Tuvo la oportunidad de negarse asistir, seguía preguntándose si era del todo correcto entrar en el edificio donde gente con ostentosos atuendos sonreían y engarronaban su presencia con el precio de su ropa.
Al verse a sí mismo como uno de ellos, no evitaba sentirse incomodo porque esa versión de él no era su verdadero ser. Las miradas no faltaron una vez que se acercó al edificio. Jeon se preguntó si realmente se veía bien con el traje hecho a la medida por el sastre familiar o su apariencia era extremadamente ridícula para que se sintiese cohibido por la atención femenina que nunca pudo manejar.
Maldijo a HoseOk por ser tan impuntual, lleva diez minutos esperando que su amigo se dignase a aparecer. Por supuesto que él no asistiría a un evento de esa magnitud solo cuando ni siquiera sabía que usar. El pelirrojo era la mejor solución además de que él se mostró eufórico ante la noticia de asistir a un evento que la mismísima familia Manoban organiza cada año.
Miró su reloj por cuarta vez mientras los murmullos cerca de él le hicieron fruncir el ceño. "¿No es él el hijo de los Jeon?" "Es tan atractivo" "No sabía que los Jeon tenían un heredero al cual preceder". Aclarando su garganta se arrepentía por sucumbir al impulso de volver a ver a cierta rubia de ojos atrayentes. ¿Estaba mal? Por supuesto que sí, Lalisa Manoban es una mujer casada, sin embargo, no era imposible ignorar que algo en esa hermosa mujer le atraía cual imán, así que el titulo que poseía podía ser momentáneamente olvidado si con eso lograba conseguir una charla con ella.
– Wow, realmente te ves muy bien con esa pinta. No te reconocí querido amigo. – Jungkook volteó ante la animada voz mientras su mirada le reclamaba algo que su boca no podía decir en ese lugar.
– Llevo esperando varios minutos. – HoseÓk sonrió ante el gesto ligero.
– Lo siento, ha sido mi culpa. –
La tercera voz, que hasta ese momento no notó Jungkook dejaba ver a Kim Taehyung sobrio y cuidadosamente arreglado. Nada que ver con aquel chico que estaba muriendo por una noche de borrachera.
– Lo siento. – suspiró.
– No te he visto, es un gusto conocerte y saber que estas mucho mejor. – encontrando un poco de cordura, Jungkook le extendió la mano al novio de su amigo quien no evitó sonrojarse ante el recuerdo de esa noche.
No se arrepiente de nada, pero no es de las imágenes que quería mostrar ante el mejor amigo de su Hobichito.
– Sobre ese día, no era yo. – aclaró.
– No pienses que soy una clase de fiestero o alcohólico. – habló tan rápido que Jungkook le pareció adorable.
– No me dejo llevar por las primeras imágenes, tranquilo. – le animó el pelinegro.
– Eso es cierto. – apoyó HoseOk.
Los tres miraron el edificio siendo la primera vez que visitaban un lugar que se describía en elegancia.
– Necesito apoyo moral. – sugirió Jungkook.
– No puedo creer que finalmente esté en un evento de los Manoban. – confesó el pelirojo
– Se ve tan elegante. – completó Taehyung.
Pues de los tres, el pelirosado no pertenecía al nivel social de los dos hombres junto a él. Conoció a HoseÓk por mera casualidad donde una noche el hotel donde trabajaba como camarero organizó un evento que según sus jefes pertenecía a la familia más importante en cuanto a bufetes de abogados en el país. Fue allí cuando el hijo de "Jung Law Company" le vió y sintió un rápido flechazo hacia el hermoso camarero cuyas facciones parecían irreales. Para Hoseok, Kim Taehyung fue mera jugada del destino terminada en un hermoso hombre de piel canela.