La sala privada está repleta de la risa de Yoongi y Jimin mientras parecen contar algo que generalmente luce como una anécdota bochornosa. Ambas parejas habían tomado cierta rutina de salir juntos a lugares restringidos y sabiamente seleccionados para disfrutar de su tiempo juntos. Ha sido la elección de Jimin y la renuente insistencia de cierto pálido la única forma en que los contrarios han aceptado.
Los meseros entraron a la sala mientras Jeon y Manoban permanecían tranquilos y sosteniendo sus manos por debajo de la mesa. Una vez que los alimentos estuvieron frente a ellos y los meseros haberse retirado el desarrollado olfato del medico le advirtió que aquella comida se había convertido en una aberración. El aroma a mariscos le hizo arquear una lástima porque generalmente solía disfrutarlos, sin embargo, supo disimularlo a pesar de sentir como la amilasa surca la garganta. Sus compañeros de mesa parecían no notarlo, quizás el problema es él.
– ¿Todo en orden?. – pregunto Lalisa al notar como el de ojos grises miraba su platillo como si fuese una abominación.
El intento de sonrisa para calmar la inconformidad por el platillo le advertía a Jungkook parecer tener una razón del porque olía terriblemente detestable para sus sentidos.
Después de aquella comida Jeon debía confiar más en sus instintos y sus agudos sentidos pues parecía que Lalisa y Yoongi terminarían por expulsar incluso sus órganos internos.
– Es tan repugnante, realmente no quiero que estés aquí y me veas así. – le parecía divertido como a pesar de hacerse notar enferma aún le preocupa lo frágil y poco atractiva que sé ve en aquel baño vomitando la comida como si él no hubiese visto cosas peores.
– Al parecer aquellos mariscos no eran tan confiables. –
El agradeció no comerlos sino posiblemente estuviese en las mismas condiciones que su hermosa amada.
– No vuelvo a comerlos en mi vida. – dramatizó para seguir regurgitando todo lo que su estomago se abstenía en retener.
Por su parte Jeon mantenía el suave y rubio cabello sujeto a su mano derecha, evitando que se embarrase, con la izquierda daba leves caricias a la espalda para reconfortarla. No era la escena más romántica, el aroma era horrible sin embargo para Jeon era tan natural que todos sus instintos de protección se activan al verla en ese estado.
– Entiendo, con Loperamina podrá mantenerse estable. Dale una tableta cada cuatro horas y mantenme informado de su progreso. – colgó la llamada.
Jimin se escuchaba igual de preocupado pues mientras las nauseas habían sido los síntomas de Lalisa por los alimentos en mal estado Yoongi había retornado a otro por intoxicación alimenticia. La diarrea.
– Si te sirve de consuelo no eres la única que la está pasando mal. – Jeon miró a la chica de ojos miel quien parecía aferrarse al retrete. Las nauseas aún castigan sus sentidos.
– Aunque con tratamiento ligero deberían estar bien, es importante que la reacción de tu cuerpo siga para que expulse lo que le está molestando. – Lisa le miró rápidamente con ojos de reproche.
– De cualquier forma, si siguen así podríamos hacer un estudio de sangre para descartar alguna otra cosa. – bacterias era una preocupación activa.
Lalisa espera que no fuese necesario. Sin embargo, sus deseos no habían sido escuchados pues los días pasaban y llevaba dos semanas con nauseas aumentan la preocupación del medico que se ha mantenido al pendiente de ella.
– Me preocupa el tipo de intoxicación que estás presentando, en el caso de Yoongi pudo reponerse al quinto día pero para ti Lisa ha sido diferente. – miró a la rubia quien permanecía sentada en el consultorio por no mostrar mejoría en su salud.