadao buscó a su hermano y ahí ambos lloraron, en los brazos del hombre que los crió con amor, ahora solo les quedaba él. Vencida por el dolor te sentaste en la banca y lloraste junto a Sayumi. Era inevitable que no te doliera, después de todo era parte de un capítulo en tu vida, gracias a él Ryu existía, pero al menos finalmente pudo convivir bien con ellos y verlos por última vez, además tus hijos pudieron despedirse bien por última vez.
