La rubia ha perdido la respiración y cual fugaz ráfaga de incredulidad el sentimiento de terror le recorrió rápidamente por todo el cuerpo, era él. El hombre por el cual su corazón tenía una fascinación a su propia destrucción; Jeon Jungkook estaba frente a ella, reconocería a ese hombre aún en la distancia pero a pesar de ser consciente de que no se trata de un sueño la magnate pudo entender que el hombre gentil y magnánimo que le profesaba amor ya no está.
Ninguno de los dos dice nada pero mantienen las posturas.
Por una parte está la mujer quien pensó que el hombre se había ido lejos de ellos, a pesar de ello no le odió pues de alguna manera Jeon se alejaría para evitar que esa situación de escándalo en su matrimonio pudiese descontrolarse, o eso es lo que quiso pensar.
Su pequeño hijo sabría de él y ese aire esperanzador de Jungkook al darle una familia y segunda oportunidad le hacía sentir agradecida aún cuando el verdadero padre no fuese su esposo legal.
– ¿Qué haces aquí?. – preguntó rompiendo la tensión.
– Es decir... - se corrigió. – Pensé que estabas en el extranjero.
El alto hombre corrigió la postura haciéndose notar más alto, Jungkook había trabajado ese mismo año en sí mismo ganando musculatura y un aspecto salvaje por su larga cabellera azabache que por un momento hizo que Lisa se atragantara con saliva. Lucía jodidamente ardiente con su nueva apariencia.
– No creí que volvería a verte, el periódico dijo que habías decidido volver a ser un misionero médico. – Jeon embozó una media sonrisa sentida de sarcasmo.
Su postura fanfarrona desoriento a la más bajita. – Es lo que hubieses querido, ¿no es así?. – Jeon por primera vez habló.
Tuvo que prepararse otros largos meses para llegar a ese punto. Ya no tiene miedo y esa es la gran diferencia al atreverse estar junto a ella. La mujer que amó con todo su corazón ahora le resulta una extraña pues a entendido que el amor es un compromiso mutuo. No solo un pasatiempo de indecisiones.
Jeon Jungkook ha decidido avanzar.
– No me sorprende que hayas aceptado esa versión de los medios y ni siquiera te molestaras en saber si era cierto. – una vez más se confirma a sí mismo que para Lalisa él solo era una herramienta más que utilizó para conseguir lo que quería, no tenía caso seguir protegiendola.
Ella quería una familia, pero no con él.
– No tuve oportunidad de confirmarlo porque he estado ocupada y... -
"excusas" piensa rápidamente el hombre al entender frívolamente la actitud que siempre ha tenido.
– Como siempre... - Jungkook le interrumpe.
– Pero no es por ello que he venido hasta aquí. – será directo y concreto.
– Quiero compartir la custodia de mi hijo. – los miel y bonitos ojos de la rubia se abren en sorpresa. No sabe que decir, eso es ridículo.
– Sé que tienes a mi hijo y no estoy aquí para comprobar lo obvio, sé que es mío. – deja en claro su posición.
– Así que te pido de la manera más educada posible que colabores con esta solicitud, de lo contrario haremos las cosas diferentes y no creo que te guste la única alternativa que hay para reclamar mi derecho como su padre. – está sin palabras.
No por lo que dice, Lalisa no puede creer la frialdad de su actitud. Es tan directo que le asusta.
– Sabes que no puedo hacerlo Jungkook si se hace el procedimiento es posible que esa información se filtre a la prensa y los medios podrían ocuparlo en nuestra contra. – aclaró la rubia acunando a la conciencia del alto hombre.
