Capítulo 30.

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La rubia mantenía su mano sobre la fría pared del baño, desde hace un par de minutos su estomago parece no tener consideración de su propia pena al expulsar la cena que ha ingerido con basto ánimo. Durante sus días de estudio ha mantenido dieta ligera por órdenes del doctor Jeon quien ha escuchado su queja al no poder consumir los alimentos que antes tanto le agradaban. Lalisa sabía que ha sido una pésima idea probar el postre que su esposo ha traído a su hogar.

Jimin debía odiarla lo suficiente en esa noche para incitarla a probar algo de esa magnitud por el chocolate que contenía pues su estómago no parece tener un límite para expulsar el postre.

Desde hace tres días ha estado en contante consulta con Jungkook, visitando el consultorio de su amado quien le ha advertido que algo así podría pasar por la bacteria que el pelinegro suponía que Lalisa tenía. Las posibilidades se expandían hasta no tener los estudios en manos de un experto como lo es Jeon. Sin embargo, el ardiente deseo de morder aquel pastel ha sobresalido de su propio autocontrol.

– No lo entiendo. – se apoyó con mas fuerza sobre la pared.

– Nunca me gustaron las cosas dulces, ¿por qué carajo lo comí si estaba tan bien? – el naciente humor de Lalisa tampoco era una broma. La rubia parecía más áspera e incomoda de lo normal.

Su humor es un torbellino de emociones que esperaban ser aplacados por un guapo pelinegro.

– ¿Lisa estás bien?. – es toquido de la puerta la hace voltear mientras se levanta del piso y baja la palanca del retrete.

– S-sí. – se tambalea tirando una canasta de productos personales al suelo causando un gran estruendo por el vidrio quebrado.

– ¡Lisa!. – antes de que la rubia pueda anticipar su caída la puerta del baño se abre ruidosamente entrando rápidamente Jimin quien logra sostenerla en brazos al verla desorientada y pálida.

– Yo, yo siento que todo se mueve. – trata de explicar la mujer quien se aferra a los brazos de su esposo.

Jimin mira con el ceño fruncido a Lalisa quien mantiene los ojos cerrados, ha querido mantenido positivo con respecto a la salud de su esposa pues sabe que Jeon la ha estado tratando, pero al verla tan débil no puede evitar la naciente preocupación por la mujer. Lalisa nunca ha sido la clase de persona que enferme repentinamente y de manera prolongada.

– Necesito sentarme. – pide al hombre quien obedece y sale del baño para encaminarla al comienzo de la cama.

– Princesa. – llama dulcemente pues no sabe como Lisa tomará lo que está a punto de decir.

– Mmh. – murmura para hacerle saber que le escucha.

– ¿Segura que estás manteniendo en orden el tratamiento que Jeon te ha dado? – interroga

La mujer se incorpora del soporte que Jimin da para mirar con ceño fruncido las razones de aquellas palabras. Por alguna razón se siente atacada al insinuar que no es totalmente responsable sobre sí misma con algo tan básico y el sentir que Jimin duda de las capacidades de su amado.

– Lo hago, pero es tu culpa. – se aleja del oji-azul

No disimula su enojo, Jimin ha notado como su rostro ha cambiado y ahora se ve salvaje y peligrosa. Está disgustada, conoce esa expresión. – No entiendo porque sería mi culpa pero no lo que quiero decir justo ahora. – levanta las manos en señal de rendición para acercarse a la mujer.

– Lisa, lo que estoy por preguntar no lo hago con intensión de ofenderte, pero tengo que preguntar. – hay determinación en la voz.

Jimin no encuentra otra respuesta lógica a sus suposiciones, para él es tan claro que incluso le sorprende que Jeon no lo haya tomado como una opción.

SECRET | LIZKOOKMINSOODonde viven las historias. Descúbrelo ahora