Capítulo 08.

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A la mañana siguiente Lisa no se sorprende de no encontrar a Jimin durmiendo a su lado. Sabe que esas salidas de un par de horas se han extendido hasta el día siguiente. Es fin de semana, por lo que es de obvio suponer que su esposo pasará la mayor parte de su tiempo libre con su pareja.

Como es costumbre para la mujer, su personal se encuentra ausente por lo que solo opta por desayunar algo básico como cereales. Quizás la gente la tachara de alguien adicta al trabajo, pero era la única manera en la que esos grandes vacíos se silenciaran en su mente ocupada. Tiene veintiséis años, sus prioridades han cambiado pues ahora se siente ridícula de envidiar un poco a Jimin y esa sonrisa al hablar de la persona que le hace feliz de una manera diferente.

Ya no es una niña pero, ¿por qué anhela encontrar a alguien que la haga sentir querida de una manera más personal y confidencial? Tiene a Jimin, pero nunca será esa clase de amor que la mayoría de las personas describen como "único" porque amistad, respeto y confianza es lo único hay en su vida junto a su esposo.

Después de lavar los platos usados decide seguir su rutina de fin de semana leyendo un poco, claramente sus planes se han visto desplazados al recibir la llamada de cierta castaña que inmediatamente reconoce.

– Buenos días señorita Jennie. – le saluda cordial

La castaña es alguien que se ha ganado su respeto con tan pocas interacciones. Pero la sinceridad en sus ojos es difícil de ignorar

– Lamento llamar un fin de semana señora Park, no quiero molestarle. – "no lo haces" contestó internamente la rubia para escuchar con atención esa suave voz.

– Me preguntaba si es posible que pase el resto del día conmigo. – Lisa agradecía que Jennie no la viese en ese momento pues la castaña gratamente le provoca ternura.

– Visitaré un orfanato, quiero que mi padre también apoye estos sectores así que pensé, estaría genial que alguien como usted me acompañase. – la experiencia de Lisa es insuperable.

No tuvo que pensarlo mucho, no tenía otra cosa que hacer así que si se trataba de una salida casual para ayudar ella no se negaría.

– Mándame la dirección y la veré allí. – el chillido de alegría a través de la línea hizo sonreír a la mujer de rostro inflexible. Jennie siempre es tan natural.

Lisa optó por algo sencillo como un vestido de olanes amarillo que llega casi a tocar el piso, lo cual no ha sido una mala decisión con el contraste de un día soleado. Y allí estaba, frente a las grandes columnas de metal que daban la bienvenida al orfanato.

La construcción antigua estaba rodeada de vegetación, un buen lugar para que los niños jugaran. Sin embargo, el cuidado del edificio dejaba mucho que desear. Así que no lo pensó dos veces y entró esperando que Jennie estuviese dentro.

Al llegar a la primera sección de la casona el teléfono de ella sonó para informar que Jennie tomaría un poco más de tiempo debido a un inconveniente que la atrasaría.

Lisa no tenía problema en esperar, así que se lo hizo saber. Quizas por su cuenta, podría ayudar si es que el presidente se resistía en brindar apoyo.

– Buenas tardes señorita. – Lisa volteó ante la voz y guardó rápidamente el celular mirando a la mujer frente a ella.

– Buenas tardes. – respondió con educación.

– ¿Podemos ayudarla en algo?. – no sabe como responder. Se supone que está en ese lugar como visita así que opta a las formalidades.

– Soy Lalisa Manoban. – extiende la mano. – De Manoban Inmobiliaria. – la encargada del lugar parece reconocer el nombre y enseguida su expresión se tensa

SECRET | LIZKOOKMINSOODonde viven las historias. Descúbrelo ahora